through the dark ➤ {irwin}

11. Everywhere I go, everything I do is better with you

ME EXTRAÑARON LO SÉ. ah. Bueno, capítulo chununi para compensar una semana sin subir! Este finde creo que actualizo, pero todavía no lo sé. Tal vez suba en la semana. :B

Disfrútenlo! :D

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Salimos en grupo del castigo. Por fin, había terminado el suplicio.

—Gracias, Ave María Purísima—exclama Calum mientras vamos a la salida de la escuela.

—Aún tenemos clase mañana, y castigo también—le recuerda Luke con una mano sobre su hombro.

—Nunca tengas hijos, les vas a arruinar la infancia diciéndoles cosas como Santa no existe—agrega el moreno.

—¿Santa no existe?—bromeo haciendo un puchero. Todos ríen ante el comentario que he hecho. Mis tres amigos se alejan un poco y quedo solo atrás con Ashton.

—¿Aún crees en Santa?—pregunta  Ash levantando una ceja.

—Claro que no—aseguro entre risas— ¿Preparado para enfrentar a tu mamá?

—Sí, ¿tú?

—Claro que no—asiento con una sonrisa desconcertando mi respuesta. El muchacho de ojos brillantes suelta una risa que me contagia al instante. Cuando miramos al frente, los chicos ya están afuera.

—¿Qué tal si nos despedimos como se debe para que no nos vean?—sugiere con una sonrisa pícara y sostiene mi mano. Sus finos y largos dedos se entrelazan con los míos.

—Me gusta esa idea, Irwin—expreso con la misma picardía mientras corto un poco más la distancia entre nosotros. Con el brazo que tengo libre, rodeo su cuello con suavidad y me pongo en puntas de pie para besarlo. Oh Dios, esos labios son lo más cerca del cielo que he estado. Su lengua se roza suavemente con la mía y hace que tenga mariposas en el estómago.

—Te quiero—musita mientras sus ojos pardos, que esta vez parecen casi grisáceos, me observan con detenimiento.

—Yo también te quiero—contesto con una sonrisa. Se inclina, captura mis labios de nuevo en otro beso y se va guiñándome el ojo. Sonrío y niego con la cabeza; ¿cómo es que tengo tanta suerte? Cruzo la puerta de la escuela y voy a encontrarme con los chicos. Calum lleva a Luke en su auto, mientras que mi hermano y yo nos ponemos los cascos. Cuando salimos con la moto, Cal nos toca bocina y yo solo me limito a reír.

Después de estacionar la moto, dejamos la moto y pasamos por la puerta que da al lobby. Subimos al ascensor y marco el botón.

—¿Seguro que mamá no va a enloquecer cuando vea eso?—cuestiono hacia mi hermano y señalo el moratón que se le ha formado en el pómulo.

—He venido peor y lo sabes—responde con una sonrisa triunfadora. Ruedo los ojos y abro la puerta del ascensor cuando ha parado. Mikey no es ningún chico malo, pero aprendió a defenderse desde la primaria y solía meterse en problemas. Gracias a eso, mamá y yo somos tan buenas con los primeros auxilios. Apenas entramos al apartamento, un aroma a pollo rostizado y patatas fritas nos abruma agraciadamente. Corremos hacia la cocina como dos niños que han regresado de jugar.

—Ay mami, como te amo—expresa mi hermano dejando un beso en su mejilla. Yo repito la misma acción.

—Todo este amor no los va a zafar del castigo—canturrea con un gesto que casi parece malvado.

—No, decíamos que te amamos por la comida—comento.

—No lo decía por ti, cariño, lo digo por tu hermano.