El rey dice.

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Los cuatro chicos están sentados en el suelo de la sala, esta vez no hay camarógrafos pero las cámaras están encendidas y en la biblioteca se les ha dejado utilería. El juego de la noche será "El rey dice" y aunque todos tienen miedo de que Dazai sea el rey, ninguno lo dice en voz alta.

-Hagamos esto por suerte, piedra papel o tijera- propone Atsushi. Los otros sienten y ponen su mano detrás- Uno, dos, ¡tres!

Dazai y Akutagawa sacan piedra, Chūya tijeras y Atsushi papel.

-Dos contra uno, Chūya, quedas fuera. -sin darle tiempo a protestar, Dazai continúa- Uno, dos ¡Tres!

Esta vez Akutagawa saca papel y Dazai tijeras al igual que Atsushi. Con un gesto en la boca, el pelinegro se retira.
Ahora ambos mafiosos miran a Atsushi, todas sus esperanzas puestas en él.
Por supuesto, la suerte le abandona en ese momento y pierde.

-Ya sabes lo que dicen Atsushi, afortunado en el amor, desgraciado en los juegos. Y tu ya tienes hasta esposo millonario, no podrías ganar en esto también.

-Yo no tengo ningún esposo millonario, desgracia continúa es lo que tengo. -protesta resignado.

-Ya, ya,  bien, todos de pie. ¡Juguemos!

Ninguno quiere, pero no tienen opción. Así que con gestos de molestia obedecen.

-El rey dice... -Hace una pausa dramática y Chūya empieza a frustrarse- ¡Caminen como perros!

-¡No voy a caminar como perro!

-Silencio Lord Chūya, tu rey no te ha dado permiso para hablar. En cuatro.

-Y luego dice que yo soy el que tiene esposo millonario-susurra Atsushi mientras empieza a ponerse de rodillas.

Sin embargo, el tigre no contaba con que Dazai le escucharía.

-El rey dice... Atsushi, levántate, saca tu cola y orejas de tigre.

Todos se ruborizan, ninguno entiende la orden y solo Chūya puede contestar.

-¿Pero qué dem...? ¡Eres un enfermo Dazai!

-Sh, Sh,  Sh. -Cuando Atsushi ha obedecido él continúa- El rey dice... Sigan al gato, perros. El que lo atrape se libra de este juego. Tienen 5 minutos. Y lo quiero vivo.

Atsushi sale corriendo, activa garras y piernas para huir mejor, los otros no tardan en ir detrás. Es humillante obedecer la orden como perros, sí, pero mejor eso a seguir jugando con el loco suicida como rey.

El tigre/gato corre y sube a uno de los árboles. Está temblando y tiene más seguridad de que no han pasado ni tres minutos.

-Me parece haber visto un lindo gatito.

Al escucharlo grita con terror (un grito nada masculino, por cierto)  y busca de donde viene la voz pero no hay nadie abajo, al dirigir su mirada arriba ve a Chūya tocando la punta del árbol mientras le sonríe.
Con otro grito salta al siguiente árbol mientras Chūya ríe en voz alta.

-Atsushi, déjame ganar. Prometo dejarte media cama la próxima vez.

-Nooo.-contesta mientras salta al suelo, es obvio que estar arriba no le generará ventaja si es contra Chūya. Más no esperaba debajo estuviera Rashōmon y lo atrapara como una red.

-Gracias Chūya -san.
Grita el pelinegro con burla mientras empieza a avanzar.

Las garras del tigre cortan a Rashōmon y vuelve a intentar huir, sin embargo no hay escapatoria. Chūya ha bajado también.

-Bueno, Dazai nunca dijo que no podíamos atraparlo ambos ¿Qué dices?

-Me parece perfecto.

Cuando ambos están por lanzarse al chico Dazai interrumpe.

La casa de los perros -Soukoku vs Shin Soukoku-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora