capítulo 2: bajo las estrellas de la noche (2)

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Un ruido procedente de las afueras de la casa me hace abrir los ojos de manera pesada. Me levanto con tranquilidad y miro a través de la ventana, solo están las estrellas y la luna en la oscuridad de la noche.  Elias está durmiendo plácidamente, lo observo con detalle; respiración lenta, mandíbula completamente cerrada, brazos a cada lado del cuerpo; está profundamente dormido.

Decido no recuperar el sueño. Agarro el abrigo de Elias de la silla, a su lado reposa mi vestido de bodas. Miro la sortija con detalle, aún tengo dudas, pero no sé si estoy lista para resolverlas. Suspiro sin hacer ruido y bajo las escaleras, retiro con cuidado la cerradura y salgo descalza al césped.

Me siento en el muro de piedra que hay cerca. El frío de la noche es agradable a pesar de calarme hasta los huesos. Levanto la mirada a la estrellada noche, allí están, cada una más brillante que la otra. La luna la corona todas; hay luna llena.

Que voy a hacer con este matrimonio? Cuando decidí hacerlo estaba tan cegada con la idea de ser la señora de Ainsworth que no estudié las circunstancias ni los problemas. Mi mayor duda era sobre nuestro futuro, como la duda de cualquier matrimonio de recién casados, pero, ¿Elias realmente sabía lo que era tener un matrimonio?¿Entendía ese papel?¿Poseía una mera conciencia de que no solo se iba a quedar en una relación maestro-alumna? Mi cabeza estaba como una bola de estambre sin desenredar, y sinceramente me cuestionaba la opción de explicarle a Elias todo aquello que desconocía. No sé si lo hago por miedo a que todo cambie, a que el ideal de Elias se destroce y cambie su visión de "nosotros".

Es como tener un niño, y no es como si no hubiera sido advertida antes, Lindel me lo dejó muy claro cuando estábamos haciendo mi bastón. Vuelvo a suspirar, ¿Que demonios haré? Debería hablar con Angélica sobre esto, o con Lindel, pero con alguien.

Miro nuevamente la oscuridad de la noche, oh mi Pilum Murialis, ¿Qué haré contigo? Y con tus dudas infantiles y tu falta de sensibilidad.

Recuerdo que me pidió ser su maestra de humanos, debería enseñarle, realmente....

-Maravillosa noche no? Chise-La voz de Elias me saca de mis pensamientos.

-Elias!-chillo yo.

-ocurre algo Chise?-pregunta sentándose a mi lado mientras me mira fijamente.

-No..-miento yo-solo no podía dormir.

-Chise-Elias agarra mi rostro-no me mientas.

Ahora si estoy jodida. Debo decirle.

-Tengo dudas-el me mira como un cachorro que no entiende la orden de su amo-con respecto a ti.

-qué dudas tienes?-pregunta mirándome.

-es sobre tus conocimientos sobre esto-sigo agarrando su mano sin guante, mostrándole  el anillo.

-es un anillo-afirma él.

-no me digas-digo con una gotita en mi frente-creí que era un perro.

-no entiendo-dice abriendo su mandíbula.

Paciencia Chise.

-me refiero al significado-aclaro-Sabes el peso que tiene?

-Significa mi unión a ti-responde.

Al menos está claro en eso.

-exacto, pero-es hora de aclarar una de mis dudas-Elias, ¿Sabes lo que es un matrimonio, su significado, el peso que tiene?

El, claramente confundido, niega con la cabeza. Me temía eso.

-Bueno, significa que debemos estar siempre para el otro, que nos debemos proteger mutuamente, enseñarnos, respetarnos, y-digo tomando aire-debe haber amor entre todas las cosas.

-amor-repite él, noto que analiza la palabra como si buscara en su diccionario mental el significado.

-Elias, el amor no tiene definición-aclaro leyendo sus pensamientos-es algo que se siente, como un vacío en el estómago, algunos lo llaman tener "mariposas" en el estómago.

-Chise-dice el abrazándome-no entiendo mucho de lo que está pasando ni de lo que pasará, pero te juro, debajo de esta noche estrellada, que me esforzaré por ser el mejor esposo, aunque no entienda mucho de como serlo.

Mi corazón salta de alegría ante sus palabras.

-eso era todo lo que quería oír-le miro con cariño y tomo su mano-vamos a dormir?

-no-dice en deteniéndome-quedémonos bajo las estrellas un rato más-dice sentándome en su regazo.

Nos quedamos abrazados, mirando el cielo brillar con intensidad. Sus palabras llenan mi alma; eso significa que lo intentará, que a pesar de no saber que siente o siquiera lo que es sentir, lo intentará.

Poco a poco mi mente se va vaciando y quedó sumida en un pesado sueño...

[...]

Luz....

La luz del día me despierta. Miro a mi lado y Elias no está, debe de estar abajo.

Me levanto con rapidez y me voy a mi habitación. Abro el armario y me doy cuenta que mi ropa no está...

Vuelvo nuevamente al cuarto de Elias y abro el suyo, toda mi ropa está junto a la de él. La miro atónita.

-entonces si sabe lo que es una alcoba matrimonial...-digo para mi misma.

-deja de tener esos pensamientos, recuerda que compartimos mente-dice Ruth apareciendo detrás de mi.

-per..perdón-digo agarrando mi ropa rápidamente.

Bajo a la cocina y está Silky cocinando el desayuno. Con una taza de té en la mano está Elias sentado tranquilamente leyendo el periódico.

-Buenos días perirrojo-me dice sin voltear la vista.

-Buenos días Elias-digo desayunando junto a él.

Todo parece ir con normalidad. Cuando termino estoy por levantarme e ir a mi cuarto por mi libros se escucha la puerta de enfrente.

Silky va a abrir; Angelica entra molesta a la casa.

-ELIAS-grita y el mencionado se aparece a su lado.

-qué ocurre Angelica?-dice de manera seria.

-tenemos un problema-dice preocupada-uno muy grande...

Under Your ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora