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Cap. 1 "Nueva vida"

Recuesto mi cabeza contra el asiento mientras miro las gotas de lluvia caer sobre la ventana. La radio suena tranquilamente de fondo mientras mi madre habla por teléfono con uno de sus clientes, pero ni siquiera me molesto en concentrarme en las palabras que salen de su boca. Cuando me encuentra mirándola a través del espejo retrovisor, me da una sonrisa confiada y yo le dirigo otra de vuelta pero no del corazón. No estaba muy emocionada con irme de Florida a Connecticut, pero sabía que ya no nos podíamos quedar ahí .

"Aquí estamos" Mi madre dice mientras gira su cabeza para mirarme por encima de su hombro. Nuestro coche está aparcado en la calle junto a una casa con apariencia acogedora. Enredaderas verdes cubren la roja pared de ladrillos, tulipanes color rojo embellecen el cantero y un angosto sendero de grava dirige a la puerta principal. Todo esto estaba realmente sucediendo. Ya no estábamos en Florida y mi mejor amiga ya no vivía en la casa de al lado tampoco. Estaba viéndome obligada a comenzar mi último año de la secundaria en una nueva y tenía que hacer nuevos amigos. Y ciertamente no era muy buena para conocer gente nueva.

"Vamos Ally, vamos a ver la casa" Me estremecí ante la voz de mi madre y dirigí mi atención hacia ella. Ella ya se estaba bajando del auto así que yo rápidamente copié sus acciones, desabrochándome mi cinturón de seguridad y abriendo mi puerta para encontrarme con el clima gris.

Caminamos hacia el pequeño vestíbulo y dejamos nuestros zapatos allí, aproximándonos a una sala más amplia. Hay una cocina a nuestra izquierda y una sala de estar a nuestra derecha y me enamoro inmediatamente de las enormes ventanas. Ya me puedo imaginar cuanta luz van a dejar entrar cuando haya un clima soleado o cuán hermosa la noche se verá con todas las estrellas brillando. Mi madre camina por el alrededor explicando dónde pondrá todos los muebles, pero, nuevamente, no me concentro en lo que dice.

"¿Quieres ver tu nueva habitación?" ella llama mi atención y dirijo mis ojos hacia ella. Rápidamente asiento y la sigo a través de un pasillo con las puertas abiertas a ambos lados. Las que se encuentran a la izquierda revelan un baño con una bañera y una espaciosa habitación. Mi madre me deja entrar primero y yo sólo puedo admirar la hermosa decoración que hay allí. Una de las paredes está pintada con un color beige pálido y las demás con un blanco natural. Una enorme ventana tiene la vista del patio delantero y ya puedo imaginarme sentada en mi sillón un sábado, leyendo mi libro preferido y viendo cónmo el sol deja a la vista el rocío de la mañana.

Estoy tan concentrada mirando mi nueva habitación que no me había dado cuenta que mi madre se había ido. Voy de vuelta a la sala de estar para buscarla pero solo me encuentro con un par de agentes de mudanzas llevando nuestra mesa y sillas a la cocina. Estoy a punto de girar sobre mis talones e ir a revisar la otra habitación pero escucho un golpe en la puerta. Mis ojos se dirigen al vestíbulo para encontrarse con una alta chica rubia parada ahí. Miro su apariencia un poco sorprendida, ya que tiene tatuajes en sus brazos, un fuerte y negro maquillaje y un vestido peligrosamente corto.

"¿Quién eres?" Escucho la fuerte voz de mi madre detrás de mí. La miro pero rápidamente vuelvo mi atención a la chica, una mujer en realidad, debe tener al menos 20 años.

"Vivo cruzando la calle y pensé en darles la bienvenida a los nuevos residentes del vecindario" Nos da una sonrisa y gentilmente yo se la devuelvo. 

"Bueno, espero que disfruten aquí" Ella dice cuando mi mama y yo nos quedamos calladas, antes de que ella se diera la vuelta y se fuera. Le doy una mirada a mi madre que esta parada detrás de mí y ella sacude su cabeza, pero luego vuelve a indicarles a los hombres que nos ayudaban con mudanza dónde debía ir cada cosa.

Al cabo de un par de horas, después de que todos nuestros muebles estén en su lugar, yo me puedo ir a mi cuarto y relajarme por el resto de la noche. En mi mesita de luz, coloqué una foto de toda nuestra familia, luego prendí la lámpara y me recosté en mi cama para leer mi libro preferido: "Las ventajas de ser invisible" de Stephen Chbosky. Lo había leído cientos de veces, pero nunca me aburría.

Luego de al menos diez páginas, escuché un fuerte ruido de motor en la calle. Mi curiosidad toma el control cuando el libro cae sobre las sábanas mientras me levanto, acercándome a la ventana. Empujo las blancas cortinas y espío a la casa de enfrente nuestro. Un chico con cabello despeinado y oscuro con una campera de cuero esta sentado sobre una motocicleta, la cual está aparcada en la calle junto a la acera. La misma chica que estuvo hoy en nuestra casa corre hacia el chico en sus zapatos de tacón y se sube en el vehículo, abrazándolo alrededor de su torso. Cuando el chico de repente gira su cabeza en dirección a mi ventana, yo respiro profundo y me hago a un lado rápidamente, deseando que no me haya visto espiándolos. Pero cuando finalmente me atrevo a mirar afuera, la motocicleta ya había desaparecido en la oscuridad