Ruinas

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Todos alguna vez fuimos un castillo, un palacio o una simple casa que se mantenía firme a base de sueños y esperanzas.

Hoy somos ruinas, escombros provocados por despedidas que no tenían que llegar, abrazos que nunca se dieron y noches de insomnio preguntándonos si éramos o no lo suficientemente buenos. Y aunque queramos volver a construir sobre nuestras ruinas, nos damos cuenta de que todo se vuelve a caer. Por fuertes vientos de indiferencia, grandes tormentas de inseguridades y oleadas de defectos que no dejan de cesar.

Por suerte existen personas que llegan en el momento justo y te demuestran que no hay tormenta que dure para siempre. Y aunque sea una larga noche, siempre vamos a poder encontrar luz en sus abrazos. Es que el amor, es el mejor búnker para refugiarse de las bombas que hace explotar la vida. Ama, ama hasta que te duelan los huesos porque es el mejor remedio. Ama aunque no te amen, porque algún día vas a encontrar a una persona que te ame como vos lo haces. Amar sana. Amar limpia las heridas que están en los escombros de tu ruina. Solo amando se puede construir.

Somos ruinas, esperando a que alguien llegue y pueda ver la inmensidad de los castillos, palacios y casas que fuimos entre tanto escombro. Intentamos sembrar entre tierra árida y rocas antiguas. El hombre cultiva lo que puede. Y aunque solo salga una flor pequeña, la cuida como si fuera todo en la vida. Porque cuando no nos aman, solo nos queda el amor propio.

Conurbano moodWhere stories live. Discover now