-¿Cómo está tu tobillo?- preguntó Derek al entrar a la habitación.
-Sigue doliendo, no mucho al menos- dije con la voz apagada.
-Tu mamá me comentó que tuvieron una fuerte discusión y que no la querías ni ver, por eso me mando a mi; también me enteré de que Daniel está enfermo.
-¿Nada más viniste tú?
-No, tú papá ya está afuera hablando con el doctor. ¿Qué te sucedió?
-Me fracturé el tobillo.
-Sí, pero ¿cómo?
-Solo iba corriendo, no me sentía del todo bien- estaba totalmente decaída después de lo que mamá me dijo- y ni me di cuenta de que había una gran piedra ahí, entonces tropecé y caí encima de mi tobillo- realmente no me había dado cuenta de la existencia de esa piedra, estaba totalmente distraída, las lágrimas no podían parar, solo quería irme a otro lado que no fuera mi casa.
-Sam, no debiste salirte así como así de tu casa; es muy peligroso que estés afuera, sola y después de haber salido de un coma.
-Lo sé, lo sé. Pero es que..... Aghhh- cubrí mi rostro con las dos manos, fastidiada- estoy harta, Derek. Ya no quiero más vivir esta vida, estuve 2 años inconsciente y ustedes pudieron vivir bien sin mí, no habrá ningún problema si me muero. Mi mamá podrá ser libre, papá será feliz al lado de mamá, tú podrás ir a tener una novia hermosa y Daniel puede buscarse a una nueva mejor amiga, porque existen sientes de personas ahí afuera. Ya no quiero este maldito Cancer que cada día me está matando, ya no quiero ver sufrir a mi mejor amigo, no quiero verte sufrir a ti, tampoco a mis padres. Ya no quiero dañar a más gente, ya no quiero que este Cancer me siga dañando, no quiero que siga dándome el deseo de morir- dije aliviada. Derek enfureció totalmente, lo podía notar en su cara, no estaba nada de acuerdo con lo que acababa de decir-estas mal, estás muy mal de la cabeza por pensar esas estupideces. ¿Recuerdas lo que te dije esa vez en la librería?-.
-Sí. Mencionaste que el personaje de uno de mis libros favoritos te recordaba a mi.
-Así es, ¿y recuerdas por qué me recordaba a ti?
-No, no lo recuerdo- mentí. Recordaba perfectamente lo que había dicho. Parece que pasaron días y no años desde que sucedió tal cosa.
-Me recordaba a ti por lo fuerte, valiente y positiva que era ese personaje. ¿Pero sabes una cosa? Esa Samantha que conozco, no sé dónde diablos se metió. Porque la que está en frente de mí en este momento, no es la misma Samantha Gray que yo conozco; esta es una chica muy estúpida que ni sabe lo que dice- se dio la media vuelta y salió por la puerta.
Realmente me sentía terrible, mi comportamiento es pésimo desde que desperté de nuevo. Necesito arreglar las cosas, necesito cambiarme a mí misma, no está Samantha con Cancer, la Samantha de siempre.
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Sólo 15 Años
Teen FictionCuando existe una guerra entre ti misma, son los peores momentos que puedes pasar pero los últimos días que más debes disfrutar.