Capítulo 1: Bajo las estrellas de la noche (1)

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**Chise POV**

Los brazos de Elias son completamente arrulladores. Admiro mi vestido blanco bailar al compás de los pasos de, mis ahora, esposo.

Miro el anillo que llevo en el dedo, no puedo evitar sentirme aturdida, estoy feliz, mucho, pero igual me aturde saber que a mis 17 años ya estoy casada.

Miro de reojo a Elias, está serio, como siempre, bueno, la realidad Elias no muestra casi expresiones. Vi a la distancia la fachada de la casa.

De un momento a otro mi ansiedad aumento, tendría que tener noche de bodas no? O Elias sabría sobre eso? Lo habrá leído en su investigación? No sabía si perdería mi virginidad esa noche o siquiera si algún día la perdería.

No podía besar a Elias más que en la punta del cráneo que conformaba su cara. Sentía que mis mejillas ardían al pensar sobre la existencia de un miembro viril en Elias.

-estás bien petirrojo?-pregunta mirándome con sus ojos rojos.

-s-si-respondo aturdida tratando de sacar esos pensamientos de mi cabeza.

Veo a Silky y a Ruth esperándonos en la puerta. La hada aplaude y nos guía a la sala, donde preparó una pequeña comida con pastel blanco para nosotros.

"Sabes que comparto tus memorias y tus pensamientos no?" Me dice Ruth en mi cabeza.

"Perdón" pensé eliminando mis cuestiones anteriores por completo de mi cabeza.

Elias me baja con cuidado y acaricia mi cabeza. Retira con delicadeza el velo que cubre parte de mi rostro y pone la punta de su nariz en mi mejilla, asumo que es un beso y sé lo devuelvo.

Comemos con tranquilidad, veo que Elias pasa su mirada del pastel (qué parece gustarle de sobremanera) a su mano izquierda, la cual, está sin guantes, dejando ver su mano con el anillo.

-estás bien?-le pregunto.

-si, solo que no sé qué decir-expresa mirándome.

Tengo que recordar que Elias no entiende los sentimientos humanos.

-siento algo extraño, es como un vacío en el estómago cuando lo veo, estoy enfermo?-me pregunta-eso que significa?

-estás emocionado-concluyó yo-estás muy feliz, extasiado.

-emocionado-repite el mirando su anillo.

-si-emito.

Luego de la cena me sentía demasiado cansada, y nuevamente mi ansiedad aumentó cuando Elias me tendió su mano para subir conmigo las escaleras.

-tú corazón late rápido-descubre él al sujetarme por la muñeca.

Decidí no responder nada con respecto a su comentario.

Llegamos a su habitación y con cuidado él me deposita en la cama. Miro a mi lado y allí está mi pijama, Silky debió haberla dejado allí para mi.

Veo cómo Elias se retira el abrigo y lo deposita en una silla cercana. Admito que me da algo de ternura cuando bosteza como lo haría un perro o un gato. Veo cómo se retira los zapatos de vestir y su necktie que le regale, este último es depositado con sumo cuidado en la mesa de lámpara que tiene a su izquierda.

Lo veo sacar de su armario Victoriano un pijama azul de dos piezas, el cual, desaparece de sus manos y aparece en su cuerpo con solo un movimiento de manos.

Mi ansiedad se ve disminuida al ver como se arregla para dormir, eso implica que Elias está todo menos interesado en nuestra noche de bodas, inclusive llego a pensar que desconoce de la existencia de ese tipo de relaciones.

Decido hacer lo mismo que él. Me desabrocho el vestido y cuidadosamente, mientras está dándome la espalda, me cambio sin llamar la atención.

Deposito el vestido en la misma silla donde reposa el largo abrigo de Elias. Camino nuevamente a la cama y me subo a rastras sobre la misma. Acomodo la colcha y veo cómo Elias se sienta al borde de la cama, a veces me gustaría saber en qué piensa, qué duda o qué desconoce, pero sé que aquello es imposible, tanto que ni la mismísima Titania lo lograría.

-ocurre algo?-pregunto asustada por su respuesta.

-Nada malo, solo recuerdo aquella vez que dormiste tanto que Oberon tuvo que despertarte-recuerdo ese día, en especial la incómoda pregunta que hizo.

-ajá-digo aún más aterrorizada por lo que sigue.

-como hacen ustedes los humanos a los hijos?-QUE??

Como le respondo eso? Enserio lo desconoce?

-etto...-no sé qué hacer, cómo reaccionar o siquiera cómo controlar el temblor que recorre mi cuerpo.

-lo sabes no?-pregunta mirándome expectante.

Puedo ver en sus ojos la curiosidad que siente por el tema.

-bueno, creo que te explico mejor mañana-digo en un intento de salir de aquella extraña situación.

-está bien-veo como se coloca boca abajo y suelta otro bostezo.

-buenas noches Elias-digo acariciando los cuernos en su cabeza.

-buenas noches petirrojo-me responde cerrando sus ojos.

Yo hago lo mismo, pero su pregunta aún atormenta mi cabeza.

Como voy a ser la esposa del gran mago de espinas? Que debo hacer? Como le explico los sentimientos humanos?

Tenía miedo, al momento de tomar esta decisión no contemplé a incapacidad de Elias para comprender el peso de este compromiso. Recuerdo que él inició nuestra aventura diciéndome que me haría su esposa, y ahora que es realidad me pregunto si realmente sabía que significaba eso, o siquiera si era consciente del peso de aquellas palabras.

Debía responder esas dudas, pero lo haría en la mañana, buscando las palabras correctas decido dejar mi mente ir.

"Ay mi Pilum Murialis, si tan solo pudieras comprender"

Under Your ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora