Capítulo 49

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Decir que no es incómodo ni extraño tener a Thomas justo frente a mí es una completa mentira.

Ahora mismo está charlando animadamente con mi abuela mientras yo presto atención al salón de mi casa como nunca antes había hecho.

La mayoría de los invitados ya se han ido y técnicamente solo queda mi familia.

¡Genial! ¿No?

Me estresa el hecho de no saber qué decir, de sentirme incomoda y sobre todo sentir la mirada de Thomas puesta en mi constantemente.

-Con permiso- balbuceo levantándome del asiento. Mala idea, ahora todos centran su atención en mi -Vuelvo dentro de un momento.

Subo la escalera lo más rápido que puedo y cuando cierro la puerta de mi habitación a mis espaldas siento que el corazón se escapará de mi pecho en cualquier momento.

Tenerlo aquí es tan extraño y tan normal a la vez.
Es como si fuera completamente normal pasar el rato con él, siendo que claro; conoce a los chicos, a mis padres y a Tía Noelia. Pero Tío Fred, Abuela Jamie y el resto de la familia nunca lo había visto, y aún así ya lo tratan como si lo conocieran de toda la vida.

Desesperada y tratando de ordenar mis ideas tomo mi teléfono y marco el número de Isaac.

-¡Hey! ¿Qué tal todo?- responde e imagino que hay una sonrisa plantada en sus labios.

-Bien o algo así.

-¿Qué sucede?

Pregunta al mismo tiempo que yo digo:

-¿Por qué te fuiste?

-Pues, recibí una llamada de mi madre diciéndome que necesitaba que la acompañara a buscar unas cosas para su tienda y traté de buscarte, pero no lo logré y le dije a Julie que te avisara y...

-Está bien- suelto una risita -No hace falta tanta explicación.

-Lo siento, es solo que...- suspiro -Thomas está aquí.

-¡¿Qué?!- tal parece que se ha sorprendido tanto como yo -¿Cómo es posible? ¿Ya hablaron? ¿Qué sentiste?

-Al parecer Tyler y él se han conspirado en secreto... O sea se supone que con la autorización de mi abuela- explico -Y sí, técnicamente hablamos, pero faltaron cosas que aclarar- niego con la cabeza aunque no pueda verme -Sinceramente cuando lo vi, mi corazón se aceleró de una manera que jamás lo había hecho, sentí alegría, nostalgia y sobre todo me sentí completa de alguna u otra manera.

-Y... ¿Te alegra sentir eso?

-La verdad es que si, lo quiero y lamentablemente no puedo negarme a eso.

-Entonces todo está bien, Amelia- dive con un tono frío -Trata de resolver los temas que quedan pendientes y se feliz con el muchacho- espeta.

-Siento tener que contarte esto... No quise molestarte.

-No me estas molestando- imagino que está poniendo los ojos en blanco -Estoy algo ocupado, llámame si algo no va bien, ¿Vale?

-Vale, Gracias- digo y el cuelga la llamada.

Unos minutos más tarde decido volver abajo y me percato de que todos se están despidiendo, pero Thomas ni mi madre se encuentran entre ellos.

-¡Meli, cariño!- exclama mi abuela -¿Serías tan amable de guiar mi silla hasta el auto de tu tío Fred?- me observa con esos oscuros ojos que dicen "Tenemos que hablar".

-Por supuesto- sonrío y cuando ya nos encontramos lo suficientemente alejadas de la familia suspiro y digo: -¿Qué quieres decirme?

-¿Cuándo le dirás lo que pasó con Verona?

¿Por qué sólo una estación?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora