Un amor pasado

4 0 0
                                    

¿Habrán pasado más de dos años?, que bien se siente haber perdido la cuenta.

Después de leer su mensaje, mi mente trajo de vuelta su imagen y volví a revivir su traición.

Volvieron a mi amargos recuerdos, entre ellos el que más destaca y duele es cuando era San Valentín, me acerqué a darle un chocolate que había comprado para él, eso acostumbrábamos entre nosotros pero ¿qué recibí?, una mirada llena de indiferencia y asco. Estoy casi seguro de que su nueva conquista se había dado cuenta que tenía de alejarse pero no lo hizo.

-¿Sabías que el peor enemigo de una mujer es otra mujer?- Darla, mi mejor amiga, me sacó de esos desagradables pensamientos.

-¿A qué viene eso?- dije un poco dudoso sobre si había leído mis pensamientos.

-El tema que estamos viendo, sobre el manejo de las emociones-

-Yo creo que el peor enemigo no solo de una mujer, sino de todos, es uno mismo- repliqué y continué llenando las hojas que se encontraban en mis manos.

No estaba molesto por la chica por la que me había cambiado, en ese momento estaba molesto conmigo, días enteros me preguntaba qué había de malo en mí, qué había hecho mal para que me tratara de esa forma y sobre todo, lo que me torturaba tanto que hacía humedecer mis ojos, era esa pregunta ¿me dejó porque soy un hombre?.

Aunque no me tranquilizaba saber que ella era mejor que yo en todo, sabía que ella no tenía las mismas dudas que yo y por eso él la prefería.

Recordé cuando me quedaba dormido esperando a que llamara. En ese momento asimilé que no volveríamos a estar juntos. En esos tiempos comencé a tomar terapia. Poco a poco fue funcionando, comencé mi nueva vida y todo fue mejor de lo que era antes.

-Ayer me envió un mensaje- Le dije a Darla.

-¿Quién?- Me miró y al no obtener respuesta -Ay no, ¿ese perdedor de nuevo?, ¡no se te vaya a ocurrir contestarle!- dijo de inmediato.

-Por supuesto que no- En ese momento mi corazón latió con tanta fuerza que tuve ganas de llorar, aquellos recuerdos fueron tan desgarradores que no tuve más remedio que cubrir mis ojos.

EloisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora