Lo ha hecho...

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Destellos de luz en el gran estruendo de los fuegos artificiales, eso es lo que somos.
Y podemos hacer más estruendo, brillar más, pero siempre habrá otro que lo haga aún más.
Y nuestro destello puede ser el más potente y el más brillante, pero también el más efímero.
¿A que quiero llegar con todo esto? A que dejando marcas en los iris no harás mucho.
A que si quieres que tu nombre quede grabado en el mural de la história,
no debes centrarte en marcar los iris de la gente.
Debes marcar su memoria, sus corazones.
Debes ser una pluma, suave y delicada, rozando las cosquillas de esos jóvenes espíritus.
Debes despertar más que una simple sonrisa en esos cuerpos,
debes despertar un temblor profundo e insaciables lágrimas de alegría.
Pero hay una manera un más eficiente y duradera de perdurar por siempre en la Tierra.
Si ayudas a quien lo necesita y no te lo pide,
si salvas a los que dan por perdidos,
si los guías entre las tinieblas de la incertidumbre,
si les ayudas a aguantar ese horrible peso que la vida les ha puesto encima,
ahí te los has ganado a pulso.
Ahí, en esas personas, en ese instante has marcado,
más que la memória,
más que el corazón,
has marcado el alma de la persona.
Y aunque no quiera,
aunque te odie toda su vida,
aunque intente olvidarte,
cuando la noche caiga y solo se escuche el rumor de las olas,
y al latir de su corazón,
la suave brisa cruzará sus recovecos y le susurrará una sola cosa:
Lo sabes, sabes que te ha marcado. Y sabes que te encanta, digas lo que digas.

Tu, yo y todos nosotros, delante de una simple història: la nuestraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora