||Capitulo 1: I met your father ||

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Se celebraba una gran reunión en casa de los Laurens en celebración del año nuevo, muchas familias se habían presentado entre las que se encontraban los Washington y Hamilton sin excepción. El grupo de amigos se reunió nuevamente en un salón apartado al resto para levantar copas en celebración de una gran noticia.

-Raise a glass for the new life in the family- cantaba Philip mientras levantaba su copa

-And because they did not waste time- (y porque no perdieron el timpo), continuó su pareja.

El comentario logró hacer reír a los mayores quienes los abrazaron con felicidad.

-Raise a glass for our future- (Levantemos un vaso por nuestro futuro) continuó cantando la mujer.

-A future that we do not know- (Un futuro que desconocemos) Cantaron al unísono los hombres robándole unas risas a la mujer

-Future that we are going to face- (Futuro que vamos a enfrentar) Cantaron los cuatro.

-Let's have another dance tonight.

-Let's have another dance tonight- repitieron terminando de tomar de sus copas.

Fue entonces cuando Lafayette, Alexander y Hércules entraron al pequeño salón al grito de: ¡PLAGIO! logrando que los jóvenes se hecharan a reír a carcajadas. Todo parecía perfecto, sin problemas en lo absoluto, salieron de la sala tratando de disimular las risas mientras buscaban a Washington para contarle sobre la nueva versión de la canción que había perdurado por décadas en la familia.
Fue entonces que dos miradas de cruzaron, fueron unos segundos, pero bastaron para transmitir el mensaje de Kinloch a Francis quien se acercó a él algo dudoso. ¿Quien era ese hombre? ¿qué hacía ahí? y ¿Quien lo había invitado? se preguntaba el joven de 21 años.

-Hola- saludó el mayor- es un gusto conocerte al fin Francis, comparto nombre contigo, soy un viejo amigo de tu abuelo y... padre- Se presentó con "naturalidad"

A partir de aquí me referiré como Francis a nuestro protagonista y cómo Kinloch a... Kinloch, ¡ahg! es que, ser narradora es TAN estresante. En fin... sigamos con el diálogo:

-¡Oh! es un verdadero placer señor...

-Kinloch.

-¿Kinloch? disculpe la pregunta pero ¿Conoce a Lilian Kinloch?- preguntó Francis con inocencia.

El mayor lo miró con tranquilidad, sabía de quien le hablaba, ya la había visto caminar por el salón, pero negó con seguridad, nunca aceptaría que esa "cosa" era su primogénita.
La conversación continuó mientras caminaban por el salón hablando en sí de cualquier cosa, más que nada queriendo evitar tocar el tema de John claro.
En medio de su caminar se encontraron en un pasillo vacío, repleto de habitaciones, fue ahí donde el mayor decidió actuar, ya no aguantaba las ganas, no aguantaba ver esos ojos, idénticos a los de su juguete, sin lágrimas, sin mostrar dolor alguno, quería verlo gritar, gemir su nombre hasta el hartazgo, tirar de sus enrulados cabellos, lamer sus achocolatadas pecas, golpearlo, azotarlo, embestir duramente en su interior.
Tomó al menor por las muñecas tapando su boca en un pañuelo, adentrándose en el cuarto de baño. Amarró la tela alrededor del rostro del joven logrando crear una mordaza.

-No grites, o te castigaré a golpes- Amenazó sentándolo en el inodoro.

Laurens trató de pararse, pero le fue inútil, Kinloch ató sus manos con fuerza, y continuo a esto colocó dichas en su entrepierna. Sus pálidos, finos y temblorosos dedos, su rostro lleno de impotencia y nerviosismo. Lo violaría en el momento.

Pero no podía, debía esperar a tener una muy buena oportunidad, por hoy se limitaría a tener una pequeña "charla" con el menor.

Aflojó la mordaza mientras liberaba su erexion e inmediatamente metiéndola en la boca de Francis. Sintió cómo trataba de morderlo, sonrió, lo escuchó quejarse, envistió con más fuerza, lo vió llorar, lo había dejado satisfecho. Salió de su boca escuchándolo toser, pero eso no le impidió tomar los cabellos de Laurens y ordenarle sacar la lengua.

Se vino en su cara.

-Una palabra, solo una Laurens y te juro que tu querido Philip se desangrará en tus brazos.

-•-

Francis miraba el techo recostado en su cama, sentir a Philip sobre su pecho lo reconfortaba, pero aún así no se sacaba de la cabeza las amenazas de año nuevo, lo que había pedido para Lily había desaparecido de su mente, ahora solo le importaba que su amado se encontrase bien, que no le sucediese nada... y el no volver a ver a Kinloch. No podía, no entraba en su mente la idea de querer volver a ver esos ojos, llenos de deseo y perversion.

Lo aterraba.

Abrazó con más fuerza a su pareja, envolviéndolo con sus piernas. Sentía el palpitar de su corazón contra su pecho al igual que su respiración. No quería que se fuera, no quería verlo morir, no podía hablar, no podía pronunciar una palabra... pero lo atormentaba demasiado.
Respiró profundamente y tragó saliva, no sabía que hacer.

-¿Qué sucede amor?- preguntó el menor de 20 años entre sus brazos, algo cansado -Te estas moviendo mucho, quieres...

-No no, estoy cansado, tengo que pensar en cómo haremos con los pedidos de nuestros "superiores"- Habló tratando de evitar el tema.

-Los padres de Elizabeth y Catalina dejarán de pedirlo si les hacemos creer cualquier cosa, y tú abuelo... tu abuelo no ah dicho nada.

-No a ti, a mi me está torturando con cada carta.

-... no quiero tener...

-Yo tampoco.

Suspiraron. Philip comenzó a moverse coquetamente sobre Francis, quien inmediatamente comprendió las intenciones de su amado.

-Quiero~

-No amor.

-Porfa~- insistió besando su pecho.

-Vamos a despertar a las chicas.

-Qué importa, ayer ellas no nos dejaron dormir- Se excusó quitándole sus pantalones al mayor.

-... tienes razón, pero es tarde.

-No entiendo cual es el problema de eso, es año nuevo, hay que disfrutarlo al máximo~

Sonrió. Tenía razón, debía relajarse.

-Esta bien, hagámoslo al máximo~

-•-

Kinloch daba vueltas por su habitación, pensando en cómo podría volver a ver al "niño juguete", y esa vez, no solo se vendría en su cara.

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Se que fue corto para lo que me tardé, pero espero no me maten por dejarles con la intriga de lo que pasará

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