1° Capitulo

18 0 0
                                    

Sabía exactamente porque lo hacía, porque había tomado esta decisión, era algo a lo que simplemente ya no podía darle más vueltas, si quería terminar con todo esto tenía que poder enfrentarlo, tenía que aprender a sacarlo de mi vida, tenía que resistirme a su aroma, su sabor, todo de el, debía sacarlo de mi cabeza de una u otra forma, porque al final yo tenía la razón, la relación se había vuelto enfermiza, estábamos en ese punto en que no sabes si estás con la persona porque realmente la amas o porque la necesitas y ya es una costumbre estar con ella, y constantemente esa pregunta rondaba en mi cabeza, ¿Nos amábamos?.

Sabia y a la vez esperaba que en algún punto todo terminara, dado que esto era demasiado bueno como para ser verdad, pero tampoco quise tomar en cuánta las consecuencias que iban a traer mis decisiones, ni menos las de él, jamás pensé que llegaría a decir que lo querría fuera de mi vida, siempre imaginé y trate por cielo, mar y tierra que esto pasará, aunque se dio de una forma más inesperada de lo que yo misma había pensado. Y ahora era yo la que quería dejar todo esto, sabía que nadie entendería porque lo hacía, pero tampoco me importaba, una parte de mi quería arreglar las cosas, pero supongo que aún así debíamos estar un tiempo lejos el uno del otro para saber realmente que sentíamos por el otro, y descubrir si lo que teníamos no es solo por el sexo.

Siempre que tenía ganas de pensar y por sobre todo despejar mi mente venia al mismo lugar, desde aquí la vista de Santiago era totalmente distinta a mí parecer, era como un lugar mágico, podía pensar, podía llorar, incluso gritar aunque pocas personas me quedarían mirando al pasar, pero nadie me diría nada porque el puente Condell tenía esa magia, o mejor conocido ahora como puente de los candados, quizás tú lo conozcas de otra forma, en fin. Una de las cosas malas cuando estás en una relación es que le da tiempo a la otra persona de conocerte, tanto las cosas buenas como las malas y el me conocía lo bastante como para saber que yo estaría ahí, pude ver desde el puente cuando su auto se estaba estacionando.

Aun no quería verlo a la cara, sabía lo que se venía ahora e intentaba prepararme psicológicamente para esto, sentí el calor que emanaba de su cuerpo cuando se paró junto a mi a mirar la vista que teníamos de Santiago o parte de ella, el también amaba como yo esté lugar, también se había vuelto para el una especia de lugar sagrado, aquí el podía ser el mismo, no tenía que preocuparse por los fans al menos no todos ellos, porque ahora con las redes sociales era cada vez más difícil tener algo de privacidad en especial para el, por lo que supongo que este respiro de su fama era algo, aquí era el y no solo el famoso Franco Schain el más popular y famoso actor chileno del momento.

-entonces, en qué has pensado Eff?- me preguntó, sabía que no me estaba mirando, no solía hacerlo cuando no lo estaban mirando, la verdad es que no tenía el valor para mirarlo en sus profundos ojos verdes, sabía que si me dejaba llevar por esos verdes ojos terminaría arrepintiéndome de cada pensamiento que he tenido, incluso de cada decisión que he tomado y continuaría con el; y lo más seguro es que volveríamos a este mismo punto, tenía que ser fuerte y no dejarme llevar por todo lo que el provocaba en mi, no podía permitirme el ser tan débil, menos con el.

-muchas cosas Fran- no sabía que más decirle, aún reunía el coraje para poder soltar todo de una vez, quería poder decirle todo lo que había estado pensando antes de que el llegará. Pero creo que el causa las estragos en mi de los que nunca me había detenido a pensar.

-Sabes perfectamente que tomes la decisión que tomes yo te apoyaré! No importa lo que pase Eff, siempre estaré aquí para ti, de una u otra forma- ahora sí me estaba mirando mientras me hablaba por lo que me vi en la obligación de mirarlo, quería creer cada palabra que salía de su boca, pero luego de todo lo que hemos pasado juntos, todas aquellas cosas buenas y malas, sobre todo las malas, pero sabía que nunca tendría la fuerza suficiente como para ser su amiga, lo sé, es algo muy egoísta de mi parte, porque a pesar de que quiero terminar las cosas con el, no soy capaz de lanzarlo a los brazos de otra mujer, ni mucho menos verlo con otra ¿Cómo?, Después de todo el había sido mi pareja por tres años, independiente de todos los altibajos, son tres años, no sería capaz de verlo con otra chica. Estaba tan nerviosa que fue inevitable reírme de nervios, por lo menos aquello había relajado a Franco.

-que es lo gracioso?- me preguntó, tratando de poner un tono serio, pero eso nunca le había funcionado conmigo. Supongo que ambos bajábamos nuestras defensas al estar con el otro.

-de verdad crees que podremos ser amigos después de todo esto?- le dije mientras me ponía mi chaqueta, está era una táctica para no tener que mirarlo directo a sus ojos mientras pronunciaba estas palabras más que por el hecho de que tenía frío.

Franco se quedó unos segundos pensando en ello, se cruzó de brazos y espero hasta que terminara de ponerme la chaqueta antes de contestarme

-bueno, será difícil, no te lo negare, ya que no quiero verte con nadie más que no sea yo, pero por ti dejaría mi egoísmo de lado y lo haría, de verdad te dejaría- como podía decirme algo así, cómo diablos podía ponerse en esa situación, ni yo era capaz de imaginarlo con otro menos verlo y el simplemente me decía eso, no le creía absolutamente nada.

-Franco, creo que lo mejor es que nos demos un tiempo- le dije mirándolo de frente, me partía el corazón verlo, sabía que le estaba haciendo daño y se que lo seguiría haciéndolo ya fuera intencionalmente o no, sabía que él no quería que las cosas terminarán de este modo, si por el fuera el no terminaría las cosas, pero de todas formas sabía que él si aceptaría cualquier decisión que yo tomara respecto a nuestra relación.

-ok, alguna condición a este tiempo?- me preguntó, la verdad es que no sabía exactamente qué buscaba con esto, que tipo de condiciones? A casi tomarse un tiempo era sinónimo de condiciones porque según yo era la forma más suave de decir que querías terminar con alguien, por lo que ignoraba si existían condiciones, lo que automáticamente me hizo sentir que vivía en una cueva.

-no- le dije inmediatamente- cada uno es responsable de sus actos, cómo siempre Fran.

-Entonces te molestaría que yo pudiera algunas condiciones?- me preguntó Franco, que se supone que se traía entre manos este hombre, no entendía que pretendía con esto.

-y que condiciones serian esas Fran?- no es que estuviera interesada en aceptar alguna de sus propuestas pero no podía decir que no estaba intrigada por saber que estaba pasando por la cabeza de Franco

-es algo simple, tú me estás pidiendo un tiempo, aún no entiendo bien el motivo, pero está bien, un tiempo, pero quiero que hagamos bien, no quiero que las cosas entre nosotros terminen así, podríamos tomar el tiempo y no vernos durante un mes completo, absolutamente nada de contacto entre tú y yo, y luego vamos de a poco, comenzamos de nuevo, todo de cero. Ver si nos extrañamos y supongo que todo lo asociado a ello, ¿que dices Eff?- quería creer lo que decía Franco de verdad que si, pero lo conocía, me conocía, sabia que esto era solo el fin de una muerte anunciada.

-Tu sabes bien que lo que extrañaremos durante ese mes no será específicamente esto- le dije realizando un gesto donde nos apuntaba a ambos para que el entendiera que le hablaba de la relación en si- extrañaremos otra cosa, y ese es mi punto Franco, porque pensemos que acepto tus condiciones, no nos vemos durante un mes como lo estas planteando, luego volvemos a vernos dándonos tiempo, pero ¿luego qué?, ¿volveremos a lo mismo?, volveremos a este mismo punto, y al preguntarnos si lo que tenemos ¿es algo más que sexo?

Franco solo me observaba, el sabía que lo que decía era verdad, por mucho que se autoconvenciera de lo contrario, y eso no significaba que no me amara, quizás si lo hacía, pero quizás esa forma de quererme era solo porque se había acostumbrado a estar conmigo y eso era justamente lo que no quería, quer4ia saber realmente que sentía el por mí y también necesitaba saber que sentía yo por él. La verdad es que desconocía en que nivel estaba nuestra relación, pero lo que si sabía era que teníamos que avanzar y sin duda teníamos que alejarnos el uno del otro y eso significaba tener que decir adiós. Franco por fin entendía a donde quería llegar con todo esto de pedirle un tiempo, y aunque intentaba disimular con la intención de que no me diera cuenta de que ahora estaba preocupado por esto, pero lo conocía mejor de lo que él se conocía a si mismo.

-no te dejare, no… no permitiré…. No te vas a alejar de mi… Eff- me dijo mientras tomaba mis manos entre las suyas- eres lo único que tengo, ni siquiera puedo imaginar como se te cruzo por la cabeza que lo único que quiero de ti es sexo… te amo, como nunca he amado a ninguna otra chica. Y sé que nuestra relación no comenzó de la mejor manera, en donde cometí muchos errores, eso lo sé y los pague muy caro, por un juego casi te perdí, y en ese instante me prometí que eso no volvería a pasar, que no te volvería a perder, te amo Elizabeth.- odiaba cuando decía mi nombre completo pero entendía su énfasis, intentaba decirme que lo que decía era de verdad, algo serio, por ello uso mi nombre completo, además él tenía razón en algo, nuestra relación no comenzó de la mejor manera, como olvidar aquel momento de nuestras vidas, hay cosas que marcan el ahora y el después en la vida, y conocerlo a él había sido algo así. Recuerdo que lo quise mucho y que también lo odié mucho, así como sufrí también, aunque ahora dolía más que en ese entonces, pero supimos sobrellevar nuestros problemas en aquel momento, pero ahora no sabia que seria de nosotros, no sabía si aún seguía existiendo un nosotros.

La noche era larga, y fue difícil separarme de Franco, pero debíamos, aunque sea intentarlo, al menos nos debíamos eso, por lo que termine aceptando sus condiciones, o al menos en cierta medida, ya que la parte en la que fui mas enfática es que si debíamos estar separados un mes, eso nos ayudaría a ambos a aclarar nuestros sentimientos. Al final no pude terminar con él, no sabía cómo hacerlo, y por mas que lo repitiera una y otra vez, no estaba preparada, no quería hacerle daño y sabia que lo estaba haciendo ahora, pero tampoco podía atarme a él por pena, tenia que descubrir verdaderamente que sentía por él.

Dormir esa noche no fue nada de fácil, y mientras estaba en la cama, mi mente repasaba una y otra vez todo lo sucedido con Franco, pero alguien toco loa puerta, lo cual fue muy extraño ya que era bastante tarde, y la única persona que podría llegar a cualquier hora y sin avisar era Franco, pero sabia que no era el, ya que como el buen chico de provincia que era el cumplía con su palabra, la verdad es que aunque no lo quisiera este chico era perfecto, y yo lo estaba dejando ir.

Pero ¡que rayos me pasaba!, yo lo quiero dejar, y era algo de lo que no me podía arrepentir ahora, tengo un mes para pensar en ello, y no me iba a atormentar con ellos ahora. El timbre volvió a sonar lo que me saco de mis pensamientos, lo que me obligo a levantarme de la cama de una vez por todas, fui a la puerta para abrirla y me llevé una gran sorpresa al ver a Lucia al otro lado del umbral.

-Hola- me dijo, yo aun estaba procesando el hecho de verla, es decir, no es que fuera algo raro el verla, ella también era una de mis amigas, pero sabia que no estaba aquí por mí, ya que no éramos de esa clase de amigas- y no me harás pasar Eff?- me pregunto mientras se reía por mi reacción ante su visita.

-claro, claro pasa Lucia, ponte cómoda, estas como en tu casa ya sabes- ¿qué más podía hacer?, no la iba a echar, sabía que con Lucia no éramos las mejores amigas, pero luego de ciertas circunstancias nos logramos acercar bastante, de hecho, mucho mas de lo que pensamos en algún momento, después de todo ella era la razón por la cual Franco y yo estábamos ahora juntos.

Una vez dentro de la casa, Lucia se sentó en uno de los sofá de la sala y solo se me quedo mirando, lo cual se volvió bastante incomodo después de un rato.

-¿quieres algo?- le pregunte ya que me comenzando a incomodar como me estaba mirando.

-si… ¿saber que mierda estas haciendo?, dios mío, Eff no te entiendo, de verdad que no lo entiendo, todo lo que les costo estar juntos a Franco y a ti, y todo ¿para qué? Puedes decirme ¿que tienes en la cabeza?

-no lo sé, solo siento que la relación está viciada, necesito saber que el lo que siento por Franco y saber también que es lo que el siente por mí, necesito este tiempo Lucia, así que no pongas mas peso del que ya tengo sobre mis hombros, o terminare por tirarme a un acantilado.

-Mira… Eff, no se por lo que están pasando y menos por lo que tu estas pasando, porque no has querido hablar con nadie, pero me preocupas, me preocupan ambos, te veo y estas igual o peor de como llego ayer Franco a mi departamento, ustedes son un hilo de lagrimas y de dolor, ustedes no pueden estar lejos el uno del otro, son un maldito cliché romántico.

Eso era lo que más temía, el seguir juntos por necesitarnos, que esto fuera mas una costumbre, o porque fuera más cómodo el estar juntos que comenzar a buscar a alguien más, por lo que estar juntos no significaría necesariamente que él me amara. Por ello es que teníamos que tomar enserio este tiempo, si o si debíamos respetarlo e intentar una vez mas que las cosas funcionaran, sabía que Franco estaba sufriendo y quizás mas que yo en estos momentos, yo misma lo estaba pasando mal con todo esto, pero también necesitaba poner todo esto en perspectiva, dado que había pasado tres años de mi vida compartiéndola con él, y sin duda alguna a pesar de todos los altos y bajos, han sido los mejores tres años junto a Franco, pero sabia que si nos proyectamos a futuro, la cual era una de las tantas cosas que me había puesto como meta de parejas, tenia que saber que las cosas realmente funcionarían.

Bitter DreamsWhere stories live. Discover now