For You [SeBaek]

7. Lastimado Por Su Felicidad

"Te convertiste en el adiós que nunca podré decir..."

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••Anteriormente••

Observé toda la sala con detenimiento esperando encontrar por lo menos mi billetera.

Seguí buscando hasta que escuché un crujido desde alguna parte de la casa, posiblemente del segundo piso, y de repente oí pisadas en las escaleras. Estaba jodido.

-¿Kris? Bebé, ¿Vamos a hacerlo o no?

Su voz resonó por el lugar. Estaba claro que no sabía de mi presencia hasta que dió un par de pasos más y pudo verme ahí, parado en la sala confundido mientras que Yi Fan solo reía en el sillón.

Una delgada y pequeña toalla cubria su torso desnudo y su sedoso cabello estaba mojada haciendo que unos cuantos rizos cayeran sobre su frente haciéndolo ver increíblemente sexy.

-No se preocupen, yo ya me iba.

Dije y con total orgullo —el que había perdido ya hace rato— caminé hacia la puerta.

-¡Cierra bien! No quiero que los vecinos nos oigan.

Dijo SeHun con aire de superioridad. Maldito infeliz.

••Ahora••

Cerré la puerta de la habitación con fuerza. La ira y el dolor atacaban mi corazón al recordar todo lo que había pasado en el día. Toda la mierda que había tenido que tragar.

Me recosté en la cama mirando el techo con las lágrimas resbalando por mi rostro sin apuro.
Un golpe tras otro se hacían presentes tras la puerta acompañado de los gritos de mi hermana pidiendo explicaciones.

Había llegado a casa en un mar de llanto. Sun Hee se preocupó y trató de ayudar,y yo solo la golpeé para que me dejara en paz.
Mierda. Golpeé a mi hermana, y todo por un estúpido mal de amores.

Me sentía terriblemente culpable. Todo era mi error y yo solo estaba descargando mi ira contra las personas que más quería. Estaba siendo un completo idiota.

No me sentía capaz de salir y darle la cara a mi familia. La golpeé... golpeé a la persona que siempre me había apoyado y escuchado. Y ahora solo podía tirarme en la cama y llorar en silencio maldiciendome mentalmente por mis acciones.

-Baekky, bebé. Por favor abreme... ¿Que ocurre?

Su voz se oía tenue y entrecortada, sabía perfectamente que ella también estaba llorando y posiblemente mi madre igual.

Tenía miedo de salir, de ver lo que había hecho, de que ella me odiara...
¿Pero que más podía hacer?

Ignoré los llamados de SunHee —como lo había estado haciendo desde hace ya un largo rato— y me paré de la cama para dirigirme al baño de la habitación caminando descalzo sobre el frio suelo.

Observé mi rostro en el espejo colgado sobre el lavamanos, ya no lograba verme al igual que antes, no podía distinguir la silueta plasmada en aquél vidrio, era como si estuviera viendo a alguien más, alguien totalmente ajeno a mí.
Era el reflejo de una persona herida, destrozada, de un idiota que no sabía controlar sus emociones... Una persona lastimada por su propia felicidad.

Suspiré mirando fijamente al espejo. Me sentía cansado, débil, como si la sangre en mi sistema dejase de circular por unos instantes, había dejado de escuchar las voces fuera de la habitación, en cambio, ahora percibia el apagado sonido de mi corazón, fuertes latidos resonaban en mi cabeza haciendo que comenzara a respirar con dificultad.