Jimin contaba las horas con entusiasmo, hoy Yoongi y él cumplían cinco años de noviazgo. Además estaba muy nervioso ya que estaba seguro de que Yoongi le pediría matrimonio esta noche.
Por eso fue y compró distintos dulces, unos filetes de carne jugosa y sangrienta—la comida favorita de Yoongi—,unas cuantas botellas de vino y una de champán. Además pasó por la tienda de lencería y compró unos cuantos conjuntos muy provocativos, fue a teñirse el cabello de un rubio dorado y se hizo con unos juguetitos que seguramente al azabache le chiflarían.
Sí, iba a ser una noche perfecta. Jimin le recibiría con calidez y una cena especial, entonces Yoongi le pediría la mano y después irían a la habitación. Jimin se pondría algún modelito de los que compró y le daría la cajita con los juguetitos al otro. Finalmente harían el amor hasta caer rendidos y dormirían abrazados como futuros esposos.
Sería todo perfecto.
Se fue a bañar con calma pues aún faltaban tres horas para que Yoongi llegara. Cerró los ojos una vez metido en la bañera y siguió fantaseando y pensando en cómo le pediría el azabache matrimonio, cómo reaccionaría al verle vestido con aquella ropa, etcétera. Estaba emocionado, muy emocionado.
Cuando sintió que el agua comenzaba a enfriarse secó su cuerpo con cuidado y se puso la bata granate de su amante. Aspiró la fragancia de esta y mordió su labio inferior con una sonrisa. A continuación suspiró enamorado y se encaminó a la cocina.
Dos horas.
En menos de diez minutos tenía todos los ingredientes sobre la mesa. Concentrado se puso manos a la obra y pasada una hora y media ya colocaba la vajilla que usarían en la mesa. Dejó la comida en microondas para que no enfríe y limpió el polvo por décima vez en el día. Colocó velas con olor a rosa en el comedor y finalmente fue a por la comida.
Yoongi llegaría en breves.
Media hora después Jimin piensa que seguramente el jefe le obligó a quedarse un poco más. Diez llamadas sin contestar.
Una hora después piensa que seguramente salió ya pero que le está comprando algo bonito para acompañar la gran noticia que le iba a dar. Veinticinco llamadas más sin ninguna señal del otro lado.
Dos horas después la comida está totalmente fría. Jimin no mira a ningún sitio en concreto, está preocupado. ¿Y si le ha pasado algo? Más de cuarenta llamadas y el contestador es el que le contesta.
Pasan tres horas y Jimin decide salir de casa para buscarle, van a dar las doce y su novio aún no ha llegado. Suelta dos lágrimas pero rápidamente se las limpia y sale en busca del hombre que ama.
En cuanto el ascensor llega a su planta y las puertas se abren, un Yoongi tambaleante sale de allí. Este simplemente camina hacia casa, Jimin parpadea incrédulo. A continuación aprieta los puños y sonríe, seguidamente entra a casa y cierra la puerta con lentitud.
Algo se ha roto en él.
Con una sonrisa mira a Yoongi sentado en la mesa. Se acerca con lentitud, se sienta en la silla de delante y este le mira finalmente:
-Jiminie.
-Buenas noches, ¿qué te ha pasado?
-Sólo me apetecía tomar una copa.
-¿Una? Estás hecho mierda, compañero.
-Joder, sólo cállate y comamos.-Miró la comida- Has hecho mi plato favorito, ¿es por algo en especial? ¿Qué día es hoy?
«El día en el que te voy a hundir un cuchillo en el pecho» pensó Jimin sonriendo aún más.
-Cinco años.- Dijo con simpleza, metiéndose un trozo de la sangrienta carne a la boca.