Capitulo 5: Fin De Semana En Seattle

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~Ella, se desliza y me atropella
Que aparece y que se esconde
Que se marcha y que se queda
Que es pregunta y es respuesta
Ella domina el alma y me la enreda
Va conmigo, pero no sé donde va
Que está tan dentro de mi vida
Y a la vez está tan fuera
Pero, ¿si mi boca se equivoca?
Sea, lo que quiera dios que sea
¿Quién me dice si era ella?
Y si la vida es una rueda y va girando
Y nadie sabe cuándo tiene que saltar
Y si fuera ella~


– Sara, creo que te equivocaste de habitación – dije quitándome los audífonos y dejando el Ipod sobre la mesa de noche.

– No, definitivamente ésta es la que estaba buscando – exclamó en tono sensual sentándose a mi lado.

– No pretenderás dormir aquí, ¿verdad? – pregunté haciéndome la desentendida.

– No pretendo precisamente dormir Carmilla – respondió poniendo su mano sobre mi muslo – ¿sabes?, has sido mi fantasía los últimos diez años de mi vida y ahora quiero hacerla realidad.

– Sara, está aquí toda mi familia, incluida Mattie, tu amiga.

– Todos están en sus recámaras – se sentó sobre mí – prometo no hacer ruido – añadió y me besó apasionadamente.

Puse mis manos en su cintura y le correspondí el beso, que diferente era su sabor al de la desconocida de anoche, su forma de besar. Empezó a lamer y mordisquear mi cuello, estaba logrando excitarme, pero nada comparado a las caricias que ella me provocaba, estaría a mil con ella si me mordiera, pero. ¿qué estaba yo haciendo?, ¿comparándola?, jamás había hecho comparaciones antes, me quedaba claro que cada mujer era única, ¿por qué ahora pensaba en ella y deseaba que fuera la que estuviera ahí? Sara subió a mi oreja y la lamió, absorbió el lóbulo, yo estaba estática, como nunca, mi cuerpo estaba ahí, mi mente a kilómetros.

– Me he reservado para ti, quiero que seas la primera, como siempre lo soñé – susurró en mi oído trayendo mi mente de regreso.

Y, sin saberlo, me dio la clave para detenerla, así que la cargué y la puse a mi lado, me levanté de la cama y me llevé una mano a la cabeza, haciendo mi cabello para atrás.

– ¿Qué pasa?, ¿nunca has estado con una virgen? – preguntó inocentemente.

– Sara, la primera vez en la vida de una mujer es importante, tiene que ser especial, es algo que siempre recordará.

– Lo sé, porque eso quiero que sea contigo – exclamó hincándose en la cama para alcanzarme, pero yo me hice para atrás.

– No es buena idea – aseguré.

– ¿Por qué no?, ¿no te gusto?, ¿no me encuentras atractiva?

– No es eso, eres muy hermosa. Pero mereces que tu primera vez sea única – guardé silencio buscando las palabras adecuadas – mereces que sea con alguien que te quiera, no con quien está pensando en otra persona.

– ¿Qué?, ¿estabas pensando en alguien más? – preguntó desconcertada y desilusionada.

– Sí, no voy a mentirte, por eso no merezco que me entregues tu inocencia, espera a que llegue el indicado, la persona que te quiera y que esté feliz de ser el primero en tu vida, yo no soy esa persona.

– No sabía que tuvieras novia, eso sí es una sorpresa, la inconquistable Carmilla Karnstein al fin ha sido cazada.

– No es mi novia – dije sin pensar – aún – añadí sorprendiéndome a mí misma.

Libre Hasta Que Llegaste Tú - SEGUNDA PARTE -  (HOLLSTEIN Lesbian G!P) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora