Capítulo IV: Malentendidos

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Después de 6 días, la herida de Fran se había curado, solo hacía falta esperar un día más para que la herida de Luis se curara.

Exactamente al medio día, Fran llevó a Eileen fuera de la cueva, le tapó los ojos y la llevó a uno de los lugares más altos de las montañas.

-Es aquí- anunció Fran y le destapó los ojos a Eileen -¿qué te parece?

Eileen no podía creer lo que veía: había un lago congelado de un hermoso color azul-turquesa, alrededor había plantas cubiertas totalmente de blanco. Gracias a la posición del Sol a esas horas, los cristales de hielo reflejaban bellos destellos de una manera inusual.

-Fran, esto es... hermoso- decía asombrada Eileen -es increíble que el lago tenga ese color.

-Quise traerte aquí por que quería agradecerte todo lo que hiciste por mí, este es mi lugar secreto, normalmente no se lo muestro a nadie, la única persona que lo conoce aparte de ti es Luis.

Al regresar a la cueva, Eileen se dio cuenta que al otro día debía de regresar a la aldea. No quería regresar, les había tomado mucho cariño a Fran y a Luis así que decidió que esa misma noche se iría sin despedirse, simplemente les dejaría una nota y estaría de vuelta en su casa de la aldea, aunque consideraba ya la cueva de Fran como su segunda casa.

En la mañana del siguiente día, Luis despertó a Fran.

-Fran, Eileen no está.

-¿Qué? ¿no está?

-No, dejó esta nota, escucha: "Chicos, es hora de que me valla, no puedo quedarme por más tiempo, pertenezco a la aldea. No quise despedirme por que no me gustan las despedidas. Tal ves algún día los visite, mientras tanto, no hagan tonterías. Con cariño: Eileen. Pd: Luis, ya puedes quitarte las vendas"

-Supongo que sería lo mejor para todos, tiene razón al decir que pertenece a la aldea.

Como es de esperarse, Eileen fue a visitar a sus amigos como hacía todos los días.

Cuando Hanna vio llegar a Eileen, corrió a abrazarla al igual que sus demás amigos. Durate 6 días la estuvieron buscando, ya se habían preocupado demasiado por ella.

-¿Dónde estuviste? ¡Nos tenías muy preocupados!- replicó Hanna.

-Yo... solo... quise estar un tiempo fuera de casa, ya saben, como un campamento- decía mientras veía a Crista, pues sabía que ella sabía todo.

-¡Nos hubieras avisado!- reclamó Hanna.

-Edgar era el más preocupado- metió la cucharada Roberto.

-¿Enserio? Que lindo de su parte- Eileen solo veía como amigo a Edgar -podríamos, no sé, ir a las montañas y competir para ver quien lanza la piedra más lejos ¿no?

Todos estuvieron de acuerdo y se dirigieron a las montañas. Al llegar cada uno tomó la piedra que le parecía mejor y comenzaron a lanzarlas. En la primera ronda, ganó Roberto, en la segunda, el primer lugar fue Crista. A la tercera ronda. Eileen lanzó muy legos su pierda, la que la dejó en primer lugar.

-Bueno, mejor voy a buscarla- di Eileen al mismo tiempo que se adentraba en el bosque. Como había estado ya mucho tiempo por ahí, ya estaba algo familiarizada en ese entorno y pudo encontrar fácilmente su piedra.

Cuando se disponía a regresar, sintió que alguien la observaba y se sorprendió al descubrir a Fran. La había estado observando mientras jugaba con sus amigos y vio su oportunidad de hablarle cundo iba por su piedra.

-¡Fran! ¡No deberías estar aquí! ¡Te pueden hacer algo!- le susurró Eileen mientras lo empujaba lejos de donde estaban sus amigos.

-Pero... yo solo queria verte- le contestó Fran.

[PAUSADA] El bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora