En mi familia teníamos como costumbre ir a la playa al menos dos veces al año, antes de que la inseguridad llegara a esta tierras, era comun ir a las playas del Golfo, un viaje de ida por vuelta a Caimare Chico era algo normal para nosotros desde jóvenes; cuando niños no llegábamos tan lejos, solo a las playas del lago, Santa Fe y los Cañadones, la contaminación de nuestro reservorio de agua dulce, nos llevó a buscar playas más al Norte, de mar abierto por allá en la Guajira venezolana. Los viajes más largos eran a la Península de Paraguaná y cada tanto a Tucacas, ambos en Falcón, al menos dos veces al año cuando disponíamos de más de 4 días de vacaciones.
Todos estábamos deseosos de este nuevo paseo, especialmente los niños y los jóvenes de la familia; en esta ocasión se nos uniría Elizabeth mi cuñada, mi sobrino Enrique y mi amiga Margarita. Cada quien con los preparativos del viaje, entre ellos la visita obligada a la peluquería; no sé de donde saque el tiempo la verdad, pues como siempre, cada vez que en el banco sabían que me tomaría unos días de descanso me atiborraban de casos de ultima hora; ya lo que deseaba era estar sentada en la arena blanca frente al mar y poder así desconectarme de la rutina, disfrutar del sol y la brisa, de unas margaritas heladas y el compartir en familia.
Esa tarde mientras me hacían la pedicura, dos manicuristas conversaban sobre un artículo que había salido en la revista dominical de la prensa nacional; trataba sobre los viajes astrales, el tema, que me encanta, enseguida me atrapo y por supuesto leí el articulo mientras disfrutaba del masaje. Hablaba de como inconscientemente todos en algún momento hemos hecho esos viajes, trasladándonos a lugares donde queremos estar o necesitamos estar para avisar de algo, para vivir algo, para sentir algo, para sanar alguna situación que nos quedó pendiente. Decía, que eso que sentíamos en medio del sueño, de caernos y despertarnos abruptamente, ocurría cuando nuestra alma regresaba a nuestro cuerpo.
-¡Ohhh!- me dije.
-eso me ha pasado con mucha frecuencia.
También decía que hay personas que pueden hacerlo de manera consciente y que eso solo podía ser para ayudar a otros, pero jamas para beneficio propio...
-ufff, espero que solo personas buenas tengan ese don!.
Esa noche, volví a pensar en el tema antes de quedarme dormida, nunca imagine que nuestro viaje a la playa tendria algo que ver con este asunto...
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AQUEL VIAJE A LA PLAYA
Misteri / ThrillerSeria ella que nos protegió? Que su alma se quedó en aquel lugar atrapada a donde quiso alguna vez regresar? Son preguntas sin respuestas, pero que me reafirmaron una vez más, que las señales existen y que todos tenemos un ángel protector que como...