VENGANZA 2

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Después de casi 15 minutos más gritando, Akutagawa empezó a sufrir un ataque de tos, eso hizo que los gritos de Atsushi cesaran. Por suerte no fue nada serio y en unos minutos más ambos estaban calmados mirando fijamente al Soukoku, que seguían en su celular/libro respectivamente.

- ¿Por qué?- pregunto Atsushi molesto a Dazai, quien levantó la vista de su libro y con el semblante serio contestó.

- No me creerías si te lo dijera.

- Dazai-san.

- Está bien, está bien, te lo contará Chuuya- el peliblanco miro a Chuuya fijamente, este pauso su juego y miro a Atsushi.

- No puedo hablar sin una copa de vino

- No hay vino ya- intervino Akutagawa

- No, MI Petrus- recalcó el ''mi''-  se lo acabaron ustedes antes de todo este circo, pero el idiota suicida tiene otro, ¿no es verdad?

- Así es percherito, está entre mis cosas.

- No, no hay nada, nos tomamos ambos- el rostro de Chuuya se desfiguro, aun peor que cuando fingía estar endemoniado y por algunos segundos los dos menores temieron por su vida, tanto que retrocedieron un paso. En cuanto lo hicieron sintieron chocar contra algo, y como si siguieran en una película de terror voltearon con mucha lentitud para encontrar a Dazai sonriéndoles.

- Pero mi sake sigue ahí, ¿cierto?

- S. Si.- tartamudearon los dos

- Estupendo, vamos Chuuya, hoy te dejaré probar de mi sake- el tono cantarín con el que lo dijo era muy distinto a lo que ellos esperaban, pero saber que al menos Dazai detendría a Chuuya de matarlos los calmo un poco. Y como si hubiese dicho las palabras mágicas Nakahara volvió a su rostro habitual.

- Si no hay de otra...

Akutagawa entrego el sake a Osamu y este sirvió a todos, empezó a platicarles una anécdota sobre algo que había pasado en la agencia antes de que Atsushi llegara, en parte explicaba el trauma de Tanizaki y añadía otras dudas al albino. Tras acabar su relato, Chuuya dijo había pasado algo similar en la mafia y contó otra anécdota que Akutagawa desconocía y estaba muy feliz de conocer, aunque para ser sinceros nada tenía que ver con lo que Dazai había contado.

Cuando uno iba terminando una el otro iba iniciando otra, los menores incluso se olvidaron de que el pelirrojo les iba a explicar la actuación.

Mas el Soukoku no lo había olvidado, y ellos no estaban tomando trago alguno, por lo que tras varias anécdotas y muchas copas Atsushi y Akutagawa cayeron dormidos.

Al verlos caer la sonrisa de Chuuya se ensancho y Dazai sintió compasión por ellos.

- Deberías reconsiderarlo Chuuya.

- Lo dice quien casi los mata del susto.

- Si, bueno, a ti no de disgustó la idea.

- Era necesario, esto también lo es. Se acabaron TODO mi vino, hasta el de reserva, ¡Era un Petrus!¡ Me vestí de chica para que me lo dieras! Así que se lo merecen.

- Bien...

- Tráeme una tabla.

- ¿estás seguro?

- Que sí. Tú limítate a traerla.

Una vez Dazai se fue, Chuuya toco a los dos chicos y manipulando la gravedad se llevó a ambos a la habitación principal.

Cuando Osamu regresó Nakahara tenía a los dos desnudos y acostados en la cama. Chuuya estaba sobre Atsushi haciendo algunas marcas con sus dedos en las caderas.

Luego, pasó a Akutagawa, y también marcó un poco las caderas.

Dazai se quedó en el marco de la puerta sin decir nada, solo observando como seguía marcando algunos puntos como las muñecas o piernas.

Al terminar, el pelirrojo miro a Dazai y este, entendiendo le dio un tablón pequeño, luego aguantó la risa lo más que pudo cuando vio cómo les golpeaba el trasero a ambos.

- A ver cómo se las arreglan para caminar- murmuro molesto.

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Editado: 13/11/18

La casa de los perros -Soukoku vs Shin Soukoku-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora