Capitulo 1; Aquel 29 de octubre.

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  Emma.

 -¡Jacob! Siéntate aquí con nosotros- escuché como dijo Alissa cuando Mariana y yo entramos a la cafetería de la escuela. 

-¿Ya pensaste sobre la fiesta de Alissa?- Genial, se me había olvidado la "Super Party de Ali" 

 -¿Y eso qué?- dije tratando de sonar ruda. 

-Ay perdón, alguien amaneció de mal humor.- miré a Mariana fulminándola con la mirada. 

-Lo siento.- dijo con una sonrisa tierna, no podía enojarme con ella, si es como una bebé.

 -¡Jacob!- gritó Mariana mientras movía su mano en forma de saludo, haciendo que todo el mundo nos miraran.

-Enanita.- dijo él acercándose a nosotras. 

-¡Que sea dos años menor que tú no quiere decir que soy enanita.- exclamó Mariana haciendo que soltara algunas carcajadas 

-En realidad sí.- Jacob me miró y rió haciendo que Mariana nos matara con la mirada, o eso era lo que yo veía en sus ojos. 

-¡Pastelillos!- dijo después ella muy emocionada. Oh no, no me dejes sola, esos pastelillos son horribles. 

Mis suplicas fueron en vano, ella se levantó muy emocionada y se dirigió hasta la enorme fila para agarrar un estúpido pastelillo dejándome ahí sola, y con Jacob. 

-¿Asistirás a la fiesta de Alissa?- Otra persona más me lo recuerda, cumplirá tan solo 15 años y ya toda la escuela habla de ella y de su gran fiesta.

 -No me emociona ir.- dije sonando lo más seca posible. 

-Tienes que ir.- me dijo suplicando. 

-¿A qué?- era estúpida esta conversación, no iré, no y no. 

-Será una gran fiesta, y habrá mucha comida, y aparte estará tú mejor amiga, ¿piensas dejar a tú mejor amiga sola?- ¡Es cierto! Ay no. 

-Prométeme que irás, por favor.- dijo agarrando mi mano, sentí un gran cosquilleo en mis dedos, oh por dios. 

-S-sí, te lo prometo.- ¡¿QUÉ ACABO DE DECIR?! 

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Un sonido chillante me hizo levantar de golpe, era la alarma de mi celular. Otra vez soñé con ese día, ese maldito 29 de octubre que arruinó todo. Apagué la alarma de mi celular y me levanté, esperé a recuperar un poco de vista y fui a darme una ducha o como yo le llamo, a despejar mi mente. 

Había amanecido de mal humor, cada vez que recordaba ese día, mis ánimos siempre se ponían no tan agradables que digamos. Después de mi despojamiento de mente, o ducha. Me vestí con unos jeans negros, una camisa manga larga y unos converse de color blanco, no tenía tanto tiempo así que solo me hice una trenza que al fin y al cabo quedó muy despeinada, no sirvo ni para hacerme un lindo peinado. 

Bajé a saludar a mi mamá y tomé una manzana del refrigerador, mi bolso y mi celular. 

-Cariño, una manzana no hará llenarte del todo.- dijo mi mamá, ella siempre se preocupa por mí, nunca va a entender que ya no tengo 12 años, tengo 16. 

-Mamá ya no tengo tanto tiempo.- le dije con mi mejor sonrisa, no tenía ánimos pero ella no tenía la culpa, por eso traté de ser buena hija. 

-¿Estás lista, cariño?.- dijo Miguel, él es el esposo de mi mamá, me agrada, pero solo porque vive en mi casa y lo veo todos los jodidos días. 

Él hermano de mi mejor amiga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora