Rencor maldito (KanonXSydXMime)

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1- Saint Seiya pertenece a Masami Kurumada.

2- Esta historia contiene yaoi, sexo explícito y sexo no consensuado.

3- No apruebo el abuso sexual de ningún modo.

4- Inspirado en la película "The Grudge"

5- Dedicado con cariño a mis amigas Itzukiai y Abigail Salier ♥

Rencor maldito

— ¡Ya detente!— Exclamó Mime, ya al borde de la histeria. No solo tenía que lidiar con el dolor de no verse correspondido por Kanon, sino también con el acoso constante e inoportuno de su compañero de armas, Syd de Mizar. Y por si todo aquello fuese poco, la razón por la cual Kanon no quería nada serio con Mime la constituía justamente Syd.

Y precisamente ese hombre era el que le estaba tomando por la fuerza en estos momentos. Mime tenía los ojos ya rojos por completo, llenos de lágrimas y la boca torcida en un rictus de dolor y tristeza.

— ¡Basta, lo digo en serio!

—No me detendré, Mime...— Jadeó Syd, como bestia en celo. Se movía dentro del cuerpo del rubio salvajemente, casi como si lo estuviese apuñaleando —... Sé que te gusta... serás mío, Mime, y te olvidarás del idiota de Kanon...

— ¡Eso no es verdad! ¿Qué crees que no tengo ya suficiente con qué lidiar?— Gritó el rubio de grandes ojos rubí, ahora sumidos en tristeza perpetua —. Ya, por piedad, Syd... ¡Déjame tranquilo!

—Sólo te dejaré si me dejas escuchar tu hermosa voz rogando por placer...— susurró Syd, lamiendo su oreja seductoramente —. Déjame oír tus gemidos mientras te poseo, Mime...

Mizar le volteó y lo colocó bocarriba, con las piernas abiertas y las caderas en alto. Miró por unos segundos la abertura del rubio, ahora dilatada por la penetración brusca. Con un gemido ronco, volvió a meter su ardiente miembro en Mime.

— ¿Cómo quieres que gima si no siento nada?

—No seas mentiroso Mime...— repuso Syd, y tomó la erección del rubio, plena y dura como nunca antes —. Sé que me sientes... y que te gusta.

A medida que Syd se movía en su interior, un intenso calor agradable envolvió toda su anatomía inferior. Sintió unas punzadas dolorosas pero agradables en las ingles. Pero su rostro seguía lamentable: grandes torrentes de lágrimas corrían por sus ojos, ahora opacados por completo. Aun el rubor, aun la boca entreabierta que dejaba escapar gemidos entre sollozos de tristeza no pudieron disimular para nada el aire de tristeza general en todo su ser. Estaba hecho pedazos.

Se oyó un grito ronco, seguido de una sensación líquida: Syd de Mizar estaba vertiendo su esencia dentro de Mime. A su vez, el orgasmo del rubio se disparó, dejando salir una enorme cantidad de semen que los bañó a ambos.

Cuando se hubo recuperado, Syd se vistió rápidamente. Mime solo se acurrucó, hecho un ovillo. Estaba sacudiéndose en medio de sollozos estruendosos.

—Cállate ya, Mime— Dijo Syd antes de salir —. Cállate o te callaré yo y créeme que no va a gustarte...

Pero Mime no se calló, aunque su sollozo remitió un poco. Syd de Mizar salió de Eta dando un enorme portazo...


Al día siguiente, Syd consideró que debía volver a visitar al divino. Quizás se le habría pasado la idiotez y el caprichito con Kanon, lo cual le convenía, pues los quería a ambos para él solo, pero sin tener que saber de ellos enamorados.

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