Antes de aquel día...

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Era viernes 1 de septiembre de 2017, día en que en tan solo un recreo volví a revivir uno a uno los recuerdos en mi mente que tenía registrados de ti, que con tú música pudiste sacudir mi alma hasta llegar al fondo de ella y mover esos fragmentos de cariño y amor que aún sentía por ti.
Era un día templado, en el cual no me sentía muy bien, había estado todo el día decaída de ánimo y no quería estar con nadie, así que el primer recreo preferí quedarme en la biblioteca y hacer que estaba estudiando, cuando en realidad sólo pensaba o trataba de entender qué era ese vacío que sentía.
Durante el segundo recreo, nuevamente me fui a la biblioteca, sin embargo, una profesora quiso que conversase con ella, por ende, nos fuimos por el pasillo y me preguntó: -¿Estás lista?- y yo solo asentí; ella me dijo:

 -Hoy te he visto rara, ¿Sucede algo?- a lo cual con vergüenza le respondí:

 -No, nada, todo bien, solo que estaba preguntándome como me irá el Martes en la entrevista del la Universidad, no tengo mayores complicaciones- Ella, ya más tranquila sonrió, hasta que llegamos a la sala de profesores, cerca de donde estaba él, aquella persona que hizo vibrar mi alma, me quedé esperando hasta que la banda tocará un par de canciones, y en ellas, encontré respuesta a lo que me pasaba, el vacío era solo extrañar a aquella persona que ya no estaba en mi vida, y que en ese momento lo estuvo a través de una simple melodía. Estuve ahí, contemplando cada vez que se esforzaba para lograr un excelente nota, simplemente inefable cada sensación dentro de mi. 

Escuche tan atentamente que se me había olvidado ya lo que tenía que hacer con la profesora, hasta que ella me tocó la espalda, porque sinceramente no escuchaba su voz, solo la música que trasmitía;

 -Constanza niña por Dios, ven a ver tus resultados del último ensayo- y yo roja, la seguí. Me había ido bien según ella, para mi totalmente insatisfactorio, ya que siempre aspiraba a más puntos en la prueba, ella me dijo:

-Oiga, ¿de verdad se siente bien?- y tan solo mirándola a los ojos, dándole un abrazo, a pesar de que ella los odiaba, al oído le dije:

-No, pero es algo que tal vez nunca tenga solución y que de verdad perdí hace un tiempo, volver a sentir una melodía que nunca más en mi vida estará, es solamente melancolía y tristeza- y ella extrañada me dijo:

-Supongo que no es por el personaje del año pasado, ¿Cierto?- y yo riéndome le dije:

 -Jajaja, no, él no, esto es mucho más fuerte, pero usted ya se debió haber dado cuenta de quien estoy hablando con lo primero que le dije- ella sonrió y me dijo:

-Con razón no ha andado con él estos últimos meses- y le dije:

-Exacto, pero bueno, fue mi error y hay algunas cosas que no se solucionan. Mejor iré a la sala, creo que tocaron hace 15 minutos, páselo bien en la noche de hoy ya que es su cumple, aunque mañana es el ensayo allá en el preu, jaja nos vemos.- ella me dijo:

-Oiga, éxito el día martes, sé que usted puede y más porque merece estar ahí el próximo año, y oiga, mañana mejor salgo jaja, usted sabe.- y yo despidiéndome me fui a la última clase que tenía en el día. Ese día por la tarde tenía clases de matemáticas en Santiago, y como me sentía un poco decaída de ánimo, no almorcé en el colegio y  solo me fui, tomé la micro y pensé durante todo el camino en por qué había reprimido todo el sentimiento de tristeza desde el día que dejamos de hablarnos hasta ese día, ¡Tonta!, ¿¡por qué fuiste fría cuando no debías serlo!?, mire hacia la ventana y sin querer una lágrima cayó, saqué un pañuelo y me seque el pómulo izquierdo, cerré los ojos y dormí hasta llegar al terminal.

Fui a clases, traté de estar atenta a todo lo que podía en la clase matemáticas para otro ensayo que tendría al día siguiente, sin embargo, hacia el final de la clase fue en vano, los recuerdos vinieron a mi memoria de buenos momentos que había vivido y la melancolía apareció en mi mente. Eran las 8p.m recién salía de la clase, hacía frío y compré un café antes de irme a casa, luego tomé un colectivo que iba a Buin, me senté en el asiento del co-piloto, y el chófer puso canciones tristes, ¿era esto toda una coincidencia?, pensé,  preferí dormir hasta llegar al destino. Cuando llegué a casa, me acosté rápidamente y me fui a dormir, aunque esto último no se me hizo tan fácil, pues simplemente no podía, así que tomé un agua de hierba para dormir, y no supe mas de mi existencia.

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