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A ti, la persona que está leyendo:

Su madre está loca. Las maltrata, las descuida... a ella y a la hermana mayor que le sigue después. Me asustan las cosas que es capaz de hacer.

Si pudieran ver el dolor en sus rostros cuando hablan de ella, me entenderían. Mi amiga parece ya no comprenderla.

Esta mañana no sólo se salteó la primer hora, sino también apareció con la mirada perdida, completamente desorientada.

Le grité a lo lejos pero no reaccionó así que me acerqué por la fuerza y me miró. Pero su mirada era ausente. Como si la mente no estuviera allí con ella. Le hablaba y trataba de hallar explicación, sacando breves respuestas vacías.

Su madre otra vez. Está bien, no me incumbe. Sin embargo, me cuesta dejar de pensarlo. Me cuesta encontrar formas para ayudar a superar.

Sí, tiene un problema mental. Por eso ni siquiera tiene noción del daño que les hace a sus hijos.

Mi amiga estaba tan mal de la cabeza que no recordaba que hoy era miércoles. Ella debía dormir pero ¿Adivinen qué? Su madre la obligó a ir a los gritos. Expresando un montón de razones inválidas e incoherentes.

Pensé que la herida se había cerrado llevándose todo dolor.

Me equivoqué. La racha de mala suerte y feos acontecimientos seguía sucediendo.

¿Por qué? Continúo en el pensamiento de que no lo merece.

¿Lo peor? Fue verla preocuparse por lo que los demás pensaran. Que la vean débil y desaliñada. No debería importarle. Lo sé. Pero es difícil hacérselo entender.

No dejen que nada les impida ser tal y como son. Ni expresarse. Hay veces que lo mejor que puedes hacer es mostrarle a la gente que eres humano. Que tienes sentimientos. No permitas que te influya lo que los demás piensen. Terminas cambiando o haciendo cosas por los demás en vez de por ti mismo.

A ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora