-three.

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  "El más terrible de los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza perdida. "  

Era de noche y estábamos en la preparatoria junto con Corey

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Era de noche y estábamos en la preparatoria junto con Corey. Realmente me impresionaba el hecho de que dejasen a los adolescentes estar aquí de noche, en Hogwarts según lo que Louis solía contarme, no dejaban que los estudiantes estuviesen en los pasillos por las noches.

—¿Crees que vaya a venir?—preguntó Corey. La respuesta se respondió por si sola al ver a Liam salir por la puerta de la preparatoria para encontrarse con nosotros dos. Las miradas de desconfianza por parte del rubio no se hicieron esperar.

—Solo quería decirte...—nos acercamos a el.—que me equivoqué. Pensé que podíamos odiarnos y no importaría... Pero si importa.

Suspiró—Le importa a Mason, y el nos importa a los dos.—Liam me miró a mi y yo me encogí de hombros.

—A mi no me importa mucho, los conocí hoy.—me sinceré. Liam rodó los ojos como si no me soportase, el sentimiento era mutuo.

—No quiero interponerme entre ustedes.—se dirigió a Corey.

—Yo tampoco.—replicó este.—Pero si seguimos así puede sentir que debe escoger.

—Eso es cierto.—opiné y volví a ser ignorada. Hice un puchero, solo estoy aquí porque recuerdo a Stiles.

—¿Quieres que finja que no pasó nada?—pregunto Liam incrédulo. Por mi parte, al ver que iban a ignorarme si hablaba, saque un pequeño caramelo de mi bolsillo, tenía hambre.

—Podemos trabajar juntos.—respondió Corey.—Podemos encontrar algo juntos.

—¿Como qué?—preguntó el rubio viéndose mas interesado en aquella propuesta.

—Un rastro de ellos.

Liam asintió aprobando la idea. Corey estiró su mano hacia mi, la única forma de hacernos invisible era tomados de el, eso hice. Luego estiró su mano hacia Liam, quien no parecía querer hacerlo.

—¿Quieres hacerlo? Dame la mano.—dudó. Rodé los ojos.

—Deja el drama y dale la mano, rubia.—me miró mal.

—Diji il drimi.—imitó en voz baja y sin perder tiempo tomó la mano de el pelinegro.

Corey se aferró a nuestras manos y nos hizo invisibles. Algo que pasaba cuando lo hacia era el verde resplendor que se reflejaba en las luces, me intrigaba saber el por qué de eso.

Caminamos hacia la biblioteca tomados de las manos. Parecíamos los tres mosqueteros, reí por mi pensamiento haciendo que Liam y Corey me mirasen de manera extraña.

En el primer momento en el que pisamos la biblioteca sentí un fuerte dolor de cabeza y millones de voces encenderse en esta. Intenté ignorarlo, debía ser algo de los jinetes fantasma.

Comenzamos a mirar hacia todos lados, buscando algun rastro de ellos aunque yo, con estas voces en mi cabeza, no podia concentrarme.

—¿Sabes qué estamos buscando?—preguntó Liam sin dejar de buscar.

—Si es un libro no acabaremos pronto.—musitó Corey. 

—Y demoraremos más aún si esas voces siguen.—dije y estos dos fruncieron el ceño.

—¿De que hablas?—preguntó Liam enarcando una ceja. Caminamos un poco más, sintiendo aquellas voces aumentar, por instinto, retrocedí unos pasos y estas bajaron la intensidad.

—N-no lo sé. Solo, siento un montón de voces en mi cabeza.—di un paso hacia adelante.—Y cada vez que avanzo las siento mas fuerte.

Liam y Corey miraron hacia el lugar en donde indicaban mis pies y subieron la mirada hacia arriba.

—¿Ves eso?—preguntó Liam. Miré hacia donde observaba y vi lo que parecía ser una tarjeta, estaba en blanco.

—Suéltame.—dijo Corey a Liam. Este le miró confundido pero aún así lo hizo.

—¿Aún puedes verla?—preguntó Corey. Liam dirigió su mirada hacia allí.

—No, ya no está.—avisó sin dejar de mirar. Corey me miró y entendí lo que iba a hacer.

Caminamos hacia donde estaba aquella tarjeta, a medida qué nos acercábamos sentía el dolor de mi cabeza aumentar, subimos las escaleras y cuando llegamos allí Corey tomó aquella tarjeta en sus manos, y como por arte de magia, el dolor y las voces desaparecieron.

—¿Puedes verla ahora?—preguntó haciéndonos visibles. 

—Si, la veo.—respondió. Estos me miraron a mi.

—Y yo ya no escucho las voces.—anuncié.

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—Es como en física, no estaba ahí hasta que la viste.—dijo Mason fascinado. Aún estábamos en la biblioteca a diferencia de que ahora, Mason se nos había unido.—Y se volvió real.

—Es el gato de Schrödinger, el estado cuántico de la superposición.—decía.

—Genial, ahora en español.—pedí, la verdad es que no entendía nada.

—Coincido.—murmuró Liam casi tan confundido como yo.

—El ver algo es cambiar su existencia.—explicó Mason.—Cambiar la realidad.

—Aún no entiendo.—dijo Corey. Mason me recordaba a la tía Hermione, siempre diciendo cosas de una manera en la que nadie comprendía.

—¿Que crees que sea?—preguntó Liam.

—Una credencial de biblioteca en blanco.—dijo Corey mirando al objeto, a poco se necesitaba una credencial para leer un libro.

Liam se dirigió a el computador que había allí y todos le seguimos. Pasó aquella tarjeta por la ranura y en el ordenador apareció un perfil de una persona.

—Jake Sullivan, estaba en el laboratorio anoche.— recordó Mason.

—Lo olvidé por completo.—murmuró Corey.

—Tambien yo, estamos en la misma clase de español.—esta vez fue turno de Liam.

—Miren la tarjeta.—pedí mirándola. Antes, la que estaba en blanco, ahora estaba como una credencial común. Como si el recordarlo le hubiese hecho volver a existir. Pero, yo recordaba a Stiles. ¿Por que no estaba su habitación en la mañana?

—Lo borraron, como a Stiles.—los miré.

—Tenias razón.—Liam dijo a Corey.

Corey sonrió levemente.

—Y tú, tenemos que averiguar por qué sentías aquellas voces cuando te acercaste a la tarjeta.—señaló Corey. Liam asintió.

—Debemos avisar a Scott.

❛banshee❜ hp x twDonde viven las historias. Descúbrelo ahora