14 años después de aquella tarde helada en el patio de los Park.
Min Yoongi odiaba los Lunes, de eso no cabía duda.
Sin embargo, esa mañana pasó algo muy curioso mientras se duchaba.
Como de costumbre, bailaba y rapeaba ridículamente bajo el agua de la regadera, pues sentía que solamente ahí podía hacerlo sin ser juzgado por nadie, cosa que le gustaba bastante. La sensación de sentirse libre de desafinar o practicar sus notas de rap era algo que lo apasionaba, y precisamente por eso, ducharse era una de sus actividades favoritas del día. Era el único lugar en el mundo donde se sentía libre, libre de verdad.
- ¡Havana oh na na! - Cantaba con desafinación pero muy apasionado mientras se tallaba el shampoo del cabello. - Half of my heart is in Havana oh na na...
* Toc toc toc *
Alguien tocaba a la puerta de su departamento con insistencia.
"Namjoon", pensó de inmediato el pelimenta, pues era el único amigo que se sabía su dirección y con el que aún contaba de verdad. Gruñó en la ducha, eran apenas las siete y media de la mañana, lo cual sólo le daba dos opciones para que Nam estuviera ahí:
1.- Discutió con su pareja y esta lo dejó fuera de casa
ó
2.- Rompió algo que no es suyo y se está escondiendo.
Yoongi apostaba por la uno, sin embargo, tampoco divagó mucho en el tema. Al cabo de varios minutos, salió de la ducha con una toalla verde envuelta en su cadera y se encaminó a la puerta principal mientras se sacudía un poco el cabello, aún con la melodía que cantaba en la ducha fluyendo disimuladamente en sus labios.
- ¿Busca algo? - Su ceño se arrugó considerablemente cuando al abrir la puerta, en vez de encontrar a un chico alto y moreno con cabello morado, se topó con un chico bajito de labios mullidos, ojos pequeños y mejillas regordetas.
Esos labios los reconocía de algún lado, estaba seguro.
- ¿Min Yoongi hyung? - Preguntó el otro con su vocecita aguda y agradable, apretando con un poco más de fuerza la maleta que llevaba cargando en sus manos.
- Em... sí - Aquél "hyung" le pareció extraño escucharlo de alguien que creía no conocer, sin embargo, lo dejó pasar. - ¿Sucede algo?
El chico de cabellos anaranjados sonrió hasta que sus ojos se convirtieron en unas lindas medias lunas, cosa que, extrañamente, Yoongi consideró muy adorable.
- Me ofende que no reconozcas al hijo de la tierna señora que pasó prácticamente toda tu infancia alimentándote.
Los ojos del pelimenta brillaron, claro que recordaba el rostro amable y gentil de la señora Park, su sonrisa que parecía iluminar el mundo entero y la extremadamente deliciosa comida que le solía preparar a él y a su mejor amigo.
- ¿Jimin? - Las piezas hicieron "click" dentro de su cabeza y ahora todo tenía sentido.
Esas mejillas, esos ojos, esos labios... Todos del chico que (de una forma u otra) lo ayudó a definirse sexualmente sin siquiera estar al tanto de ello.
- El mismo, en vivo y en directo - Habló el bonito pelinaranja con la misma sonrisa de antes.
- Dioses, te ves tan... cambiado - La risita nerviosa que se escapó de Yoongi se vió eternamente adorable. - Tu cabello se ve genial
- Oh, eso - El menor entornó los ojos intentando ver su cabeza y luego regresó la atención a su hyung - Si bueno, perdí un reto, pero al final me gustó el color
- Eso es genial - Por alguna razón Yoongi estaba muriendo de nervios. - E-Eh... - Se apoyó disimuladamente contra el marco de la puerta y pasó una mano por su cabello, bufando - ¿Y qué te trae por aquí?
- Pues... - Jimin no podía despegar la mirada del abdomen pálido con el que contaba el contrario, se sentía completamente hipnotizado ante la traviesa gota de agua que había resbalado desde su cabello y ahora le recorría el estómago. - Vine, eh... Ya sabes - Comenzó a balbucear - Vine cómo acordamos hace gotas, digo centímetros - Sacudió la cabeza, avergonzado y con las mejillas rojas - ¡Quise decir, tiempo!, ¡Vine como acordamos hace tiempo!
El pelimenta frunció el ceño muy confundido ante la declaración del menor, pues no recordaba haber hecho ninguna clase de planes con absolutamente nadie en meses.
- ¿No te equivocaste de persona? - Preguntó con precaución antes de bajar la mirada hasta su cuerpo semidesnudo y arder completamente en vergüenza. - Oh, mierda - Gruñó, luego le abrió la puerta a Jimin por completo y lo dejó pasar.
- Mmh... No lo creo hyung - El menor entró curiosamente al departamento y cerró la puerta a sus espaldas, más por costumbre que cualquier otra cosa.
- Eh, Jimin - Lo llamó Yoongi, escondido de forma dudosa detrás de una planta que tenía para decoraciones junto al umbral de la cocina - Iré a ponerme algo decente, vuelvo en unos minutos
- Cómo quieras, MinMin - Sonrió el menor cálidamente y Yoongi sintió algo moviéndose dudosamente bajo la toalla en su cadera.
- E-eh, ¡Ya vengo!
Y salió corriendo a su habitación con las mejillas ardiendo, su cuerpo emocionado y su corazón latiendo al mil por hora.
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Marry me, Hyung | Yoonmin
FanficADVERTENCIA: JIMIN Y YOONGI SON NIÑOS PEQUEÑOS EN ESTA HISTORIA, ASÍ QUE PREPARATE PARA UNA DOSIS DE TERNURA.