Cap 6to||Calor en el Hielo

19 1 0
                                    

El viento helado proveniente del norte rompió gélidamente con el receso cálido que sufría la academia. Una fina capa de nieve empezó a cubrir con velo blanco a los arbustos y árboles del campus, la escarcha congeló la fuente central. Todos en la academia parecían regocijarse por los climas templados.
Hugh se encontraba mirando por la ventana de la barraca de primero, a su lado Jean leía cómodamente tirada en un diván con una taza humeante de chocolatada. El frío no calaba las habitaciones, creando un clima idóneo dentro de las aisladas barracas. Los idénticos y a la vez tan diferentes copos de nieve caían con suma sutileza y elegancia. Iván y Santiago dormían del otro lado de la enorme barraca. Un complicado juego de cartas, con groserías incluidas, se desarrollaba arduamente entre ellos. Fran se sentaba cómodamente en una mesa a tomar café caliente junto a Erik y Matteo, la vivida discusión asombraba a Hugh, no se creía capaz de hablar con ellos. A pesar de ser su amigo.
Hugh solo miraba como uno de los actos más fascinantes de la naturaleza se llevaba a cabo. Cómo una simple gota de agua se transformaba en algo tan perfecto como un copo de nieve.
Pero de Leen ni rastro.
El día nevado siguió en tranquilidad absoluta hasta que la noche cayó, el frío empezó a entrar en las barracas. Los afortunados estaban cercanos a la chimenea, los demás debían dejar que el frío castañee sus dientes.
Los sueños helados afloraron entre los compañeros, sábanas cubrían las caras y cabezas de unos jóvenes en una helada.
Pero la blanca capa de frío se empezó a volver un muro impenetrable de nieve durante la noche. Ya al amanecer era imposible escapar de esas trampas llamadas barracas.
Las alarmas vespertinas empezaban a sonar en toda la propiedad. Un suspiro dio inicio a otro día de clases, o eso parecía. Los ojos cerrados y lagañosos de los alumnos se abrían con el tenue pero a la vez estridente sonido de las alarmas ubicadas en las cuatro esquinas. Nadie se percató de la falta de los leves Rayitos de sol entrantes por la ventana, en cambio, solo nieve se percibía en las altas ventanas que permanecían cerradas.
El grupo madrugador se paseaba en pijama en el fin de ocupar los baños para asearse un poco antes de una ajetreada mañana de clases invernales. Los pocos que lograron cambiar su vestimenta rápidamente se disponían para salir al frío, cuando se percataron de que las puertas estaban congeladas. Luego de un rápido forcejeo por parte de Santiago, se logró abrir una de ellas, solo para encontrarse con la muralla de nieve que impedía el paso.
— ¡Córranse!—Bramó Iván prendiendo se brazo en llamas. —Yo puedo.
Hugh lo tomó desde atrás e inmovilizó su brazo a coste de unas quemaduras.
—Puedes empeorarlo todo. —La voz de Hugh detonaba preocupación. —Hay más nieve de la que piensas, además la nieve está húmeda. No servirá por mucho el fuego.
— ¡Suéltame!—Gritó Iván—Yo sé cómo resolver esto.
—Debemos esperar que nos rescaten, podemos hacerlo.
Iván se soltó y lo tiró al piso.
—Yo sé cómo resolver esto. —Gruño mientras se quitaba la remera y se exponía a las heladas temperaturas. —Tú y yo, sin poderes. Una batalla limpia.
—No creas que yo haré esas barbaridades—Dijo empezando a retroceder hasta que Santiago lo tomó de la espalda y le empezó a quitar la remera.
Iván se abalanzó con un golpe hasta su cara y le dejó la boca sangrante. Le había rasgado la encía. Una rápida patada en los bajos dejo a Hugh en el piso gimiendo de dolor, pero el turno de atacar era suyo.
Él era mucho más fofo que Iván, que se encontraba en gran estado físico. Pero aun así logró arremeter un puñetazo que fue interceptado por su enemigo. Iván le empezó a doblar el brazo hasta dejarlo de rodillas en el piso. Un golpe con el pie en la nuca lo dejo desmayado en el piso.
— ¿Alguna objeción? —Iván rio malignamente.
Jean se paró frente a él, muy sonrojada pero molesta.
—No puedes hacer esto—Le gritó con enojó—Es deshonesto y rompe con la moral de tu manda...
Fue interrumpida por una cachetada de la mano en llamas de Iván, cayó en el piso y empezó a moquear y llorar de dolor. Matteo se acercó a ayudarla pero fue Erik el que tomó la iniciativa golpeándolo en la cara con su mano de acero. Hugh que se estaba recuperando del golpe tomó la acción final y le rompió un diente de un fuerte puñetazo.
—Ayúdame Matteo—Comentó Erik tomando una soga e intentando atarlo a su litera.
Una vez los ojos de Iván se volvían a abrir con lucidez, empezó a gritar y a amenazar.
—Entiéndelo Iván—Hugh se ponía nieve en la herida—Si quemas la soga, quemas tu litera. Buena suerte durmiendo en el piso.
Con un grito que ignoró las advertencias, Iván empezó a quemar la soga con sus manos hasta que toma la litera se quemó. Pero el era libre, tomó rápidamente el cuello de Hugh y lo ahorcó hasta que su cara se puso morada.
No duraría mucho esta torturada, ya que en un rápido movimiento abriría las puertas dejando entrar a Leen junto a los profesores Nickolas y Yamila. Los acompañaba un chico alto con traje de bombero, que procedió a lanzar agua de su mano como si de una manguera se tratase.
Leen corrió hacia Iván y lo tumbó al suelo, dejando a Hugh libre.
—No lo hagas nunca más—Susurro al oído de Iván. —Si vuelves a tocar a alguien de este grupo, te mataré.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 26, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ten CommandmentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora