Mi hermano Rafael y su familia, dormían en una habitación, Katiuska su esposa, Isabel y su hermano Guillermo, dos niños, de 7 y 15 años, en aquel entonces; ella ya lo cuidaba y aun hoy día lo hace, su hermano, un chico especial con un corazón gigante, puro, nuestro eterno niño. Siempre juntos, de la mano.
En la otra habitación mi hermano Gerardo y su esposa Guadalupe, mi mama. Los jóvenes en la sala, Alejandro y Cristina, en hamacas que cruzaban de lado a lado, y en la tercera habitación, la que daba al frente de la casa, mis amigas, Margarita, Elizabeth, mi sobrino Enrique, mi hijo Miguel y Yo.
La última noche, de hamburguesas a la parrilla, acordamos que saldríamos de viaje después del mediodía, para aprovechar la mañana en la playa, Isabel no quería irse. Yo tampoco, estar cerca del mar me energiza de una manera, pareciera quitarme toda la pesada carga que sobre mis hombros se acumula, mi piel se renueva de ganas, mi alma vibra con cada sonido propio de estos parajes, y todas esas sensaciones me reafirman que quiero vivir cerca del mar, tener una ventana donde todos los dias pueda empapar mi mirada de azul infinito, de blancas gaviotas y barcos pasar.
En la madrugada, a eso de las 2 am, una luz en mi cara me despertó, era la lámpara del pasillo que conducía a la cocina, mi sobrina Isabel con sus trenzas la encendió, llevaba de la mano a su hermano Guillermo; la llame en un tono no muy fuerte para no despertar al resto y no me hizo caso, lo cual llamo mi atención preocupándome y obligándome a levantar, ya que no era normal su desobediencia, algo le sucedía y no había querido despertar a sus padres.
Mi cuñada y mi amiga también se despertaron, preguntándome que pasaba, salí de la habitación, iba caminando por el largo pasillo llamándola insistentemente en voz baja.
- Isabel, qué pasa? qué necesitas? y a medida que me acercaba a la cocina comencé a escuchar un murmullo de voces.
Al entrar, me percate que mis hermanos estaban despiertos, mi mama, mi otras dos cuñadas y en ese momento me asusté.
- Qué pasa- pregunte angustiada, y mi mama responde
- Ay Carmen, nos tenemos que ir, algo va a pasar
- Pero qué pasa- volví a preguntar
- Cómo que tenemos que irnos a esta hora? Cuál es la urgencia? -
Seguían hablando en susurro, quizás para no despertar a los muchachos que dormían en la sala.
Rafael me tomo de la mano y me dijo - ven acá, te voy a mostrar - y nos dirigimos a su habitación, la cual tenía la luz encendida...
Al entrar, mientras él comienza a explicarme, yo quedo paralizada, Isabel y Guillermo, dormían profundamente con su mascota entre las piernas...
- No puede ser!!!!- Exclame, temblando, muerta de miedo
- Acabo de verlos caminando en el pasillo hacia la cocina, ellos me despertaron, entraron antes que yo a la cocina, yo los vi !!!!! -
Mi cuñada Katiuska trato de calmarme mientras me decía
- No Carmen, ellos están durmiendo, igual que los muchachos en la sala, por eso estamos hablando bajito-.
Yo no dejaba de temblar y mi mama solo decía que esto era un aviso, teníamos que irnos...
El miedo nos recorrió todo el cuerpo, había algo extraño en el lugar, en esa casa, una presencia, una pesadez, que jamas había sentido en tantas otras veces que la había visitado y en donde jamás había sentido ningún temor. Mi hermano, me dijo
- Deja que te cuente y quizás entiendas-
Se habían acostado más tarde que nosotros, él y su esposa decidieron que en la mañana llevaría los niños a la playa mientras ella recogía todo para regresar a casa. Apagaron las luces y se quedaron dormidos, los niños antes que ellos, Rudo, el perro, también agotado, se acomodó entre los dos hermanos.
En la madrugada, mi hermano extendió el brazo para buscar su cooler y tomar agua, a tientas, no pudo encontrarlo y decidió levantarse, tampoco estaban allí sus pantuflas, lo cual le extrañó aún más; Katiuska al escucharlo, también se despierta y le pregunta
- Qué te ocurre -
Rafael responde - Nada, es que no encuentro ni el agua ni las pantuflas-.
Ella le sugiere que encienda la luz y sorpresa!!!! Todo absolutamente todo estaba recogido en la habitación, con un orden impresionante y visible, inusual en un viaje de vacaaciones; él la mira extrañado y le pregunta, tú lo hiciste?
- Claro que no, si caí rendida igual que tú! Por Dios qué es esto?- dice alarmada.
Lo único que estaba afuera era su pantalón de jean. Cuando revisa dentro del bolso, estaba el cooler, con las pantuflas; la ropa de los niños, solo las mudas con las que se irían a casa perfectamente dobladas sobre la silla... en ese momento salen de la habitación asustados y llaman a mi mamá... se fueron a la cocina, preguntándose una y otra vez qué significaba todo aquello...
Yo seguía asombrada de ver que los niños dormían con una profundidad extraña, con todos en el habitación y ellos ni se movían..., en eso, entra mi hija Cristina toda agitada, casi que hiperventilando, diciendo que acababa de ver pasar la sombra de una persona por la ventana, que de pronto se despertó y lo vió, que su corazón estaba demasiado acelerado y sentía un escalofrío inusual recorriendola toda.
En ese instante, todos temblando dijimos, ésto es un aviso, hay que salir de aquí, quien quiera que sea nos está avisando, nos esta obligando a movernos debemos regresar cuanto antes.
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AQUEL VIAJE A LA PLAYA
Mystery / ThrillerSeria ella que nos protegió? Que su alma se quedó en aquel lugar atrapada a donde quiso alguna vez regresar? Son preguntas sin respuestas, pero que me reafirmaron una vez más, que las señales existen y que todos tenemos un ángel protector que como...