Cap. 2 "Vamos, ella no va a venir"

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Me desperté con los rayos del sol pasando por las finas cortinas de la ventana. Un bostezo se escapó de mi boca y  rápidamente refregué las esquinas de mis ojos, preparándome para el día. Me destapé, acomode la manta que estaba cubriéndome y me levanté, caminé hacia las cajas de cartón que se encontraban en un rincón de la habitación. Ayer había estado tan cansada de acomodar los muebles, que ni siquiera me preocupe por sacar toda la ropa dentro de las cajas y llevarla al vestidor. La enorme remera que usé en la noche como camisón ahora esta tirada en el piso mientras agarro la primera remera que encuentro en las cajas,luego de ponérmela la combino con un par de jeans y me dirijo hacia el espejo con la intención de peinar mi cabello.  

Después de ponerme mascara para pestañas y un poco de polvo abandoné mi habitación y me dirigí a la cocina para encontrar a mi mama leyendo el periódico mientras tomaba una taza de café. Fuí hasta donde estaban los vasos, agarre uno y me serví agua bien helada. El liquido se vierte rápidamente en mi garganta, me sirvo un vaso más y luego lo dejo en el lavavajillas.

"Ally, ¿podrías hacerme un favor?" Mi madre pregunta. Asiento y espero a que ella me diga en que consiste. 

"Sabes que no trajimos mucha comida desde Florida, ¿podrías ir hasta un mercado y hacer las compras? Todavía tengo cosas por pintar y cortinas por colgar" Dice ella mientras me entrega una lista con cosas que debo comprar y un poco de dinero de su billetera.

"¿Puedo usar tu auto?" Pregunto mientras guardo todo lo que me dio en el bolsillo de mi jean. Mi madre me mira con una expresión de duda en su cara.

"Esta bien, pero maneja con cuidado" Ella responde. Yo le agradezco con una gran sonrisa mientras agarro las llaves del auto. 

"¡¡No te preocupes por el auto Mamá!!" Exclamo caminando hacia el vestíbulo, agarro mis zapatos y por fin puedo respirar el aire fresco. Estoy contenta de que hoy el clima no este lluvioso, porque realmente prefiero los días cálidos y soleados.

No es muy complicado encontrar un mercado porque basicamente hay uno a la vuelta. Podría haber ido caminando, pero raramente mi madre me presta el auto, asi que fue un buen cambio. Y desde que no tengo mi propio auto tengo que caminar a todas partes, además manejar un poco no le hará daño a nadie. Estacioné el auto justo en la puerta del mercado, asi cuando vuelvo con las bolsas pesadas no tengo que caminar mucho. 

Después de recorrer todo el local y buscar todo lo que estaba en la lista que mi madre me había dado me dirigí hacia la caja. Veo como una mujer de mediana edad sentada detrás del escritorio escribe todos los códigos de barra de los productos que estoy llevando, luego dice el monto total de la compra con un tono aburrido. Trato de darle una cálida sonrisa mientras le entrego el dinero, pero ella parece no apreciar mi gesto.

"Te faltan dos dolares" Dice ella antes de contar la plata

"Pero no tengo más dinero" Respondo con inseguridad.

"Entonces tienes que decidir que cosa vas a dejar" A pesar de que esta hablando en el mismo tono que antes, puedo decir que ella piensa que soy una estúpida por no entender algo tan simple como eso.

"Le puedo prestar dinero" Dice una nueva voz que entra en la conversación. Me volteo para ver de quien se trata y me encuentro a un rubio con un piercing en su ceja y tatuajes en sus brazos extendiéndole dos dolares a la cajera. La cara de ella demuestra que no le gustó el gesto del rubio, lo que es extraño, pero luego musita un "gracias" y atiende a un nuevo cliente.

Empaco rápidamente todas las cosas en dos grandes bolsas de papel y empiezo a llevarlas hacia el auto. Estoy luchando para que no se caigan todas las cosas que llevo adentro, pero lo único que logro es que las manzanas que había comprado comiencen a rodar por el piso.

"Rayos." Maldigo en voz baja y comienzo a levantar las manzanas caídas.

"No sabía que una chica tan linda como tú podía maldecir" Escucho una risa detrás de mi e inmediatamente relaciono esa voz con la del chico que me prestó los dos dolares. Rápidamente  me levanto sintiendo mis mejillas arder de la vergüenza.

"Gracias por prestarme el dinero." Digo dándome cuenta de que no le había agradecido por lo que había hecho. Él solo asiente y levanta la última manzana que queda en el piso. Toma mis dos bolsas de papel en sus manos. Trato de darle una sonrisa de agradecimiento pero fracaso notablemente. ¿Por qué no puedo actuar normal delante de un chico? 

El se ofrece a llevar las bolsas hasta el auto y yo acepto inmediatamente, porque no quiero terminar tirando manzanas al piso otra vez. Abro el baúl para que el pueda dejar las bolsas allí. Luego pone sus manos en sus bolsillos y se queda mirandome, por unos segundos nos quedamos mirandonos el uno al otro, lo que empieza a resultar incómodo.

"¡Niall!" Una voz grita desde nuestra izquierda. Los dos nos damos vuelta para ver a un grupo de amigos caminando hacia nosotros, el rubio le sonrie a ellos. Hago una pequeña conclusión y descubro que ese es su nombre.

¿"Golpeaste a alguien en el mercado?" Pregunta una chica con diversión, me volteo para encontrarme con una morena. Sus frios ojos se penetran en mi y me producen un escalofrío por toda la columna vertebral.

"¡Hey! ¡Tu eres la chica que se mudo enfrente de mi casa!" Una familiar voz exclama y todos ignoran la pregunta de la morena. 

Mis ojos se dirigen ahora a una rubia parada enfrente mio. Ella es la que vino a darnos la bienvenida al vecindario a mí y a mi madre. Antes de que puede pensar en sonreírle, ella esboza una pequeña sonrisa. 

"Oh, así que eres nueva aquí" Dice el chico rubio sonriendo, creo que se llama Niall. Asiento levemente mientras miro mis uñas, es un habito que hago cuando estoy nerviosa.

"Tenemos una fiesta esta noche, ¿te gustaría venir?" Rápidamente levanto mi cabeza, mi madre enloqueceria si voy a una fiesta con gente que apenas conozco, aparte de que todos parecen mucho mas grandes que yo. Además, nunca en mi vida había tomado alcohol y estaba mas que segura que en esta fiesta habría de sobra.  

"No lo se" Dije suavemente y se escuchó un bufido, pero no era de una de las chicas. Moví  mi cabeza para ver de quien se trataba y ví al mismo chico que ayer a la noche había visto por mi ventana. Había reemplazado la campera de cuero por una remera negra que revelaba sus brazos, los cuales estaban bien trabajados y repletos de tatuajes.

"Y..¿que dices?" Niall repite su pregunta.

"Vamos, ella no va venir." El chico con pelo rizado dice mientras yo me muerdo el labio con duda. No quiero sonar aburrida, pero nunca iría a una fiesta con gente como esta. ¿Qué le diría a mi madre?

"Deja que ella decida" Dice Niall mirándome a mí.

"Como tu quieras, igual no va a venir" El continúa la conversación, lo que empieza a molestar.

"Bien, iré a la fiesta" Digo antes de cambiar de opinión. No tengo ni idea lo que le voy a decir a mi madre, porque nunca me dejaría ir a una fiesta con la chica tatuada de enfrente y todos sus amigos.

"Genial" Dice Niall orgulloso.

¿En qué mierda me metí? Me pregunto a mi misma

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