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Intentaba tranquilizarme.

"Vamos, tu puedes" me repetía una y otra vez.

Escuché mi nombre y camine hacia la habitación.

-Hola-

Su voz sonaba cansada, agotada, se veía que lo estaba.

-Hola-

Intenté tener la voz normal, sin que se de cuenta de las inmensas ganas de llorar que tenía en ese momento.

-Te amo- habló con la voz aún más cansada.

No quería ser débil, pero todas mis emociones eran más fuerte que yo, mis lágrimas caían sobre mis mejillas, yo tendría que estar en su lugar no ella.

-No llores, pareces un bebé- intentó secar mis lágrimas pero estaba muy débil y fue inútil hacer el esfuerzo -Te amo mucho mi amor-

-¿Siempre juntas?-

-Siempre- murmuró con una sonrisa cansada.

Lo único que se podía escuchar eran los pitidos del aparato en donde marcaban sus latidos.

-¿En dónde esta?- habló sin fuerzas -Lo quiero ver-

Me levanté de mi lugar, me acerqué a ella y besé su frente -Ya vuelvo- asintió y salí.

Suspiré, la verdad no se cómo ocurrió todo esto.

Sonreí, vi su pequeña sonrisa -Hola, campeón- me acerqué a él en donde estaba sentado en una de los asientos en la sala de espera con la mirada pegada al suelo.

-¿Cómo esta?- preguntó con gran preocupación en su voz.

-Te quiere ver, ¿vamos?-

Asintió y agarró mi mano. Caminamos hacia la habitación, abrí la puerta con cuidado y estaba cada vez más palida.

-Hey, alguien quiere verte-

Una pequeña sonrisa se asomó en sus labios, con su mano dio unos leves golpes a la camilla.

El pequeño fue corriendo y con cuidado subió a la camilla.

-Mamá- susurró, mis lágrimas volvieron a aparecer -Estoy mejorando en matemáticas, al igual que en softball, bueno alguien me está ayudando- me miró y sonrió -¡Estoy en la obra de teatro! Bueno, sostengo una bandera en el fondo, ¡pero estoy en el escenario!-

No podía dejar que esto ocurra, nuestro hijo no lo merece.

-¿Cuándo vuelves mami? En casa hay mucho silencio, mamá esta triste, ya no es lo mismo sin ti-

-Falta poco, lo prometo- habló en un tono inaudible.

-Eso dijiste la semana pasada y la anterior, y la anterior de la anterior. Pasamos mi cumpleaños aquí, te necesito en casa, Azul quiere estar contigo, los tres te necesitamos mamá-

-Lo lamento tanto amor- habló sin fuerza y resbaló una lágrima por su mejilla.

-Te amo mami-

-Yo más bebé, a ti, a tu mamá, a Azul, a los tres, son mis amore-

Y en ese momento mi mundo se vino a bajo, no podía ser, ese aparato tenía que seguir diciendo sus malditos latidos.

-¿Mamá?-

-¡Mierda, enfermera!-

No podía ser cierto, ella no se tendría que ir, ella no. Si podría cambiaría de lugar, ella no tendría que luchar con esa enfermedad. Ella no.

-Mamá es hora de irnos- escuché la voz de mi hijo, lo ignore por quinta vez en el día -Por favor, levantate de la cama-

-¿Me puedes dejar sola? Hay cereal y leche, desayuna eso- hablé sin ganas.

-¡Mamá levantate!-

-Por favor, déjame sola- no quería llorar pero mi sufrimiento era más fuerte.

-Mamá- se acostó en el lugar de ella y empezó a acariciar mi espalda -Ya pasó más de un año, te necesito, yo también estoy mal, mami te necesito, quiero que seas fuerte, por lo dos-

No lo podía creer, una sola vez estuve en este lugar, la primera fue nada más para despedirme de ella.

-Mamá, ya cumplí diez años. Festejamos mi décimo cumpleaños con los abuelos y los tíos, Azul se fue, lo extraño mucho, al igual que a ti- murmuró derramando unas lágrimas -Espero que esté contigo y jueguen a la pelota o corran entre las nubes, espero que seas feliz mami, te extraño mucho- hubo un silencio en donde se podían escuchar los sollozos, me acerqué a mi pequeño y lo abracé -Soy el mejor en la clase de teatro, al igual que en Ciencias. Te extraño mucho mamá Lolo- continuó hablando -Te amo mami-

En algún punto de la vida te sacan todo, no importa si planeaste tu vida perfecta, no importa lo que pase siempre te sacan lo mejor cuando estás en la sima, creyendo que no puede ocurrir algo malo pero la realidad no es así, siempre te harán caer.

El ayer es historia y el mañana es un misterio, nunca se sabe cuando estamos y cuando no, por eso uno tiene que vivir su vida al límite.

No rechaces una oportunidad, no tengas miedo de gritar a los cuatro viento lo que sientes, manda a todos a la mierda si lo tienes que hacer y vive tu vida como quieras, con miles de gatos o con quien tú quieras.

Pero nunca te olvides de sonreir, es un simple hecho que te puede ayudar.
La depresión es aferrarse. La tristeza es dejarlo ir.

No solamente a los buenos les ocurre solamente cosas buenas o a los malos les ocurre solamente cosas malas, de lo bueno y lo malo se aprende.

Todo lo que hacemos y dejamos de hacer tiene una lección en la vida.

La vida es una montaña rusa, porque todo lo que sube, tiene que bajar y nunca sabes cuando te bajan de la sima.








⚠La vuelvo a subir, así que si la leyeron, solamente cambie algunas cosas. Detalles⚠

Bye pecadores;

|| Together ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora