Capitulo 6: vacaciones de verano.

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—Lo siento, chicos. Todo esto es mi culpa. —Dijo Kise, apenado, mientras curaba las heridas de su novio.

Luego de la pelea, después de asegurarse de que todo estaría bien, los sempais y otros amigos de la generación milagrosa y sus parejas se retiraron, dejándolos en casa de Kagami.

Kuroko y Kise curaban las heridas de sus novios. El resto estaban intactos.

—Por supuesto que no es tu culpa, Kise-chan, pero debiste habernos dicho lo que ocurrió con Ren. ¿Somos o no tus amigos? —Takao miraba a Kise con los brazos cruzados, y el rostro lleno de indignación y molestia.

—Lo siento... —volvió a disculparse—. Debí escuchar a Aominecchi.

—Sí, debiste hacerlo, idio... —Aomine se detuvo de pronto, al sentir un leve dolor en su labio inferior.

—No hables, tonto; estás herido. Te dolerá más si lo haces.

Aomine dejó escapar un suspiro y acarició con lentitud el cabello de su pareja, quién durante un momento, cerró los ojos ante el contacto.

Acto seguido, Aomine se acercó al rostro de Kise y, como pudo, susurró sobre sus labios: —Entiendo por qué no quisiste escucharme, pero de todos modos esta noche te castigare por eso, además, tengo que liberar el estrés que me causó esa maldita pelea, así que mejor prepárate. Hoy no dormirás.

Las mejillas de Kise se colorearon de rojo al escucharlo. Ya podía imaginar la intensa y salvaje sesión de sexo que tendrían esa noche.

Por otro lado, Himuro preparaba algo de comer para todos junto a Murasakibara, que lo ayudaba como podía. Su novio le había enseñado las cosas básicas sobre cocina, y aunque había olvidado la mayoría, lograba recordar algo.

Akashi y Midorima discutían el cómo pudieron haber evitado que ocurriera la pelea, y Furihata y Takao se miraban sin saber qué hacer para que sus novios dejaran el tema de una vez.

—Lo hecho, hecho está, Sei. Ya olvídalo.

—Si, Shin-chan. De nada te servirá pensar en lo que «pudo haber ocurrido».

—¡Pudimos haberlo evitado, nanodayo! Cuando nuestros padres se enteren de esto... —dejó escapar un suspiro mientras se sostenía el puente de la nariz—. Oha-asa dijo que hoy no sería un buen día para cáncer. No debí dejar mi lucky ítem.

—Ni lo menciones, Shintarou. El idiota de Hitoshi ya debe haber hablado con mi padre y Masahiro-san. No quiero ni pensarlo.

—Entonces no lo hagas —dijo Furihata con el ceño levemente fruncido, para tomarlo del rostro y mirarlo a los ojos—. Lo mejor que podemos hacer es olvidar lo que pasó, al menos por un rato, Sei.

Durante la pelea, Furihata había estado muy asustado; no solo porque odiaba la violencia, temía que alguien le hiciera daño a su novio, o peor, que él se descontrolara y lastimara a alguien. Por eso mísmo quería que todos olvidaran lo ocurrido, aunque sabía que el enfrentamiento con el otro grupo no había acabado ahí, de eso estaba seguro.

—Opino lo mismo que Kou-chan, no quiero pensar en nada más.

—Tu nunca piensas en nada más, nanodayo. —Dijo Midorima, solo para molestar a su novio y aligerar un poco el ambiente, o al menos intentarlo.

—¡Que cruel! —Se quejó Takao, pero no tardó en sonreírle y acercarse a él para unir sus labios con los suyos.

Midorima se sonrojó en sobremanera y lo miró con el ceño fruncido.

—¡T-Takao! T-Te he dicho cientos de veces que no hagas eso en público.

—Tsundere —le mostró la lengua a modo de burla—. A ellos no les molesta.

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⏰ Última actualización: Aug 23, 2018 ⏰

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