La Centinela Eterna

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En alguna parte de Felwood hay un pequeño campamento Kaldorei, la tienda está terriblemente desgastada, lo que hay dentro es simplemente lo que queda de lo que alguna vez fue el refugio de una centinela darnassiana que respondía al nombre de 'Anajlis Moonshine'.
La tienda, desgastada, erosionada por el viento aullante de esa tierra contaminada, en frente tiene una mesa de madera podrida, y en frente de este campamento, quizá un par de metros hacia adelante, hay algo que lentamente escarba la tierra para dar con algo que está allí, que con algo de esfuerzo se puede ver... Un cuerpo de únicamente huesos.

De todos los que habían, se notaba que faltaba uno, uno en la pierna izquierda... El fémur. El ave que había estaba excavando pareció extrañarse con esa falta, sin embargo, tras notarlo con sus detalles, perdió de vista lo que tenía en frente... Una figura de una Kaldorei uniformada estaba parada frente al Ave, ante esa enorme lechuza que parecía hundirse en nostalgia.

Cuando comenzó a notar la incomodidad de la situación, miró hacia arriba, el Ave podía ver el espíritu de la difunta Kaldorei sentada frente a él, como un espejismo, una imagen tenuemente transparente y blanca, pero detallista como un espejo que reflejaba exactamente la vida de esa Centinela.
Al igual que muchas veces, el Ave dio un salto hacia atrás hasta que la notó con más delicadeza, y pudo ver con claridad que quien estaba allí era exactamente a quien estaba buscando. Al darse cuenta, en lugar de alejarse, el ave se acercó al espíritu y dio un tenue cabezado a su mano izquierda, que curiosamente era tangible para él. El espíritu le sonrió gentilmente mientras le acariciaba la cabeza, esta pronunciaba.

"Yo también te extraño, Kal..." Decía la Centinela, que en cierto punto agarró al ave y la alzó agarrándola por debajo de sus alas. A pesar del Ave ser usualmente agresiva a este tipo de contactos, pareció no importarle y se dejó alzar, mirando continuamente en rostro de la Kaldorei.

"Estás tan grande... Recuerdo cuando todavía eras un pichón..." Decía ella, acercando el ave a sí misma para abrazarle. El ave ciertamente se dejó abrazar, y apoyaba su cabeza contra el pecho del espíritu.

La imagen de ambos abrazándose era nostálgica, de hacía varios años atrás, antes de... Él.

...

-Aproximadamente 5 años atrás. -

...

La Centinela estaba en frente de su superior, para de manera erguida y respetuosa ante ella, con su arma en su espalda y su lealtad demostrándose frente a su superior.
Mientras Anajlis la escuchaba, las palabras de su superior describían lo siguiente:

"Hace un tiempo se está buscando a una fugitiva que responde al nombre de 'Elesh Stellarmemory'.
Su búsqueda se debe a los acontecimientos pasados hace un tiempo, siendo estos...
- La superior se tomó un momento para revisar un papel- Homicidio, Uso de artes prohibidas y fuga.
Tu trabajo va a ser buscarla y traerla a la justicia, obligatoriamente con vida."

No era la primera vez que Anajlis escuchaba ese nombre ser pronunciado con temas sobre la justicia. Sabía su historia muy bien, pero muchas veces se dudaba si esa persona siquiera existía... Su historia era como un cuento para niños que contaban los padres para dormir. Era una leyenda, una historia que todos afirmaban era simplemente eso, un cuento.
Sin embargo, en el ambiente militar parecía darse por hecho de que no era así, que esa persona en realidad existía, y estaba prófuga... Cuando la Superior le dio sus instrucciones ella dudó tenuemente, pero sin alterar su expresión de determinación ni tampoco la idea de cuestionarla cruzaba por su cabeza.

"¿Comprendes hasta este punto?" Preguntó su superior.
Anajlis asintió con las palabras "Sí, mi señora."

La superior sacó otro papel y comenzó a leer una descripción detallada de la apariencia de esta fugitiva. Por su parte, Anajlis memorizaba cada rasgo específico que se le decía, tenía buena memoria y, en su cabeza, se dibujaba esa persona de manera perfecta.

"La última vez que se avistó a esta fugitiva fue en Felwood, pero las fuentes dicen que puede estar en cualquier parte del mundo, pues se la ha avistado en diferentes partes de Azeroth. Tu trabajo a partir de este momento se dedicará exclusivamente a su búsqueda." Dijo su superior, para luego extenderle una serie de papeles, entre ellos los que ella había leído ante Anajlis. " Con estos papeles tendrás las especificaciones de su descripción física, además de los permisos que deberás entregar a cualquiera que pregunte sobre tu deber. Estas órdenes son absolutas y nadie podrá cuestionar tu trabajo, ni detenerlo a menos que sea una entidad de naturaleza Darnassiana y llegue de mi parte, con un papel firmado con declaración mía. ¿Comprendido?"

Anajlis asintió nuevamente, "Sí, mi señora".

"Aún más importante, esta información debe quedar dentro del conocimiento de los Kaldorei, no dejes que esta información se filtre de ninguna manera, debe permanecer dentro del ambiente Kaldorei, sin excepciones."

Anajlis comprendía, ese mito se había mantenido en el ambiente Kaldorei por razones obvias. ¿Qué iba a pasar si alguien externo se enteraba de que los Kaldorei tenían acceso a ese tipo de conocimientos? Definitivamente no era algo que se debía permitir bajo ninguna circunstancia.

" Algo importante antes de partir en tu deber, Centinela." Dijo su superior, haciendo que Anajlis prestara algo más de atención. "No tienes autorizada la vuelta a Darnassus a menos que sea con la fugitiva bajo tu control, y viva."

Anajlis sintió un escalofrío al escuchar eso, ¿No volver a Darnassus? La idea le daba algo de terror, pero tenía sentido, pues podría dar la idea de que ella no hacía bien su trabajo, o que lo había abandonado. Sus órdenes eran siempre estrictas y ella era fiel a estas.

"Entendido, mi señora." Dijo ella. Para luego ser saludada por su superior que le dio un saludo respetuoso el cual ella correspondió.

...

Cuando ella dejó Darnassus, lo hacía con su arma, uniforme y equipamiento común. Un barco la esperaba en la Aldea Rutheran, en la base de Darnassus, este la llevaría a Costa oscura con sus dos compañeros en el deber... Kal, un Búho que ella había tenido desde que era un pichón, y un Tigre, que era fiel a ella como montura o compañero también... Si había algo que recordaba bien, era su nombre, que ella misma le había dado en recuerdo a su propia madre; Loraei.

El camino iba a ser largo, y quizá le llevaría mucho tiempo, pero si algo era seguro era que no iba a fallar.

...

-Actualidad -

...

La Centinela todavía abrazaba al búho, el recuerdo había sido longevo en su cabeza, pero en la realidad quizá solo habían sido unos momentos.
El Búho lentamente hizo unos movimientos despegándose del espíritu y dio un pequeño salto del espíritu para caer a su lado y sentarse a su lado, mirando hacia adelante.
El espíritu lo siguió y lo dejó irse de su agarre, ella miraba a todas partes, pero al igual que el noventa y nueve porciento de los casos, no había nadie al rededor a excepción de la tierra que se descomponía a cada momento.

"¿Te vas a quedar?" Preguntó el espíritu al búho, y el animal asintió tenuemente, entendiéndose completamente.

"Eres un amor." Dijo ella, acariciándole la cabeza lentamente.

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora