DeathStalker

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Había un pie sobre una de las muelas de ese artefacto, mientras que ambas manos hacían fuerza, temblando levemente, en contra del mecanismo. Cada progreso se escuchaba como un 'tick' de una especie de reloj que iba en contra de su dirección normal.
Exigía fuerza, hasta que de repente, escuchó el último tick, y la plataforma en el medio de esta mandíbula de hierro se alzaba, como una lengua, una presión simple haría que se cerrara... Le gustaba eso.

Se sentía satisfecha con saber que podía seguir armando una trampa con sus manos, aunque no fuera algo que se olvidara, más hacía años empezaba a sentir que le costaba un poco más de lo usual.
Pensó un momento mientras miraba a su mascota, le señalaba que esa cosa NO se debía tocar bajo ninguna circunstancia, que siempre estuviera atenta. Luego de eso, agarró manojos de hojas, ramas que estaban en el piso, se había encargado de cortarlas para poder camuflar la trampa con eficiencia. Una vez terminó, solamente miró su trabajo desde arriba, a simple vista no se notaría... Cualquier animal que estuviera apurado no se fijaría en la trampa, y sería encarcelado sin posibilidad de escapar... Todo fuera por sobrevivir.

El Bosque de Elwynn, aunque aveces frondoso y oscuro, solía no solo ser hogar de fauna, sino también de Personas, no solamente los ciudadanos de Ventormenta, también algunos puestos militares humanos, Villadorada, un pueblo muy pequeño, algunas minas y granjas.
La circulación de humanos por las carreteras no era extraña, pero la fauna no se quedaba atrás, quizá algunos osos, algunas panteras... Nada que un ojo atento no pudiera avistar.

A la Centinela no le hacía falta la comida, más agradecía alguna caza de vez en cuando, para sentir que no perdía el ritmo con el arco, con la lanza... O con el planeamiento como podía ser una sencilla trampa de presión. Todos los días que se mantenía parada bajo en sol, mirando hacia adelante en esa condenada plazoleta de Ventormenta, más sentía una inútil, pues cada día que pasaba, era otro día en el que su objetivo no aparecía, y cada día sentía que era más pesado, cuando recordaba que, sin su objetivo en sus manos, no podría volver a su hogar.

Había pasado de ser una cuestión de 'deber' a una de completa necesidad, habían sido muchos años desde que había visto los bellos colores de Darnassus, su viaje la había llevado a recónditos lugares de Azeroth con el simple objetivo de capturar a su objetivo, que parecía siempre estar un paso delante de ella.

Usualmente hacía guardia todo el día, casi sin descanso, aveces circulaba Ventormenta, en busca de algún signo, que nunca encontraba, tal vez algún día tendía a pensar que su objetivo no estaba en Ventormenta, más todas sus pistas indicaban que aún permanecía allí. Aveces era ella que veía algo, aveces era su Hipogrifo que, al circular con ella, encontraba algo, un rastro que se desvanecía con un poco de distancia. Confiaba en sobremanera en su mascota, Myrs era bastante inteligente para ser una criatura salvaje, aunque ahora mismo 'domesticada', pues podía percibir cosas que normalmente la Centinela no podía. Agradecía su entrenamiento en esas ocasiones que le dieron la posibilidad de haber entablado un vínculo con una criatura de esa índole.

...

Con el tiempo, la Centinela usualmente se sentía mal en Ventormenta, aveces eran ciertos dolores musculares que no sabía de dónde venían, recordaba bien una vez que tuvo un severo dolor durante la noche en su pierna, más cuando la analizaba para encontrar alguna cosa, solamente veía su pierna intacta, sin rastros de golpes o similares, pero ese había sido el único dolor que había sentido con tanta fuerza en muchos años.

Para su fortuna, no duraba mucho, era simplemente algo que duraba a lo mucho unas cuantas horas o unos días antes de desvanecerse, aveces era su pecho que le dolía, y trataba de contener su dolor manteniéndose parada firme, montando su usual guardia para que nadie sospechara, y le salía muy bien, pues la gente no parecía notar que le dolía algo, pasaban de largo de su presencia como si se tratara de una estatua que simplemente decoraba el ambiente.

Luz de LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora