Hasta el infierno por amor (BelcebúXMoa)

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1- Saint Seiya pertenece a Masami Kurumada

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1- Saint Seiya pertenece a Masami Kurumada.

2- Esta historia contiene yaoi.

3- Atención: a pesar de que los conocemos como Moa del Trono y Belcebú de Serafín, debido a su pasado ellos se llaman por sus antiguos nombres celestiales.

4- Letras de la canción Tourniquet, de Evanescence.

5- Los nombres que poseen Moa y Belcebú antes de ser exiliados del cielo significan Asaliah "Dios justo que señala la verdad" y Leuviah "Dios que socorre a los pecadores"

6- Si, el fanart que tengo aquí es mío.


Hasta el infierno por amor

Una sombra entró a un oscuro recinto. La sombra, que tenía un contorno delicado, se dejó caer, al parecer, exhausta; pero la verdad, no era solo cansancio la que le impulsó a dejarse caer de esa manera. Si, en parte lo era, pero también había otras causas.

La sombra lloraba amargamente; extrañaba su antiguo hábitat: el cielo.

— ¿Por qué, mi Señor Gran Ángel...? — murmuraba en la semioscuridad del recinto —. Sólo quise defenderlo, no quería que sufriera; ¿acaso no nos enseñaste que debemos proteger al prójimo y perdonarlo?

El piso se humedeció con las lágrimas que arrojaba aquel desconsolado ser.

—Sabes lo mucho que odiaba las guerras, y eso incluye, naturalmente, las guerras entre nosotros. Siempre.

I tried to kill my pain

but only brought more

So much more

A su mente, fresca aún —no había pasado ni un mes desde que lo expulsaron del cielo, y recién Lucifer lo había reclutado en su armada— acudieron los recuerdos de aquel fatídico día, cuando no se llamaba Moa, sino Leuviah...

—Joven Asaliah; ¿por qué has osado entorpecer la misión de Leuviah?

El acusado no respondía, visiblemente azorado. Leuviah pudo percibir su angustia, por lo que saltó para defenderlo.

—Mi señor, permítame asumir la culpa de mi compañero.

Desde el puesto de los acusados, Asaliah lo miró atónito; ¿por qué lo defendía? ¿Por qué? ¿No debería estar en su contra, en vez de defenderle?

El Gran Ángel —el encargado de los juicios en nombre del supremo Creador— miró a Leuviah con severidad.

— ¿Por qué dices eso, joven Leuviah? ¿Acaso no entiendes que Asaliah, con su envidia, destrozó todo lo que tu amor construyó con tanto esfuerzo?

Leuviah no se dejó amilanar.

— ¿Es que acaso no lo ve, mi Señor? Los ángeles somos seres de amor. No puedo dejar que mi compañero sufra solo —juntó sus manos en actitud de plegaria —. Por favor, ¡perdónele la vida!

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