Capítulo 1

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POV Sarabi:

Aterrizamos en suelo español luego de dos horas de viaje, estamos exhaustas y con una hambre atroz. Nos dirigimos hacia el lugar de recogido para buscar nuestro equipaje, mientras buscamos las maletas puedo notar en las miradas de Bernadette y Yexi lo nerviosas que están por comenzar una nueva vida, lejos de nuestros padres y amigos. Pero todas sabemos y estamos conscientes de que esta es una oportunidad que no podemos desperdiciar así como si nada. 

Vamos a hacer esto, por nuestros familia, amigos y por nosotras mismas.

Con las maletas en mano, nos dirigimos a la salida donde vemos a un señor alto, vestido con un saco negro y gafas del mismo color, sosteniendo un cartel con nuestros nombres. Debe ser el chofer que nos mandaron para que nos llevara a la Academia. Nos acercamos dándole a entender que somos las chicas que espera y nos hace un gesto indicandonos que lo sigamos.

—Pero que hombre mas serio —dice Yexi. Ella es la chica risueña de nuestro pequeño grupo. No puede ver a alguien teniendo un mal día, porque inmediatamente se pone sensible y hará hasta lo imposible para que esa persona tenga un buen rato.

Así es ella, arcoíris y algodón de azúcar.

—No todos somos una cajita de sonrisas como tu Yexi —contesta Bernadette con un poco de fastidio. Ella, como ven, no es muy carismática. Es sarcastica, impulsiva, fría y con un carácter de los mil demonios, pero aún así es una buena chica llena de sentimientos que oculta bajo esa capa de chica fuerte y segura. Su vida no ha sido fácil, ha tenido problemas, uno tras otro. Sin embargo, aquí esta de pie y fingiendo estar bien con tal de vernos felices, es una de las razones por las que la amamos. Ella nunca nos ha dejado solas, siempre ha estado ahí cuando más la necesitamos.

—Basta chicas no quiero peleas, acabamos de llegar, ¡Esta es una oportunidad única! Así que vamos a disfrutarla al máximo —dije para detener un debate alocado entre ambas.

El camino a la Academia nos la pasamos bromeando e imaginando cómo sería nuestra nueva vida, a todos los lugares que iríamos y sobre los chicos sexys que veríamos. Claro que esto último solo lo hablamos Yexi y yo, porque Bernadette decía que los chicos eran una pérdida de tiempo, que solo hacían que las mujeres brillantes se volvieran mediocres.

Palabras de ella, no mías.

El chofer redujo la velocidad a medida que entramos en una instalación muy hermosa. Observamos fascinadas la entrada, esta tenia un hermoso cerco lleno de flores. El chofer intercambió algunas palabras con el guardia de seguridad, los portones se abrieron y el chofer nos indicó que nos bajaramos.

—En 30 minutos les llevaran su equipaje, sigan el camino de luces hasta la entrada, ahí las estará esperando el director que les hará entrega de sus horarios y la llave —dijo con un tono monótono sin mirarnos. 

—¡Gracias! Que tenga un buen día señor cara larga —sonrió Yexi con simpatía.

Recibió una mirada de fastidio del chofer que le indicó "amablemente" que cerrara la puerta.

—Debes dejar de ser tan amable con gente que no lo merece Yexi, solo recibes ese tipo de trato —dijo Bernadette fastidiada.

Ella odia que a cualquiera de nosotras nos traten de una manera "impropia" según sus criterios, algunas veces exagera, y otras está en lo cierto, ambas se lo agradecemos en esos casos.

Nos detenemos frente a la puerta donde estaba una chica aguantando un cartel con nuestros nombres, al parecer era costumbre lo del cartel decorativo.

—Ustedes deben ser Yexi, Bernadette y Sarabi ¿correcto? —nos observó con una sonrisa.

Al menos esta chica sí era amable, no como el "cara larga" como lo llamó Yexi.

Una sonrisa de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora