Mascotas.

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Resumen: "Mika llega de su agotado día en la universidad, encontrándose con una pequeña caja y que su pareja no está. ¿Qué es esa caja y por qué demonios está moviéndose?"

Advertencias: MikaYuu, sin imaginación para nombres de animales jsj

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Mikaela negaría mil veces si era necesario el hecho de que, siendo bastante listo, fuera un chico que amaba estudiar

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Mikaela negaría mil veces si era necesario el hecho de que, siendo bastante listo, fuera un chico que amaba estudiar. Porque no lo era, ni siquiera le agradaba un poco la universidad. Los maestros eran estrictos y los estudiantes realmente molestos, ellos lo odiaban a él y él los odiaba a ellos. No sonaba muy lindo, y lo admitía, eran pocas las personas allí que le agradaban.

Todos metidos en lo que no les incumbía, creando chismes, hablando a sus espaldas, casi comiéndose con la mirada a su novio, (y eso último era lo que más le hacia hervir la sangre, porque no tenían ni una pizca de vergüenza al momento de pasar sus ojos por el cuerpo de su pareja, burlándose en su cara). Y Siendo sincero, hubo una vez en la que se peleó con unos de esos chicos, pues a estos no le bastó con casi saborearse a su novio, ya que también se les ocurrió tocarle el trasero, o mejor chico, apretarle este. Y si esperaban ganarse una simple exclamación avergonzada de Yuuichirou, se equivocaron. Porque luego de eso, el azabache los golpeó y en ese entonces conocieron al verdadero Yuuichirou, y aquel lado furioso de Mikaela.

Mikaela sabía que Yuu estaba lejos de ser débil, aunque él le llegaba a ganar en fuerza, Yuu también tenía puntos a favor y sabía defenderse. De igual forma, fue divertido para ambos golpearlos, porque primero nadie se metía con su novio, y segundo, no dejaría que esos idiotas se salieran con la suya. Además amaba ver las expresiones que hacia el azabache cuando se emocionaba, ese chico era impulsivo y gracias a todas las peleas en las que estuvo antes sabía dar buenos puñetazos.

Luego de todo fueron castigados, pero en el fondo sabían que no se arrepentían de nada.

Volviendo al presente, Mikaela caminaba de forma perezosa hacia su departamento mirando cada cinco minutos su celular en espera de un mensaje de Yuuichirou. Tenía varios de parte de sus pocos amigos y familiares, tanto de él como de su novio, felicitándolo por su cumpleaños. Pero desafortunadamente, ninguno de Yuu.

Este había dicho que saldría más temprano de la universidad por un trabajo que haría con Shinoa y Yoichi, por lo que no hablaba con él desde hace mas de tres horas. Suspiró, guardando el celular en su bolsillo delantero mientras metía sus manos en su mochila buscando las llaves, faltaban unas cuantas calles para por fin llegar a su destino, y prefería tener las llaves en mano que buscarlas en la puerta y tardarse más en entrar.

Al llegar, respiró profundamente introduciendo la llave en la cerradura, pronto la puerta se abrió, dándole esa agradable calidez que siempre desprendía el interior del departamento. Mikaela entró, tirando su mochila en uno de los pequeños sofás mientras se desprendía de su corbata y chaqueta. Cuando se dirigía a los pasillos, escuchó algo moverse, y nervioso decidió mirar hacia atrás y adelante no logrando ver nada. Tal vez solo lo estaba imaginando.

¡Hey, Mikaela! » especial mk.hy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora