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Es los pasillos se podía apreciar varios niños corriendo, otros con sus móviles y demás niños que simplemente hablaban que iban hacer cuando sean adultos.

En una banca bastante alejada de los demás se encontraba Anna Y Juan, los mejores amigos, Juan con 15 años y la pequeña Anna con 12, el mayor protegía mucho a Anna ya que era el centro de burlas de muchas niñatas envidiosas, el era como su Hermano y Anna dependía mucho de el, ya sea para pedirle ayuda o simplemente estar con el en los recesos.

Juan era muy sobre protector y sobre todo protegía a Anna de Miguel Ángel, aquel chico problemático, melancólico o una "simple carga" como le llamaba el, Miguel tan solo 14 años ya fumaba y se encargaba de hacerle la vida imposible a los demás esa era su manera de divertirse según contaban.

Mientras que alejado de todos los demás se encontraba Miguel fumando e impregnado a ese odioso olor a Nicotina, aquel chico por más problemático que parezca ocultaba algo muy profundo en sus ojos, esas ojeras resultado de muchas noches de insomnio, al frente de un papel en blanco un boli y cigarrillo en la boca Miguel escribía versos que nadie se imaginaba, letras con un significado de amor, odio, decepción y traiciones. Su sonrisa era algo con que tenía que cargar pero aún así estaba intacta, sus cicatrices cada una contaba una historia "indefinida", aquel chico se protegía por una coraza de odio, fuerza, sufrimiento y letras...letras que te llevaban a otro mundo, letras que te hacían volar y describían cada paso que dabas, la única manera que se desahogaba mirando las estrellas y pensar que había hecho mal para merecer todo esto, 14 años y su vida era un total desastre.

Pasaron los minutos y Juan se despidió de la pequeña, Anna esperó el momento exacto para que este se fuera y guardó sus cosas y se dirigió donde Miguel el cual estaba fumando aún, este al ver a la menor sonrió de una forma bastante burlona y le tiro el humo del cigarrillo en toda la cara.

-¿Que quieres niña?- respondió con voz ronca y miró a la menor de pies a cabeza, Anna tosía por el odioso humo y frunció su ceño al mirar a Miguel, ella quería establecer una conversación pero al parecer no iba a funcionar, se quiso "colocar a su altura" y le respondió -Por que tu fumes no eres mayor, solo andas de chulito por ahí- Miguel al escuchar ese comentario se levanto y tiro el cigarrillo así pisándolo. -Mira Anna, no se cual es el punto de venir acá y molestarme, ¿no te han enseñado en no meterte asuntos ajenos?- dijo con cierta ira y miro a la menor de pies a cabeza.

Al recibir esa respuesta, con una voz tan gruesa y llena de enfado en su cuerpo le recorrió un escalofrío y le miro asustada, ya estaba pensado que fue mala idea acercarse a el y sacar algún tema de conversación.-Y-Yo...so-solo quería hablarte, siempre te veo solo..- Miró el suelo y comenzó a mover su pie izquierdo nerviosa.

-Si estoy solo será por algo ¿no?- rió y le tomo del mentón. -Mira Hyrule no soy alguien bueno y mucho menos con niñas entrometidas como tú pero te la dejo pasar por que no me quiero llevar problemas con Juan- Le tiró de su aliento y la menor volvió a toser- ¿Es desagradable el olor a Nicotina, no? Por eso no te acerques más a mi..-La soltó con brusquedad y la menor cayó al suelo, de su mochila salieron algunos cuadernos los cuales rápidamente guardó y se alejó de ahí con los ojos llorosos.
Miguel suspiró y recogió una bandana de color morado que se había caído de la mochila de la menor, la olió y un exquisito perfume femenino quedo impregnado en sus fosas nasales, un olor tan agradable, no ese odioso olor a nicotina. Sonrió embobado pero rápidamente negó sacando ese sentimiento tan repentino, guardó la bandana en su bolsillo preocupándose que no quede cerca de los cigarrillos para que no pierde su esencia.
A lo lejos vio a la menor secándose algunas lágrimas y eso lo hizo reflexionar todo lo que había pasado "¿Fui muy duro con ella?, tal vez solo se preocupó por mi...imposible, nadie va a querer a este error."
Soltó un suspiro bastante largo y pretendía acercarse a la menor pero en cuanto lo hizo apreció a su madre entrar por las grandes puertas del colegio, Miguel en ese momento quería correr sabia que le esperaba y no iba hacer algo muy agradable precisamente.
Su Madre con el ceño fruncido se acerco a Miguel y lo tomo del brazo regañándole por el simple hecho que se había escapado de casa, aquel chico pensó que seria buena idea refugiarse en el colegio apesar que seria su último día ahí.
Anna con mucha curiosidad miro la escena y cruzó miradas con Miguel el cual parecía estar despidiéndose, la menor ladeó su cabeza y sacudió suavemente su mano, dedicándole una de sus mejores sonrisas, en ese momento algo invadió a Miguel y sus ojos se cristalizaron, seria la última vez que vería a esa niñita tan odiosa como normalmente el decía, antes de salir del colegio apreció por última vez la hermosa sonrisa de aquella niña, Miguel se sentía tan miserable en ese momento ni siquiera pudo establecer una conversación por sus estúpidos arrebatos, suspiró entrecortado sacó la bandana y volvió a olerla cerrando sus ojos.

"Quiero esconder la verdad, quiero protegerte pero con la bestia dentro, no hay ningún lugar en el que podamos escondernos." Aquellas palabras dijo Miguel antes de irse, miró el cielo y observó como las nubes se movían lentamente, se ató aquella bandana en la muñeca y cerró sus ojos convencido que algún día volvería a ver aquella odiosa niña.

Nicotine. || ZarcannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora