Shelter [KaiSoo / SooKai]

Capítulo 10

El flash de mi cámara iluminó la oscura habitación cuando le saqué una foto a un muy dormido y tierno KyungSoo. Su expresión de paz se transformó a un ceño fruncido luego de que fue iluminado por la luz de mi cámara, y se removió un poco antes de abrir perezosamente sus ojos y mirarme. Sonrió levemente, frotándose un ojo de una manera bastante infantil. Era tan temprano que todavía no salía el sol.
─ Hola...─ murmuró.
─ Hola... ¿Me esperas aquí?─ pregunté, levantándome y corriendo al baño de mi habitación sin esperar su respuesta. Me lavé los dientes lo mejor y más rápido que pude. Salí, encontrando mi cama vacía. Miré a todos lados antes de sentir una mano en mi hombro desde atrás. Al girar vi que KyungSoo estaba recostado contra el costado de la puerta del baño.
─ Mi turno─ dijo antes de encerrarse él y, por lo que escuché, hacer lo mismo.

***

Estaba de nuevo adentro de mi cama cuando él salió y se acomodó a mi costado, juntando su cuerpo al mío y sus labios con los míos superficialmente.
─ Ahora sí, buenos días─ susurró sobre mis labios.
─ Buenos días─ le sonreí ─¿Cómo dormiste?
─ Súper. ¿Y la escuela? Hoy tienes que ir a la escuela─ dijo de pronto, alarmado.
─ Tranquilo, son las seis─ reí levemente ─Normalmente a esta hora sigo durmiendo.
─ ¿Y hoy qué pasó?─ se puso de costado para mirarme.
─ Habían... cosas más interesantes que hacer...─ me encogí de hombros.
─ ¿Como sacarme una foto durmiendo y despertarme?─ sugirió con una sonrisa.
─ Algo así─ KyungSoo se acercó a mí y colocó mis brazos a su alrededor.
─ Me encanta que me abraces─ comentó ─Se siente bien... Tus brazos son como... un refugio. Una protección─ se acercó más y yo apreté el abrazo ante sus palabras ─Me siento seguro─ rozó su nariz en mi cuello y le di un beso en la coronilla.
─ A mí me encanta cualquier cosa que tenga que ver contigo─ susurré muy bajito.
─ Ayer al final no me respondiste... te quedaste dormido antes─ habló contra mi piel, al parecer no me había escuchado.
─ ¿Qué cosa?─ pregunté, cubriéndonos con las sábanas y mantas para protegernos del frío.
─ ¿En quién pensaste cuando te quedaste solo en el baño?─ cuestionó como si estuviera preguntando qué quería comer. Sentí un repentino y fuerte calor en mi rostro.
─ Esas cosas no se preguntan─ declaré, mirando la almohada como si ésta fuera interesante.
─ No pasa nada...─ apoyó su mano en mi hombro, acariciando suavemente la zona.
─ Claro que sí... ¿Y si yo te preguntara? Seguro no me dirías nada y te sentirías incómod...
─ ¿La última vez? Pensé en ti─ admitió. Miré su rostro con mis ojos abiertos de la sorpresa, viendo cómo se encogía de hombros ─¿Qué tiene? Te dije: Me gustas en todo el sentido de la palabra. Tanto por adentro como por afuera y creo que ya te había dejado muy en claro que... me puedes─ nos miramos unos segundos a los ojos ─Vamos, dime, no pasa nada... ¿Algún actor?─ sugirió con una expresión algo triste. Asumiendo que no le quería decir simplemente porque no era él ─¿Algún cantante? ¿Tal vez un compañero?─ sacó su mano de mi hombro y, desviando la mirada, la apoyó en el colchón ─¿Tal vez alguna chica?─ agregó mucho más bajo.
─ En ti─ murmuré, dejándome llevar por el deseo de sacar esa mueca de su rostro. Aunque era verdad, había pensado en KyungSoo. Me miró con una renovada alegría.
─ ¿Y qué te imaginabas?─ su mano se colocó en mi cintura, parecía disfrutar sacándome ese tipo de información.
─ Eso no te lo diré─ respondí con seguridad, siendo muy consciente de cómo su mano iba bajando disimuladamente. Lento pero seguro.
─ Si no me dices, te cuento yo... y seguro será más largo y completo─ sonrió con suficiencia y guiñó un ojo ante mi cara de susto. Eso era algo que no quería saber. O tal vez sí, pero no pensaba aceptarlo.
─ No... No tengo la valentía para decírtelo.
─ Entonces eso significa que fue algo bueno─ alzó una ceja ─Algo muy... ¿indecente?─ tragué saliva antes de responder.
─ ¡No! No fue nada raro, de hecho fue algo muy común pero...─ estaba desesperado por cambiar el tema, pero KyungSoo parecía empecinado en que le contara.
─ ¿Entonces por qué no me cuentas?─ su mano estaba en mi cadera ahora, poniéndome más nervioso de lo que estaba.
─ Es que...─ acercó su rostro al mío hasta que nuestros labios rozaron.
─ Cuentame─ susurró, haciéndome sentir su respiración. Miré su boca unos segundos antes de rendirme.
─ Tú... con tu boca... eso─ sonrió.
─ ¿Que te la chupaba? ¿Eso imaginaste?─ asentí levemente. La mano de KyungSoo finalizó su camino en mi muslo y, ante mi sorpresa, subió rozando muy por encima mi entrepierna hasta quedarse por arriba del elástico del pantalón de dormir pero adentro de la playera. Solté un jadeo por la leve sensación, al tiempo que me tensaba y mi rostro se ponía completamente rojo.
─ ¿Y qué pasa si comparamos? Tu imaginación... con la realidad─ me miró a los ojos, esperando mi respuesta. Intenté tragar saliva sin éxito mientras intentaba negarme. Pero no podía mentirme a mí mismo diciendo que no deseaba algo así. Antes de que pudiera decir algo más, la puerta de mi habitación se abrió.
─ Buenos días, Jongin, el desayuno está...─ KyungSoo se separó de mí a la misma vez que yo me alejaba y agradecía el que estuviéramos cubiertos por una gruesa capa de tela ─Disculpen, no quise interrumpir nada─ sonrió ─No sabía que teníamos visitas─ declaró mi mamá. Ambos estábamos inmóviles mirándola. Estaba muy seguro de que se había dado cuenta de lo cerca que nos encontrábamos antes de que entrara ─Igualmente alcanza la comida para que desayunemos los cuatro. Bajen rápido, Jonginnie, que nos tenemos que ir al aeropuerto y queríamos pasar un ratito contigo antes de viajar a China─ y se fue antes de siquiera poder responderle.

Y estaba muy seguro de que aunque por dentro me negara, mi respuesta a la petición de KyungSoo iba a ser positiva.