Todos sabemos de dónde venimos, eso debemos tenerlo claro el resto de nuestras vidas, pero, ¿Acaso eso nos demuestra que sabemos realmente hacia dónde vamos? Hay unas cuantas preguntas que hemos hecho mentalmente a lo largo de los años y, sí, me refiero a esas que aparecen antes de irnos a dormir, las que llegan mientras miramos al techo tratando de conciliar el sueño, esas preguntas que aparecen en momentos cruciales de nuestra vida, esas que luego nos llevan a tomar importantes decisiones y que de alguna manera nos guían. ¿A dónde debo ir realmente? ¿Será este el camino correcto? ¿Será que sí hago esto, o aquello, estoy yendo a donde quiero llegar?, Ese tipo de preguntas que nos carcomen muchas veces, estaban llegando a Fritz Petersen, un adolescente de 17 años, que tenía muchos sueños, metas y una manera extraordinaria de ver el mundo.
Siempre había sido un soñador nato, noble y algunas veces sensible, pero esto último no era problema para Svend Skov, su mejor amigo y fiel compañero, quien había estado siempre para el en todo momento y viceversa, pero eso iba a cambiar en cualquier momento, de hecho, toda la vida de Fritz cambió cuando empezó a darle importancia a estas preguntas, cuando empezó a darse cuenta que la vida no es color de rosas y que era momento de centrarse más en lo que debía.
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EL CAMINO CORRECTO
PertualanganFritz deseaba saber cuál era el camino que debía escoger para llegar a donde siempre había soñado, lograr todo lo que anhelaba y cumplir todo aquello que desde niño había estado planeando. Su manera de pensar y ver las cosas lo llevaron a donde siem...
