Capitulo 4

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Hoy otra vez quimio, esta del asco sinceramente... Pero Daniel me lo hace pasar todo mucho más relajado y no por su apoyo (sabe bien que odio las cursilerías), si no por qué sus caras son tan cagadas cuando ve la jeringa en mi brazo; el primer día que fue literalmente se me desmayo, primero tenía la cara de la monalisa, luego se puso más blanco y de repente mi mejor amigo ya estaba tirado en el suelo y jaja, las enfermeras estaban demasiado asustadas y yo estaba cagada de la risa, por qué vamos, conozco mejor que nadie ese hombre que quiere ser algún día una gran estrella de cine que estaba fingiendo desmayarse.
-¿Cómo te sientes?- mi mamá llego a la quimio, lo cual no es nada lindo por qué ella no me hace reír, me hace sentir peor-Bien,¿Dónde está Daniel?- mamá frunció el ceño- Fue por unas cosas a su casa, literalmente se mudó completamente al cuarto de huéspedes- contestó riendo- Ya lo conoces, a veces es demasiado femenino- mi amigo es gay, demasiado gay, lo cual lo hace demasiado femenino a mi parecer... Es demasiado bueno en ese aspecto por qué es como si conviviera con una chica y un chico al mismo tiempo aún que a veces sea demasiado dramático- Y él quiere estar contigo todo el día, te ama mucho Sam- dijo agachando la cabeza, con lástima- Sí, lo sé-.

Llegamos a casa y ahí estaba mi amiguito... Y Derek- Hola! Yo sé que algún día me lo vas a agradecer, al rato me cuentas cómo te fue con las mendigas agujas- dijo Daniel que de inmediato subió las escaleras, que evidentemente va a estar escuchando un poco más arriba de nosotros- Hola- sentía que mis mejillas ardían demasiado- Hola- conteste- Bueno, los dejaré solos para que hablen un rato, voy a preparar la cena ¿Te quedarás a cenar Derek?- solo a mí mamá se le ocurre invitar a cenar a mi ex- Mmm me encantaría, pero tengo que ir a hacer mi servicio y solo hoy es mi día de descanso- el país está entrenando tanto a hombres y a mujeres a partir de los 16 años para estar preparados en cualquier tipo de ataque que pueda pasar, sobre todo con Estados Unidos- Bueno, entonces te veo luego hombre-Sí, hasta luego señora- contestó amablemente- Señorita por favor, ¿Dónde me vez los hijos?- los tres soltamos las carcajadas y finalmente mi mamá nos dejó solos.
-Toma asiento- le dije entusiasmada. Se sentó de inmediato, como si se lo hubiera dicho su mamá; su mamá es demasiado.... No tengo palabras para describirla, solo una: Loca.
-¿Cómo estás?¿Por qué no me llamaste?- dijo frunciendo el ceño- No quería preocuparte, además, ¿Por qué motivo te pediría ayuda a ti?- Lo solté, solo un poco por qué si de verdad le fuera a decir la total verdad, me pondría muchísimo peor- ¿Por qué? Sabes bien que yo estaría aquí todo el tiempo que pueda; no me están dando tantas horas de servicio, y no sé, puedo acompañarte a tus terapias, ayudarte a comer... No lo sé, pero debiste llamar- dijo con toda la calma posible para que no me enojara- Lo siento. Y no debes preocuparte por eso, no estoy débil y Daniel me está acompañando casi siempre a las terapias, inclusive ya se mudó... Pero gracias por tu apoyo, solo que me siento de la cagada y pedir ayuda me inutiliza cada vez más- El fue duro en algún momento de nuestra relación al igual que yo, pero siempre que nos pasaba algo, nos apoyábamos de algún modo... Es lo que siempre ha hecho y lo que siempre odiare, por qué eso hace que lo ame aún más- No tienes que agradecer absolutamente nada. Mejor, ¿Qué te parece si salimos a jugar y despejar nuestra mente? Como en los viejos tiempos- asentí y salimos al patio de atrás de la casa.
Corrimos hacia los columpios; él siempre me empujaba fuerte mientras yo gritaba como loca histérica (mi mamá me transmitió su furia desde pequeña) por qué pensaba que me iba a romper mi carita en cualquier momento, además no puedo caerme tan fácil y menos de centón, por qué tengo un problema en la cadera de nacimiento.
Era tan divertido, hasta que los dos caímos al pasto agotados y muertos de la risa... Hasta que nos quedamos un momento viéndonos cara a cara, y yo viendo sus hermosos ojos-Te extrañe demasiado Sam- dijo-Yo también-.

Sólo 15 AñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora