Capitulo 2

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Me dolía, sentía un retortijón en el estómago y mi cabeza, sentía como pulsaba mi cabeza... Tome el bote para la basura y una mezcla asquerosa que venía de mi interior salió por mi garganta y la escupí de inmediato al bote.-¿Estás bien?- pregunto mamá- Si, estoy bien-conteste con la voz entrecortada por qué  mi lengua estaba en su peor momento, por qué algo que odia tanto es sacar ese vomito y tener que saborearlo, mi estomago siente que meten una aspiradora que saca todo incluyendo mis órganos.
La quimioterapia no es del todo hermosa, te meten un suero que solo hace que vomites y te pulse la cabeza demasiadas veces en un rato de que te lo quitan, no te quita mi cancer, solo provoca más daño a mi salud mental; es lo que merezco ¿saben? La otra vez le grité de la peor manera a mi mamá, no solo el día del doctor fue el peor día, cada día está siendo un martirio tanto para mí como para mis padres, pero más para ellos por mi pésimo comportamiento. Lo peor de todo es que aún que sepa que está mal, lo sigo haciendo; seguro dirán: "Que pendeja estás Sam (yo lo sé)" "Deja de hacer tantas pendejadas Sam" "¿Por qué lo haces Samantha?".
Tengo una respuesta para todo ello; tengo cancer de piel y aún no puedo saber el por qué, ni siquiera sé si tengo suerte en algo.
Hoy fue mi primer día de Quimio, que ya les conté todo ese royo, lo que no les conté es que tendré que dar en adopción a mi perro... se llama Frankie, y como mi puto cancer es de piel, no puedo estar con él y es inevitable, así que se tendrá que alejar de mi vida... ¿Alguna vez les ha pasado eso? Que a parte de que el cancer te quite la vida, ¿que te quiten a la cosa que más amas? Es de lo peor, así que, amigos; no estén en el sol tanto tiempo o por lo menos usen bloqueador (Supongo que por eso paso el cancer  a parte de Frankie).
Estaba acostada en el sillón, solo pensando - ¿Mamá?- hablé con un tono fuerte- ¿Si cariño?- Entro rápidamente a mi cuarto y lo dijo con la suavidad más linda- Lo siento...- Dije tímidamente pero con firmeza- Sam, mi niña, no es tu culpa que te esté pasando esto- mis mejillas estaban ardiendo- no mamá, me disculpo por estar comportándome de la peor manera posible contigo, pero es que compréndeme, me estoy sintiendo fatal- le dije encogida de hombros- cariño, lo sé y créeme que te comprendo, si no lo hiciera ya te hubiera dado con la chancla- las dos empezamos a reír sin parar. Sinceramente, esas risas, me hicieron sentir mejor que nunca.

Sólo 15 AñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora