Zareb Gathegi, Uriel Jones y Keithan Patterson son los chicos más populares y temidos de todo el colegio Cambridge, son peligrosamente atractivos e inexplicablemente excitantes, simplemente son dioses griegos, los típicos chicos que todas las chicas...
Escuchaba el ruido de la alarma sin prestarle atención.
Beep...Beep...Beep
Volvi a escuchar, con un ojo medio abierto, pospuse la alarma 5 minutos más.
Luego de mis 5 minutos extras, abrí los ojos con pereza, me destapé y miré el reloj que marcaba las 8:30am, abrí los ojos a más no poder, la alarma no se pospuso, sino que se apagó, intenté levantarme, pero me enredé con la sabana y caí de bruces al suelo, dándome un golpe que me hizo despertarme del todo.
<<Maldición>>
<<Linda manera de despertar Sarabi>>
Me levanté refunfuñando, miré alrededor confundida, al no escuchar la típica risa de Yexi, ni el comentario sarcástico de Bernadette sobre mi torpeza.
La habitación estaba en completo silencio, la cama de Bernadette estaba perfectamente ordenada como de costumbre, y la de Yexi con sus miles de peluches observándome burlones, entonces caí en cuenta, se habían ido sin mi, y no me levantaron.
<<Desgraciadas>>
<<Ya verán>>
Tomé lo primero que encontré en mi armario (sin la chaqueta)
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Me vestí, tomé mis cosas y salí apurada para llegar a la segunda clase, pero no tenia ni idea de donde era, y el mapa que me dió Ade no me estaba ayudando. Cuando por fin llegó, la puerta es cerrada en mis narices.
—Disculpe —digo alzando un poco la voz mientras toco la puerta.
Esta se abre con lentitud, y para mi sorpresa es una profesora, coloco mi mejor sonrisa.
—¿Puedo pasar?, justo cuando llegué cerró la puerta, quizás no se percató —digo sin perder mi sonrisa.
Ella me da una mirada de arriba a abajo y eleva su ceja.
—Tu debes ser la nueva en mi clase —dice todavía analizándome.
—Sí —respondo esperando que me deje pasar.
Ella suspira.
—Si la puerta está cerrada, te quedas afuera, esas son las reglas —dijo y cerró la puerta por segunda vez en mis narices.
<<Bruja>>
Me giré para ir a los baños, hice mi necesidad, me lavé las manos y me observé en el espejo, tenía el cabello en una auténtica maraña, así que tomé dos evillas de las que siempre llevaba en mi mochila, y até dos flequillos luego de haberlos convertido en trenzas pequeñas. (Peinado en multimedia).
—Srta. Diawara favor pasar por la oficina —se escuchó en los altavoces.
<<¿Y ahora qué?>>
Suspiré, dí vueltas hasta encontrar la oficina, iba a tocar la puerta, cuando la puerta se abrió con fuerza enviándome al suelo.
<<Mierda>>
—Lo siento, yo, lo siento, no te ví, yo solo... —lo interrumpí antes que siguiera con sus disculpas.
—¿Sabes que es lo que eres? —dije incendiada en enojo, incorporandome para revisar si aún tenia nalgas, o se habían quedado pegadas en el suelo. —Eres un imbe... —dejé las palabras en el aire al mirar quién me habia hecho besar el suelo por segunda vez en el día de hoy.
<<POR CRISTIAN GREY>>
<<Busquenme la fusta>>
—Yo de verdad lo siento mucho —volvió a disculparse Uriel bajando la mirada apenado.
<<Serás tonta>> me reprendí.
—No te preocupes, yo iba distraída —sonreí muerta de la vergüenza.
Iba a lanzarle de insultos, hubiera sido embarazoso.
Nota mental: mirar a la persona antes de insultar.
—¿Te encuentras bien? —preguntó preocupado.
<<Es tan tierno>>
<<Me lo comería a besos>>
<<¿Cómo sería abrazarlo?, debe ser como un peluche enorme>>
—¿Sarabi?, ¿Estás bien? —preguntó sacándome de mis fantasías.
—Sí, si, estoy bien, no te preocupes —sonreí para que se quedara tranquilo.
—¿Segura? —volvió a preguntar.
<Aww, está preocupado por mí>>
Asentí
—De acuerdo, si necesitas cualquier cosa estoy en el aula A, cuídate pelirroja —dijo sonriendo.
<<Este niño va a matarme>>
Cuando pienso que no se puede ser más tierno, viene y me sonríe. Entro a la oficina con una sonrisa de niña pequeña.
—Srta. Diawara, puerta D —dice la secretaria al verme.
Al parecer aquí todo tiene letras, fui hacia la puerta que habia señalado, toqué y pase luego de escuchar el "pase" de adentro de la oficina.
—Tomé asiento, señorita Diawara —dijo el director señalando el asiento frente a su escritorio.
La oficina del director tenía una pared en la que se veía lo que sucedía afuera, desde adentro de la oficina, pero si estabas afuera, no podias ver hacia adentro, no se si me entienden.
—Me fue informado que el día de ayer agredió a una de las alumnas, más respetadas de esta institución, la señorita Lee, ¿eso es cierto? —preguntó el director indignado.
—Si se refiere a la teñida con aires de superioridad, sí, le dí una lección —me encojí de hombros.
El directo comenzó a dar un sermón, pero dejé de prestarle atención, al ver a Yexi pasar caminando.
—¿A dónde vas pequeña Yexi? —escuché, pero no pude reconocer la voz.
~♡~
Aquí el capítulo de la semana bombones hermosos, disculpen la demora.
