El Embajador y el pescador.

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//N.A; ¡Por fin un nuevo capitulo! Espero que lo disfruten y espero volver a actualizar este fanfic con mas regularidad ahora que por fin termine "El Conde Lecter" (el cual los invito a leer, no se arrepentirán(?) Y también espero pronto actualizar el resto de mis fanfics Hannigram. Espero leerlos en los comentarios y recibir todo el amorcito que siempre me dan a mi y a los personajes (?) besos! <3 


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—No vas a ir a clases si sigues con fiebre, es mi última palabra. — informó Rober Lecter a su joven sobrino Hannibal mientras contemplaba el termómetro que tenia en sus manos.

—Por favor estoy perfectamente, no puedo perderme las clases. — decía Hannibal con obstinación, intentó levantarse de su cama, pero su tío volvió a empujarlo a ella.

—El sábado durante la excursión de pesca con los Graham quedaste empapado por la tormenta, no me sorprende que hayas amanecido afiebrado. Debes descansar y recuperarte, ¿Quieres ser medico no es cierto? Entonces ya sabes que tienes que hacer para aliviarte. —

Hannibal soltó un suspiro de fastidio y se quedó mirando a su tío por un momento.

—Me pregunto si el padre de Will también estará enfermo. Después de todo, se sacrificó para protegerte a ti de la lluvia. — comentó Hannibal con una sonrisa traviesa y quizás algo malintencionada, recordando como el enorme Edward Graham se había quitado su chaqueta para proteger al pequeño Conde Robert.

Robert tosió un poco y desvió la mirada, había un ligero sonrojo en sus mejillas que sorprendió a Hannibal y lo hizo sonreír aún más, cosa que ya no era tan rara desde que su vida se había visto cruzada por la presencia de Will en ella.

—Espero que no... Yo... Ehm... Ya tengo que ir a trabajar... No te muevas de esta cama en todo el día, ¿De acuerdo? —

Hannibal asintió sin decir nada más, estaba claro que su tío andaba muy raro desde que había conocido al padre de Will, se preguntó si acaso sería posible que Robert...

No, eso era imposible.

Hannibal volvió a suspirar, mirando el techo una vez que su tío abandonó la habitación. No se sentía para nada débil a pesar de que el termómetro había marcado más de 39 grados, y lo que mas le molestaba era pensar en que se perdería de un día de la compañía de Will.

Su mirada se quedó fija, casi sin parpadear y sonrió al pensar en todo lo que había pasado entre ellos durante la excursión de pesca del sábado.

Las miradas cómplices, los comentarios de coqueteo mal disimulado... Tomarse de las manos.

Pequeños detalles que habían hecho que su sábado fuera sencillamente inolvidable.

Y lo que su tío no sabía era que su fiebre no se debía precisamente a la mojadura del sábado, si no a la que sufrió el domingo cuando se escapó de casa para alimentar a los cachorros en el instituto.

A pesar de ser domingo se había saltado la reja de la institución sin ningún problema, llevando comida y mantas nuevas para los pequeños que a medida que crecían se volvían mas y mas inquietos.

De momento solo se habían escapado un par de veces para recorrer el parque, pero no habían llegado mucho mas lejos.

Hannibal temía el día en que pudieran aparecer en las puertas de la escuela y algún alma negra decidiera llamar a la perrera o algo así.

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⏰ Última actualización: Apr 29, 2018 ⏰

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