capítulo 1: descenso

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" Si me preguntas, creo que la etapa más feliz de una persona es la niñez, aunque en ese tiempo no sabemos valorarlo. Ni para todo niño es igual,  yo debo agradecer que mi infancia fuera tan maravillosa.

Lástima que está terminara muy pronto".

En una fría noche de invierno, la ciudad se encontraba a obscuras de nuevo, Siempre que había una tormenta de nieve, la luz del pueblo era cortada. Una de las tantas desventajas de vivir en un pueblo tan al sur de Rusia, no solo perdian la luz por días, también se perdían amigos.

Pero los pueblerinos contaban con algo que los de la ciudad carecían, "libertad" alejados de un gobierno opresor, injusto y violento, al grado de que era mejor enfrentarse a un oso que a un miembro de alguna mafia, o caer en las manos del gobierno, era mejor vivir de esta manera.

A las afueras del poblado más pobre y  apenas iluminada por algunas lámparas de gas, estaba una pequeña casa, dentro una mujer cuidaba a su cachorro, un pequeño no mayor de dos años , con un cabello platinado y ojos como el cielo más despejado en el día más soleado.

Ella y su Alfa eran unas de esas familias que preferían esa vida tan dura que tener cada noche miedo de no saber su destinó.

La mujer le cantaba una nana a su cría, mientras lo alimentaba, cuando la puerta de un golpe se abrió dejando  entrar a un hombre delgado y con el cabello platinado de ojos marrones, en su espalda cargaba una liebre blanca con el pelaje manchado en sangre.

- perdón, fue lo único que encontré - dejó al animal muerto sobre un fregadero para que terminara de desangrarse.

- es más de lo que esperaba querido, de todos modos Vitya ya ceno y ahora duerme - la mujer le enseño a su cachorro dormido

- es realmente lindo, crees que sea un omega?

- yo espero que sí - con sumo cuidado dejó al cachorro sobre la cama que compartían - te daré de cerrar, hoy logré sacar algunas papas del campo y con eso prepare un estofado, mañana are al conejo.

El hombre abrazo a la mujer respirando el dulce aroma a sándalo - gracias, lamento que no sea un buen proveedor.

- cariño, que pasa? - la mujer intuía que algo no estaba bien con su pareja.

- hoy cerraron la fábrica - el hombre se dejó caer derrotado - ya no tengo empleo, solo algunos hombres se quedarán a ayudar a desmantelar todo y yo no fui requerido.

La mujer se asustó pero no lo demostró, con cuidado colocó la sopa frente al hombre y colocó a su lado tres rebanadas del último pan que tenían, ella no había comido dejando cenar a su esposo, claro esto último no lo sabía su Alfa.

- encontrarás otro empleo, estamos a medio invierno, con lo que logres cazar y lo que pueda recolectar lograremos sobrevivir.

El hombre no estaba muy seguro de eso, pues su cuenta bancaria apenas tenía lo suficiente para un par de semanas, pero tampoco quiso desanimar a la mujer.

- lograré encontrar algo.

Ambos darían lo mejor para no tener que regresar a la ciudad, aunque a veces las buenas intenciones no son suficientes, con mucho esfuerzo lograron tener alimentos hasta casi finalizar el invierno, si suerte para el alfa de conseguir un nuevo empleo.

- que debemos hacer querido? - la mujer cargaba al niño que jugaba con un pequeño oso de felpa - mañana termina el plazo para la renta y ya  Debemos dos.

- lo sé mujer, pero no conseguí empleo y lo que logre cazar apenas si nos dio algunas pieles y algo de comer, si saco los ahorros que tenemos nos quedaremos sin dinero.

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