Call Me Daddy

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Maratón 1/5
Respiró profundamente y miró su conjunto debajo de su ropa, sentía que se veía bien.
-Calvo, ¿sabes quién es Otabek?
-¿Eh? ¿Altin?
-No sé su apellido, me escribió
-Oh, ese chico, no lo conozco mucho, nos vemos en un crew de motos, pero no te lo recomendaría, es muy... No sé cómo explicarlo, Bad boy
-Hablo mucho con él y hoy nos veremos
-Ten cuidado, es de confianza, pero te digo que tiene una vida sexual muy activa, así que tal vez sólo quiera sexo
-Amm, no sé cómo será todo
-Vale, sólo avísame por si acaso
-Y por cierto ¿quién era el chico en tu foto de perfil?
-Ay, mi Yuuri~ es un chico japonés, tiene tu mismo nombre, es muy lindo, lo conocí desde hace un año
-Ajá, bueno, ya casi es mi hora de salida
-Sí, ya puedes irte, no necesito tanto personal hoy-. Suspiró

. . .
El rubio tenía sus piernas cruzadas, sentado en un banco haciéndose el tonto en su teléfono. Hasta que el kazajo le escribió
"Hola~ ya estoy en el centro ¿dónde estás, Yuri?"
"En frente del museo"
"Voy para allá"
Parecía una adolescente, nervioso, y con una sonrisa tonta. Sus ojos fueron tapados
-Hola, Kitten-. Un aliento se hizo presente en su cuello, luego una lengua en esta y una mordida en su oreja
-¿Beka?-. Sonrió
-¿Quién más?
-Vaya, creí que eras más alto
-Soy más alto abajo
-De eso no tengo duda
-Y ¿qué quieres hacer?
-Dímelo tú, Beka
-¿Quieres ir a comer y luego algo más interesante?
-Me parece bien-. Le sonrió y caminaron hasta un lugar de hamburguesas, comieron tranquilos, fumaron. Y se dieron cuenta de que tenían mucho en común, ambos amaban el metal y el patinaje. Eran rebeldes y en ocasiones, hostiles.
Le hacía bromas a la gente en la calle y también eran muy agradables.
—¿Tienes un cigarro?
—¿Fumas, Kitten?
—¿Me dejas intentarlo—. Dijo mientras el mayor sacaba un cigarro y lo encendía
—Está bien—. Dijo para echarse el cigarro a la boca y luego el rubio se lo arrebatara directamente del mismo lugar.
Sin saber cómo, terminaron besándose en una callejuela
—M-motel —. Susurró Yuri al sentir la dureza del moreno entre sus piernas. Caminaron juntos, entre uno que otro toqueteo, hasta llegar a un motel, donde, apresurados, pidieron una habitación. Escuchando la risa de la empleada.
Subieron al cuarto, y sólo les dió tiempo de cerrar la puerta, pues Otabek ya se había lanzado a los labios del rubio. Estos comenzaban a deshacerse de las prendas, sudaban y sus pantalones apretaban al sentir sus erecciones. Otabek se deshizo de las prendas del menor y admiró el traje de su acompañante.
—Qué lindo es tu cuerpo—. Dijo y acarició sus pezones por encima de la tela transparente
—Házlo
—No, te lo debes ganar
—S-sí—. Sonrió  y bajó los pantalones del moreno. Admiró el enorme pene de este. Se relamió los labios. Una enorme gota de pre-seminal caía del falo. Sacó su lengua para tocar la gota y llevarla a su boca.
Dio traviesas lamidas a toda la extensión para posteriormente  introducirlo completo. Haciendo uno que otro raro sonido que le causaba placer al mayor. Quien soltaba gritos y maldiciones
—Joder... Yura eres tan buen-¡ah! No pares, Kitten—. Soltó un gemido peo supo que debía detenerlo o terminaría por correrse.
Lo dejó en la cama y literalmente destrozó la ropa del rubio.
—O-otabek... Soy virgen. Si los juguetes... No cuentan—. Gimió 
—No lo sé—Rió travieso y volteó delicadamente el delgado. Quedando el menor a su merced—. Mírate, estás tan abierto para mí. Me encanta tanto. Eres mío—. Habló mientras acariciaba las masas de carne del rubio. Abrió sus glúteos y sopló en su ano, el cual era rosado. Yuri se estremeció, de pronto la lengua de Otabek se internó en su anillo de músculos.
—¡A-ah!—. Yuri se retorció bajo el tacto del moreno.
—Te encanta ¿cierto?
—¡P-por su-puesto!
—Ya te lubriqué. Quiero que me montes
—S-sí—. Habló en jadeos para luego acostar al mayor y luego sentarse sobre el miembro de este mismo.

. . .

Número Desconocido. OtaYuri/Daddy KinkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora