Capítulo 5

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POV Uriel:

-Pequeña, estas bien -dije aliviado al verla.

Estaba en las duchas cuando escuché sobre que habían golpeado a una chica en el baño, luego me enteré que era Ade y he salido corriendo a ver como estaba. Sin preguntarle o darle tiempo a reaccionar, la abracé, ella se separó de mi bruscamente.

-No me toques Uriel -dijo seca.

Me alejé de ella para no incomodarla, entendía su reacción.

-Lo siento Ade, no fue mi intención incomodarte -dije apenado.

Ella evitó mi mirada y eso me hizo sentir mucho peor.

-Adeline para ti, ahora vete, no tienes nada que hacer aquí -respondió molesta.

-Yo...lo siento...sólo quería saber si estabas bien, me preocupé por ti -dije sincero e intentando ver los ojos con los que sueño día y noche.

Ella me observó a los ojos reflejando todo lo que sentía.

-¿Ahora te preocupas por mi? -preguntó con ironía-. No te necesito -escupió con rabia.

Merecería toda esa rabia, merecía todas esas palabras hirientes que salían de su boca y las que seguramente rondaban en su mente. Merecía eso y más, por todo lo que hice

-Ade, ¿no crees que deberías calmarte? El solo se esta preocupando por ti -dijo una de las chicas que estaba con ella en la mesa.

Ella la observó molesta.

-No te metas Sarabi, sé que quieres ayudar pero no sabes nada, él -dijo y ne miró de arriba a abajo con desprecio-. No es el chico que parece ser -en su voz se notaba todo el rencor y resentimientos que tenia hacia mi.

La chica hizo un gesto con la mano.

-No me interesa lo que haya pasado, todos nos están mirando, trata de comportarte niña -le reprendió la chica, la tal Sarabi.

Ade -quiero decir- Adeline, debía acostumbrarme a llamarla como ella deseaba para no hacerla incomodar de nuevo. Aunque no sabia si volvería hablar con ella luego de ver cuanto me odia. Adelaine respiró profundo y se sentó al lado de la chica.

-Bueno, ya has visto que esta bien, es mejor que te vayas -dijo otra chica que estaba sentada en la mesa, lo había dicho tan seca que me sentí mal por incomodarla a ella también.

Me giré y salí de la cafetería en dirección a patio, hace algunos años colocaron unas mesas -a petición de los "populares"- donde los chicos y yo siempre nos sentabamos. Al llegar me senté de golpe, como si fuera un saco.

Me sentía como un estúpido, había ido para ver si estaba bien y solo empeoré las cosas. Le había dado un ataque de pánico, no era la primera vez que le pasaba pero que yo haya sido el causante me hacia sentir de lo peor.

-Bro, ¿estas bien? -preguntó Zareb.

Keithan y Zareb se sentaron conmigo, me dieron mi almuerzo y comenzaron a comer en silencio.

Miré a la chica que estaba sentada en las piernas de Zareb incómodo, el entendió mi mirada.

-Nos vemos luego hermosa, sabes donde-le dió un guiño y ella se fue.

Suspiré.

-Fui a ver a Adeline -dije sin más.

Zareb mordió su hamburguesa y me observó elevando una ceja.

-¿Porque has ido a verla bro?, no fue muy inteligente de tu parte. No sabes nada de chicas -dijo con la boca llena.

Asqueroso

Una sonrisa de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora