A la mañana siguiente salió al parque, se sentó frente al lago en una banca bajo el árbol de Sakura con su libro favorito, en estos días frescos eran momentos perfectos para leer, para disfrutar del lago, los patos que nadaban o simplemente mirar hacia arriba las hermosas flores rosa de aquel árbol, después volvía a casa e iba por las tardes al café, se había vuelto una rutina, al cruzar la calzada en frente de Marfil por la tarde esperaba que el destino le hiciera cruzarse con el joven aquel que inundaba sus pensamientos, pero no fue así.
Ingreso a la cafetería sonriendo saludo a Susana, se dirigía a su mesa y ahí estaba él, tan guapo justo delante de ella, no lo podía creer, llevaba un rato de pie en la entrada sin darse cuenta, reacciono unos segundos después y siguió hacia su sitio habitual, se había prometido a si misma al menos saludar si se lo encontraba pero como siempre estaba consumido en trabajo, Janna saca su teléfono lo coloca en la mesa boca abajo para no mirar la pantalla y espera su café, esta vez no mira por la ventana si no a la persona sentada en la mesa del frente, Jason usaba lentes ese día, vestía una camisa azul marino que resaltaba el color de sus ojos, una corbata gris, su saco guindaba del respaldar de su silla, y Janna esperaba le devolviese aunque sea una sonrisa; pasada media hora nada todo iba igual, decida a dar el primer paso, no quería llegar a casa y arrepentirse, al menos intentaría saludar, se pone de pie mete el celular en la bolsa de su chaqueta, camina hacia el joven, pero pasa de lado hacia el baño, se detiene unos pasos antes, "Janna no seas cobarde" se dice a sí misma, toma aire, sus manos sudan de los nervios, gira y se devuelve, se queda de pie frente a la mesa, él no alza a verla, y ella no sabe que decir, no quiere parecer una loca desesperada.
—Hola, soy Janna.
Jason alza su vista y mira a su alrededor.
— Ya me atenfió la otra señorita, gracias. —Le dijo, sin levantar la vista.
—No, yo no soy mesera, tampoco trabajo aquí, me llamo Janna.
—Ajá. —Mira desconcertado a la chica que le está hablando de arriba abajo—. ¿Y?, entonces ¿necesitas algo?
—No, solo quería presentarme. —Se sentía intimidada ante aquel escaneo que él le hacía con su mirada, su tono de voz era fuerte y le causaba temor, quizá no fue buena idea hablarle.
—Bien. —Frunce los labios y se mete de nuevo en su computador ignorando por completo a Janna.
—Bueno, me preguntaba si ¿podía hacerle compañía?, o ¿si le gustaría? —estaba nerviosa, no sabía que decir, este era el último intento, aunque ya se sentía humillada ante aquella indiferencia.
Jason alza su vista lentamente, suspira con fastidio.
—No sé si lo ha observado, estoy ocupado, trabajo, no socializó, si me disculpa. —Y otra vez invisible su presencia.
Janna se queda en silencio da media vuelta y regresa a su mesa, siente tantas cosas a la vez, enojo, tristeza, "¡que fracaso!", al devolverse alguien le ha quitado la mesa.
—Disculpa yo estaba aquí antes, mi café sigue en la mesa. —Estaba de mal humor.
—Lo siento, me gustan las mesas cerca de la ventana, creí que no había nadie, pero me puedo mover a otra no hay problema. —Dijo amablemente el chico.
— ¡No!, no tranquilo quédate, a mí también me gusta mirar por la ventana, perdona mi mal humor.
—Vaya, ¿por qué estas molesta si se puede saber?
—Nada importante, déjame presentarme soy Janna.
—Mucho gusto señorita, me llamo Steven. —Hace una reverencia con su cabeza como un caballero ante la realeza, y Janna sonríe.
— ¿Es la primera vez que vienes por acá?, nunca te había visto. —Pregunta ella.
—Soy nuevo, recién me mude cerca, salí a conocer un poco los alrededores. ¿Y qué hay de ti vives cerca o trabajas por aquí? cuéntame. —Como un niño coloca sus codos sobre la mesa sosteniéndose la cara con ambas manos esperando la respuesta.
—Vivo cerca, estoy de vacaciones unos días. Hay un parque cerca a unas cuadras deberías visitarlo. —Responde un poco desanimada, distraída, aún se siente incómoda con lo sucedido con el arrogante personaje que tiene a sus espaldas.
Jason alza su vista, y la escudriña se queda intrigado por un momento, trata de seguir con su trabajo, pero a ratos vuelve a mirarla, no entiende ¿por qué se acercaría?, quizá estaba loca "¡Que chica!".
No puede evitar prestar atención al muchacho que esta con ella, como le sonríe, y le brillan sus ojos, "si esperaba a su cita no entiendo a que vino esa presentación tan fuera de lugar, será mejor irme aquí no se puede trabajar", cierra su computador, recoge su saco da un último sorbo a su café y al salir mira de mala forma a Steven, pero este no se percata, Janna lo sigue con la vista por la ventana.
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Amor con Café
Storie d'amoreJanna frecuentaba la cafetería cada tarde, jamás creyó encontrar el amor en algo tan simple, en alguien tan arrogante, y mucho menos en el poco tiempo que le quedaba...