Parte 8: Cita

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Era más temprano de lo habitual cuando llegue al muelle, el océano estaba tranquilo y la orilla de este apenas hacia ruido al acariciar la arena; días como estos me hacen recordarlo ¿A quién? A mi primer amigo, hace 12 años cuando apenas tenía 8 años de edad mis padres trabajaban en el muelle —desde que mis hermanos tienen memoria.—

Era normal que me la pasara jugando solo a las orillas de mar; eh de decir que no me arrepiento pues así pude conocer a Tenya, estoy seguro de que era real y no un producto de mi imaginación causado por mi necesidad de —sobre llevar mis sentimientos de soledad— según palabras de mi madre.

Mi padre es un hombre catalogado como —sueños de grandeza frustrados— deseaba ser un mercader exitoso, lograr ser parte de la realeza, pero nunca pudo conseguirlo, en su lugar consiguió tener un muelle; las tierras donde estaba este muelle le pertenecían a mi abuelo quien en su momento no supo qué hacer con estas; mi madre me conto que incluso una temporada de hambruna mi abuelo considero venderlas, sin embargo mi padre a sus 17 años de edad construyo con pocas monedas un muelle.

Esto fue buena idea pues es el muelle más cercano a palacio y cabe destacar que esos ricachones no escatiman en fiestas, como era de esperarse los barcos de otros reinos tenían preferencia por la cercanía, sin mencionar que la familia de mi madre tenía un pequeño negocio de carruajes; estacionamiento y transporte a palacio en un solo lugar.

Si bien el negocio tenía sus ganancias estas no eran como para comprarse un nuevo castillo; vivíamos bien, sin embargo mi padre deseaba más y eso se notaba en mis hermanos mayores quien entraron en este negocio desde los 10 años, claro yo no fui la excepción, sus tareas eran ajenas a mí, yo limpiaba el muelle y también atendía la tienda donde se vendían utensilios de pesca, carnada entre otras cosas.

Recuerdo y recordare esa mañana hasta el día de mi muerte, pues ese día mi vida dio un paso al inicio de mi felicidad y al final de mi desgracia.

—Shoto— escuche a mis espaldas la voz de mi madre 

—¿Qué ocurre?— respondí sin mirarla, pues estaba desenredando las redes de pesca para el día de hoy, eran una de las cosas más utilizadas a diario.

—A decir verdad... Estos jóvenes necesitan de tu ayuda— escuche como personas entraban, lo supe por el golpe que causaba el tacón de sus botas sobre la madera ligeramente húmeda.

Cuando no escuche movimiento alguno deje tranquilas a las redes de pesca y me gire para atender a aquellos "jóvenes" quienes resultaron ser el príncipe Bakugo y Kirishima —¿Altezas?— pregunte pero el peli cenizo nunca respondió este más bien desvió su mirada prefiriendo estar en cualquier otro lado menos este; en su lugar su compañero dio un paso adelante 

—Necesitamos tu ayuda— dijo el príncipe vecino con preocupación en su voz y semblante

Aun sin entender mucho dirigí mi mirada a mi madre buscando mejor entendimiento y esta respondió algo que nunca más espere volver a escuchar de sus labios o al menos por voluntad propia —Es referente... al océano— y solo eso basto para que esa cabellera azul marina y escamas regresaran a mi mente

—Creo que tengo el día libre— 

—Creo que tengo el día libre— 

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Bajo el mar. [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora