Eran las diez de la noche y había llegado a mi límite. Ni si quiera me respondían las piernas.
Nadie en las calles, ni en la universidad, y tampoco en las casas. Tras una carrera larga y exhaustiva por los tres barrios principales de la ciudad, pude confirmarlo: Estaba completa y literalmente sola.
(¿) Como en las típicas películas en las que desaparece gran parte de la humanidad, por razones apocalípticas (?), pues igual, solo que en esta historia no habían invertido mucho en reparto, pues era yo la única y principal protagonista.
— ¿¡Hay alguien!? — Grité a pleno pulmón, ahogando un sollozo.
Tan sólo escuché la sutil fricción de las hojas de los árboles, que provocaba el viento al rozarlas.
Mi voz comenzó a resquebrajarse con cada grito que emergia desde lo más profundo de mi estómago, de mi ser. Caí al suelo de rodillas, aturdida, confusa y con la mirada perdida en ventanas aleatorias de casas ajenas, con la única esperanza de ver una mísera luz prenderse entre tanta oscuridad. La oscuridad en la que mi cordura comenzaba a adentrarse.
Comencé a pensar en la posibilidad de estar volviéndome loca, que todo estuviera siendo producto de mi imaginación, o incluso que tan solo se tratará de un sueño lucido.
Sin un puto fin, al parecer.
Al borde de sufrir un cuarto ataque de ansiedad, con grandes posibilidades de desfallecer en medio de la solitaria y silenciosa avenida, un gato negro cruzó sigilosamente mi campo de visión.
No daba crédito a lo que acababa de ver. Después de aquello, los ojos comenzaron a escocerme, el temblar de mi cuerpo disminuyó y la sensación de ahogo desapareció por completo. Poco a poco, me fui inclinando para terminar apoyando la frente en el suelo y me abracé a mí misma con fuerza.
— Gracias a dios... — Susurré para mis adentros. Una leve sonrisa se formó en mi rostro entre el incesante hipar que me provocaba el llanto, esta vez de felicidad.
Algo tuve claro, y era que los animales no habían desaparecido como al parecer sí había hecho el resto de la humanidad. Lo creáis o no, ese pequeño hecho calmó el palpitar nervioso de mi corazón y la angustia que llevaba acumulada en el centro de mi pecho desde la mañana de ese mismo día. Sí, mi familia y amigos habían desaparecido, y sí, puede que junto a toda la jodida especie Homo Sapiens, pero no pude evitar sentir un pequeño ápice de tranquilidad al ver aquel pequeño felino aparecer y percatarse de mí por tan sólo un momento.
×××××
Habían pasado dos semanas y seguía buscando repuestas.
La zona baja de mis ojos se tiñó de un tono violáceo, enfermizo, aligual que el color pálido que había adquirido mi piel con el paso de los días. No había dormido más de diez horas desde entonces y estaba exhausta de llorar bajo las sábanas de mi cama.
Echaba de menos a mi madre, a Ryu –mi hermano pequeño–, a Sook y a Jungkook... Echaba de menos el simple hecho de sentir cerca a todas aquellas personas que ocupaban un lugar importante en mi corazón.
Me daba miedo salir a la calle. Odiaba tener que afrontar aquella extraña realidad, aquel inexplicable suceso, que por alguna razón me había hecho plantear si seguir viviendo valía la pena.
La soledad es lo más aterrador que jamás he conocido.
Quería morir, pero eso también me daba miedo.
×××××
Aquí dejo el primer capítulo de Lonely!
Intentaré alargarlos más, aunque eso signifique no poder actualizar tan a menudo jeje
🖤
*sufriendo un ataque ternura*
ESTÁS LEYENDO
ʟᴏɴᴇʟʏ × |ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇʜʏᴜɴɢ|
FanfictionMe quedé completa y literalmente sola, o eso creí en un principio. Apareció de la nada, y fue desde entonces, mi todo. ×Ciencia ficción y romance× Heterosexual. Capítulos cortos. Sin periodicidad. ...