¡La ostia, soy una maga!

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-¿Falta mucho? Estoy cansada..- me quejé.

-¡¿Estarás de coña, no?! ¡Cómo cojones vas a estar cansada si el que está haciendo el esfuerzo de llevarte soy yo! Y ya es la quinta vez que me preguntas cuanto falta en diez minutos, ¿Eres una niña, o qué?-

-Tú tampoco te quejes que has sido tu el que me ha incapacitado para andar chamuscándome el tobillo- refunfuñé. -¿Pero queda mucho?-

- Y daaale con la preguntita...Estamos cerca. Pero como vuelvas a preguntar, te dejo esa herida como está. Así que te callas- amenazó.

-Vale, vale..perdóneme usted- dije en tono sarcástico.

Recorrimos las calles de aquella misteriosa ciudad durante lo que me pareció una eternidad. Todo estaba muy iluminado y con un ambiente bullicioso. Me sentí más tranquila en cuanto empecé a ver lo que al menos físicamente parecían "personas". Seguía estando lleno de seres con aspecto desagradable, pero esos parecían inofensivos. Revoloteaban por ahí sin prestarnos atención y hablaban con las personas. ¡Incluso había tiendas! A excepción de esos seres, parecía una ciudad completamente normal. 

-Hemos llegado-

-Amm.... Por favor dime que estás de broma otra vez- comenté con seriedad.

-En absoluto- sonrió orgulloso.

-¡Estamos debajo de un puto puente! ¿¡Qué eres un vagabundo o qué?! ¡No se puede vivir aquí debajo a la intemperie!- grité.

-Oye, oye, oye...¿Quién dice que viva a la intemperie?- respondió ofendido.

-Ah pero lo de que eres un vagabundo no lo niegas, eeh- me exasperé. Con ese tío estaba bien jodida.

-En esa pared, debajo del puente, hay una puerta, ¿lo ves? Es una puerta interdimensional. El espacio que ocupa mi casa no tiene un lugar fijo, allí donde coloque mi puerta estará el acceso a mi casa. Puedo ponerla en una pared, en un árbol, en el suelo...-

-¿En el suelo?- pregunté confusa.

-En algunas ocasiones puede ser muy útil, te sorprendería-

-Ya...si tu lo dices...-

Nos acercamos hasta pararse frente a la puerta.

-Hola puerta, ¿Cómo estás?- dijo mirando al frente. Mi cara de estupefacción no podría ser más indescriptible. ¡Acababa de hablarle a la puerta! Dios mío, es un puto chiflado y vagabundo... Repito, estoy bien jodida.

-Hola amo, gracias por preguntar, estoy bien. ¿Trae una invitada?- una dulce voz de mujer emergió de la puerta.

-Así es, está herida, así que si me disculpas entraremos ya- respondió cordialmente el chico, a lo que la puerta se abrió dando paso a una sala de estar completamente normal: con sofá, alfombra, mesa ¡y hasta una tele! ¿Pero qué mierdas hace una tele en el mundo espiritual? No entiendo nada..acaba de tener una conversación con su puerta....esto es de locos. Tal vez no he muerto y simplemente he perdido la cordura, si, eso tendría más sentido. 

-¡Eh, despierta!- dijo chasqueando los dedos delante de mis ojos. Me había quedado en babia con mis pensamientos. Me sentó en el sofá, se sentó a mi lado, sacó una navaja de su bolsillo y se hizo un corte profundo en el dedo. Lo puso delante de mí y dijo -Lámelo- con toda seriedad.

-¿Qué?- 

-Que lo lamas, ¿Estás sorda, o qué?- protestó.

-Te he oído idiota, pero no pienso hacer eso. ¿¡Por qué cojones tengo que lamerte el dedo lleno de sangre, estás tonto?!-

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⏰ Última actualización: May 03, 2018 ⏰

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