Capítulo 1: El comienzo

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Se de donde soy,de donde vengo,conozco mi identidad,recuerdo mi pasado,se cual es mi linaje,en quienes está puesta mi lealtad,hasta se de donde me escapé y con quien formé amistad tan fuerte como una hermandad. Cristyn y yo hemos huido de un manicomio,¿qué?,¿creyeron que de un orfanato?,pues no, fue de un manicomio. Las dos tenemos cordura pero cuidado,que cuando nos sacan a la bestia todo se desata.

Estamos en un pueblo chico; pero no se crean que es de los típicos que no tienen nada y son una miseria; este era algo conocido,en verano, un muy buen turismo y eso significaba,mis bolsillos llenos de dinero. Cristyn me obligó a que era mejor entrar en una escuela secundaria para rehacer y reconstruir nuestras vidas; estar atrapadas en habitaciones oscuras,escalofriantes,con cadenas,barrotes en las ventanas,un cartón en el piso,humedad por do quier,y esas cosas horripilantes, no nos dejaron disfrutar del mundo.

Sin embargo no hay posibilidad de que mi única amiga sepa quien es,su mente había sido manipulada con mucha cautela para que ella lo creyera. Pero a cambio yo,nadie pudo conmigo,aunque lo intentaron y mucho,es imposible que hayan querido corromperme, por que se que soy más fuerte.

Lo que pudimos conseguir no fue nada precario,al contrario,ambas compramos una hermosa casa para dos o más personas;el jardín delantero perfectamente con el césped cortado,desde la acera a el porche de la puerta,de cemento,en la entrada unos escalones,para presenciar todo de una madera moderna, tenemos una sala bastante grande con sillones rojos, un televisor led. Teníamos los mejor; solo dos habitaciones usábamos ya que en esas dormíamos,las demás las teníamos para guardar cosas que quizás necesitemos mas tarde.

En este momento me encontraba cepillando mi cabello en el baño;me observaba al espejo, cada facción de mi, hasta cada imperfección que tenía;los ojos de distintos colores, pero nada que lentes de contacto no arreglen, un poco de crema para evitar la palidez de mi piel, el maquillaje también sirve;pero no soy la clase de mujer que se pone cosas en la cara. Seguía observándome, soy hermosa, no voy a negarlo, pero debía ocultarme, soy normal como todos, nada más que algo diferente, mis ojos llamarían mucho la atención, igual es mejor no cruzarse con mi mal temperamento.

Cristyn: ¡Raquel!, ¡Sal ya del baño! -grita molesta desde el Hall de entrada.

Su voz me sacó de mis pensamientos. Me arreglé un poco más y me dirigí hacía ella, agarré mi chaqueta negra de cuero, mi mochila y salimos para encaminarnos en completo silencio al infierno al cual llaman escuela.

Ya estando en el lugar educativo, todas las miradas puestas sobre nosotras era lo menos que se podía decir, no me importaba, ya que no es de mi interés conocer a nadie, vivía feliz con mis momentos de soledad y con Cristyn que no siempre la aguantaba.

Después de darnos todo lo necesario, ya nos encontrábamos en nuestras respectivas clases;separadas, lo que faltaba. Al entrar al salón, la Secretaría explicó el incidente al profesor de geografía del porque había sido su clase interrumpida; obviamente la causa era yo, y era lógico que fijarán sus vistas en mi, mientras yo, me ocupaba de observar a todos como podía;intentando ser discreta logrando descifrar como era cada persona.

Me senté en el fondo, junto a un chico que no le veía la cara pero tampoco me interesaba saber. Acomodé mis cosas y puse mi rostro entre el hueco que formaban mis brazos, ocultándome en ellos. La verdad era que no quería estar aquí ni un segundo más y eso que solo pasaron cinco minutos desde que entré y me acomodé, pero para mí parecía unas cuantas horas.

[...]

Desperté, aparentemente no aguanté y me había quedado dormida. Miré a mi alrededor y el aula estaba completamente vacía, a excepción del chico de mi lado que me habría despertado y yo, que aún no caía a tierra.

Dirigí mi vista a mi compañero de banco que tenía su mano puesta en mi hombro, al parecer me habría sacudido para que despertase. Bufé haciendo un resoplido con mi nariz mostrando que estaba algo enojada respecto a que desconocidos me toquen, él lo notó y sacó rápido su mano de mi.

???: lo siento,te quedaste dormida y bueno no me pareció apropiado dejarte sola aquí -acomoda sus libros guardándolos en su bolso.

Ahora que lo veía de perfil, debía admitir que tenía un muy buen perfil; pálido como un fantasma, su mandíbula tensa aunque se lo observaba bastante relajado y sereno, sus ojos eran de un verde esmeralda, su cabello medio ruloso de color castaño mezclado con rubio ceniza. Eran esos típicos chicos bien apuestos, populares, misteriosos, que solo se juntaban entre familia y ocultaban sus secretos juntos, hasta que alguien se mete en todo ese rollo; probablemente la mayoría de los casos chicas curiosas, que lástima que no sea nada entrometida al contrario, soy bien reservada.

???: se que eres nueva -Dice sin mirarla.

Raquel: ¿qué? -responde sin mas.

???: mi nombre es Curtis Martinez, y jamás te vi en la escuela -ahora si se digna a mirarla.

Es un chico astuto, algo frío y calculador, pero me parece demasiado obvio que no me conozca, soy nueva aquí, es muy común; o al menos para mi, que no reconozcan mi cara. Tomé mis cosas si siquiera tener la cortesía de presentarme; transcurrí el día normal y aburridamente hasta por fin llegar a casa, tirar mis materiales de escuela por ahí e irme y encerrarme en mi cuarto.

Híbrida con Secretos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora