Just for You | TordEdd

3. Un segundo para pensar

─ Señor, tenemos su dirección.

Un misterioso hombre la hablaba a un dispositivo. Nadie a su alrededor sabía quién era, ni siquiera sabían que estaba ahí.
Vestía formal, llevando un uniforme azul, mantenía su pelo suelto llegandole así casi a los hombros, tenía una mirada sería mientras observaba al chico de verde entrar al edificio.

Casi inmediatamente un sonido salió del pequeño aparato. Fue una estática que rápidamente reveló una voz.

─ Excelente. Proseguiremos con lo acordado.

─ Sí claro.

Esas dos palabras dieron fin a su conversación. Como era de esperar, al otro lado de la línea se encontraba Tord, repasando el plan que estuvo preparando por tanto tiempo.

En este contexto, vengarse no sería la palabra que utilizaría, después de todo, vengarse es lo que haría una persona que guarda rencor. Él no era así, él era mejor. Dentro de su ajetreada forma de vida, perder un robot no era nada. Perder un ojo no era lo peor y el tener que amputar su brazo y parte de su pierna era más conveniente que otra cosa, ¿quién podría decir que no a extremidades roboticas? Otra vez marcando su superioridad.

El robot gigante, el mayor trabajo de toda su vida, podría ser replicado. Pero, lo más importante ahora mismo no era algo, sino alguien.

Edd era la persona por la cual Tord había vuelto realmente. Edd sería el único que podría decirle que si a su pequeña aventura y a sus pequeños experimentos. Pero Edd tiene sería el único que los haría útiles.
No era un secreto para nadie que la vida alrededor de Tom, Matt y Edd era interesante, agitada. Por alguna razón que Tord no lograba comprender, el peligro siempre seguía a esa persona. No sólo eso, sino que también lograba vencer tales inconvenientes.

Edd hubiera sido una gran adición a su equipo. Junto a él podrían conquistar cualquier cosa que se propongan.

De todas maneras, la situación cambió. Pero qué más hace a un buen líder, que tener un plan B e incluso un C. Actuarían apenas las aguas se calmaran. Probablemente Edd no haya pensado mucho de su encuentro, sólo algunos traumas resurgiendo. Pero la realidad era que, de ahora en más, Tord lo seguiría donde sea que vaya. Viviría en su mente y, eventualmente, Edd sería suyo.

Edd llegó a su piso, dirigiéndose a la tercera de las puertas que demostraban la entrada a las habitaciones de sus vecinos, Tom y Matt. Siendo lo más silencioso posible, entró a su habitación y se tiró a la cama.

Aunque dejar que las latas de coca-cola se calienten sonaba como un delito, Edd necesitaba un poco de tiempo para pensar, reflexionar.

Después de un año por fin estaba volviendo a su vida normal. Levantarse, mirar películas, dar vueltas e ir en alguna que otra aventura, cosas normales. Hoy pensaba llevarlo con calma, comprar unas cocas y relajarse en su departamento, pero nunca, nunca, pensó encontrarse con él.

Hasta donde él sabía, Tord había quedado dentro del robot gigante cuando éste explotó, sería sorprendente que no hubiera muerto. Pero, aunque no lo recuerda muy claramente, Tord estaba casi totalmente intacto, con algunas excepciones. No sólo eso, sino que tuvo la valentía de volverlo a ir a ver luego de todo lo que hizo.

Edd no lo iba a negar, Tord fue un buen amigo, el mejor de los amigos, pero lo que había sucedido el año anterior solo le dejó en claro el tipo de persona que realmente es.

"Nos lastimas", era realmente estúpido. El único que seguía sufriendo por esto era él. A Tom nunca le cayó bien, Matt probablemente no lo recordaba y él, él sí. Edd recordaba todo, sus aventuras, su peleas estúpidas, sus gustos compartidos y la forma en la que pasaban el tiempo, él lo recordaba. Tord era especial para todos, pero especialmente para él.

¿Era posible que siguiera queriendo al noruego? La respuesta es sí. Tal vez por eso intentó escuchar su explicación, o tal vez por eso no lo destruyó a golpes. Tal vez por eso el otro no respondió igual.

Puede que sus sentimientos lo estén confundiendo, pero Tord parecía igual de preocupado que él ¿será que éste encuentro no fue planeado? ¿de verdad Tord iría a visitar su antiguo hogar?

Si pensaba mantenerse a raya, entonces no. Lo mejor que podía hacer era olvidar todo, todo lo que pasó hoy y todo lo que pasó hace años. Su vida estaba en frente de él y no la iba a desperdiciar por un tipo cualquiera. Qué importa si lo llamó amigo en pasado. Los verdaderos amigos estaban a unos pasos de él y estarían dispuestos a sacrificarse juntos. Eso era lo importante.

Pero, incluso si confía en ellos plenamente, no cree que les contaría lo de hoy, lo último que quería era generar conflicto. ¿Podría poner buena cara si los ve ahora? No lo sabe, pero por ahí era la mejor opción. Si seguía revolcándose en su propia miseria sólo se sentiría peor.

Edd retomó sus fuerzas y se levantó de la cama. Agarró la bolsa de coca-colas y las dejó en la cocina, todas excepto una que llevaría afuera y hacía las puertas de sus vecinos.

Se acercó a la primera puerta y le dio unos golpecitos, a cambio escuchó solo un poco de música. Tom debe de estar ocupado, así que se dirigió a la segunda puerta.
Golpeó la puerta y, unos minutos después, un pelirrojo le abrió, saludandolo con una gran sonrisa.

Matt no era el más inteligente cuando se trataba de emociones, pero sabía que tenía buenas intenciones. Le explicó su innovador plan de quedarse en el sillón todo el día y mirar películas, el pelirrojo accedió y se pusieron a ello.

Sintiéndose más tranquilo, Edd logró sacar conversación e incluso reírse con su gran amigo, perdiendo completamente la concentración en la película. Eventualmente decidieron hacer una pijamada e invitar a Tom.

La noche continuó tranquila y el encuentro con el noruego desapareció de su mente. Momentáneamente.